El Clásico Universitario 195 fue para el equipo más contundente y con más jerarquía individual: Universidad Católica. Fue superior a Universidad de Chile y lo demostró en la cancha, pegando en momentos precisos y con una solidez que no se había dado en gran parte del año. Un 3-0 que le sube la autoestima a los cruzados y que deja tendida en la lona a la U, que tendrá que transpirar en exceso en la pelea por la permanencia.

El partido, que sirvió para la reapertura del Estadio Nacional, encontró a dos archirrivales muy necesitados. La clasificación en la Copa Chile le dio tranquilidad a Diego López para trabajar. El uruguayo dijo un par de veces, antes del juego, que llegaron mejor que contra Colo Colo. Pensando más en cómo neutralizar la banda derecha del rival, cargó al retornado Nery Domínguez, Ojeda y Poblete por esa franja. En el dibujo, el que no inició fue Darío Osorio, precisamente una de las pocas luces en un equipo que se (mal) acostumbró a lo lúgubre. Por su parte, Ariel Holan mandó a la cancha a su mejor contingente, apostando por la experiencia (sin Sub 21 de titular).

La U, que tenía el plus de contar con su gente y jugar por fin en Ñuñoa, tuvo la primera antes del minuto, con un remate de Assadi que despejó Dituro. Pese a esto, fue la Católica la que comenzó pisando fuerte en el partido. De manera prematura, abrió la cuenta sacando rédito a una de sus virtudes. Es tan evidente como conocido que la banda derecha de la UC es su callejón principal a la hora de atacar. Y por ahí llegó el 1-0. En los ocho minutos, César Pinares convierte con un zurdazo bajo, tras una combinación entre Isla y Fuenzalida. Justo en la previa, Zampedri falló mano a mano con el meta Campos. Todo nació con una mala salida del local. Entonces, los franjeados explotaron su sector favorito y facturaron.

Habían dos posturas bastante nítidas en el campo de juego. El campeón vigente elaboraba más, partiendo desde el propio Matías Dituro, solicitado por sus centrales cuando estaban apurados en la salida. Mientras que los laicos eran más directos, buscando sobre todo la cabeza de Ronnie Fernández. El ex Wanderers tuvo un cabezazo en los 39′, pero sin peligro para el arco cruzado.

Esa superioridad que ejercía la UC en el partido se fue diluyendo y los de López mostraron atisbos de mejoría, con más empuje que otra cosa. La pálida presentación de Jeisson Vargas mermaba que los azules tuvieran más opciones ofensivas. En la otra vereda, el triángulo Isla-Pinares-Fuenzalida no encontró mayor resistencia desde el adversario, por mucho que López haya “adaptado” su dibujo para frenar sus embates. La banda izquierda de Católica (Parot-Aued-Orellana) fue utilizada con menos recurrencia. Ergo, no destacó.

Es cosa de revisar el desarrollo del campeonato para darse cuenta que a la U le afecta cuando le anotan primero. Remar contra la corriente es una tarea empinada. Y el arranque del complemento trajo consigo un nuevo golpe del tetracampeón. En el minuto 49, Fernando Zampedri convierte el 2-0 con un remate cruzado, luego de un preciso pase de Pinares. A todo esto, el exvolante del Altay hizo su mejor partido desde que retornó al país. La UC fue de izquierda a derecha en la jugada y clavó la segunda estaca en el maltrecho corazón azul.

FOTO: AGENCIAUNO

Recién con el marcador 2-0 abajo, López se decidió a mandar a Darío Osorio. Más tarde, con más modificaciones, Assadi tuvo más libertad en ataque y dejó la banda, donde estaba encasillado. En los 63′, Ronnie Fernández tuvo el descuento, pero su remate fue desviado por el eficiente Dituro. La U. de Chile se volcó hacia arriba sin un libreto claro. No basta solo con el aliento de su fanaticada. Mientras que la UC esperó para salir de contra.

Quien tuvo un partido aparte fue Mauricio Isla. En su primer clásico en el fútbol chileno, se sacó una nota azul (vaya curiosidad). Siendo un agente ofensivo permanente, no paró de proyectarse por la derecha, ni siquiera en el epílogo. Cada vez que tocaba el balón, afloraron las pifias. El Huaso fue clave para el 3-0 definitivo, obra de Clemente Montes, en los 90′. Esto hizo enardecer a los forofos locales, que explotaron en contra de Azul Azul, con cánticos y una invasión a la cancha, tras el pitazo final. Fue el punto negro de una jornada que marcaba un simbolismo: volver al principal recinto deportivo del país. La calma en el CDA duró nada.

Final del juego y Católica se queda con una victoria que sirve de aliciente, para mejorar el rostro en un opaco 2022. Se trata de la victoria número 60 en el historial sobre su máximo rival, en Primera División. Hace seis años que la UC no le ganaba a la U como visita. También fue un 27 de agosto, de 2016. También un 3-0 en el Nacional. Si los vencedores escalan y sueñan con entrar en zona de copas, los derrotados se hunden. El fantasma del descenso les respira en la nuca.

Ficha del partido

U. de Chile 0: C. Campos; Y. Andía, B. Tapia, N. Domínguez, J. Castro; Mau. Morales (55′, F. Gallegos), E. Ojeda (86′, F. Seymour); L. Assadi, J. Vargas (55′, D. Osorio), I. Poblete (68′, J. Fernandes); y R. Fernández. DT: D. López.

U. Católica 3: M. Dituro; M. Isla (90′+2′, T. Asta-buruaga), B. Ampuero, G. Kagelmacher, A. Parot; C. Pinares (90′+2′, B. González), I. Saavedra, L. Aued (76′, J. Leiva); J. P. Fuenzalida (76′, G. Tapia), F. Zampedri y F. Orellana (64′, C. Montes). DT: A. Holan.

Goles: 0-1, 8′, Pinares, tiro de zurda tras desborde de Isla; 0-2, 49′, Zampedri, remate cruzado tras pase de Pinares; 0-3, 90′, Montes, conecta luego de una asistencia de Isla.

Árbitro: J. Bascuñán. Amonestó a Fernández (U); Ampuero (UC).

Estadio Nacional. Asistieron 23.524 personas.

En cursiva, jugadores juveniles.

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