Que es un partido aparte, que no importa cómo lleguen los equipos, que un clásico se vive distinto. Cuántas cosas no se han escrito sobre un U-Colo Colo en el pasado y cuántas no se seguirán escribiendo.
Lo cierto es que azules y albos saltan esta tarde a definir, tal como en 2015 y 1979 (ambas victorias de la U), una nueva edición de la Copa Chile. Y vaya qué torneo les toca definir a los dos clubes más populares del país: uno de discordia, que se suspendió y que se reanudó, que puso al Cacique en la final tras vencer a la UC en los penales con el estreno del VAR en Chile y a la U en el mismo lugar, tras la incomparecencia de Unión, en un duelo que aún se juega en el escritorio.
Como sea, y aunque sus protagonistas insisten en que es un partido aparte, esta Copa Chile encuentra a ambos en el inicio de la temporada, casi cero kilómetros. Con una U en apariencia sacudida mentalmente de su casi descenso del año pasado, y un Colo Colo con el impulso obvio que implica haber eliminado a los cruzados, otro clásico rival, hace apenas cuatro días.
Será la oportunidad de ver por vez primera a la U de Caputto versión 2020, con los refuerzos que él solicitó jugando mayoritariamente desde el arranque (Montillo y Larrivey como estandartes) y con un Beausejour asumiendo roles protagónicos de liderazgo, tras la partida de Johnny Herrera. Bose quiere traspasar su experiencia en estas instancias a sus compañeros, aunque la última vez que jugó una final de Copa Chile le tocó perder, en penales, justo ante el equipo que hoy defiende, con el equipo que hoy enfrenta.
Y al frente, un Mario Salas que tras un año en el Cacique aún no convence del todo. Ni a dirigidos ni a hinchas. Y que ayer, por temas logísticos, viajó al sur de Chile junto al plantel de la U, donde se le vio muy alegre junto a los jugadores. El Comandante también armó el equipo a su medida, sacándose, con mucho ruido interno, a referentes como Jorge Valdivia y Jaime Valdés e incorporando a otros como Matías Fernández y Leonardo Valencia, el otro que en 2015 también disputó la final de Copa Chile a camiseta cambiada. Esa vez la ganó con la U marcando el primer penal de la definición. En los blancos se subió al viaje a Temuco Esteban Paredes, aunque su titularidad es muy difícil.
Ya clasificados
Ambos elencos ya están clasificados a la Libertadores. Quien gane, además de alimentar su estantería de trofeos, tendrá la posibilidad de disputar la Supercopa ante la UC. Esa, sin embargo, será otra historia. Ahora toca el primer Superclásico post estallido. Una prueba, dentro y fuera de la cancha, de verdad.