Flamengo, de los chilenos Arturo Vidal y Erick Pulgar, no tuvo mayores complicaciones para instalarse en la segunda final de la temporada 2022, tras lograr un cupo en la definición de la Libertadores.

El cuadro más popular del país pentacampeón cumplió con el trámite y venció por la mínima a Sao Paulo para instalarse en la definición de la Copa de Brasil, ante los 62.977 espectadores que repletaron el Maracaná.

Y es que el gigante carioca, ese de la versión del técnico Dorival Júnior, no conoce otra forma de enfrentar los partidos. Un equipo con un volumen ofensivo impresionante, que acorrala a sus rivales con una presión alta, muy cerca del mediocampo.

Contra el cuadro tricolor fue la misma historia. A sabiendas de que el 3-1 de la ida, logrado en Morumbí, era una buena cuenta de ahorro, el elenco carioca se dedicó a disfrutar el partido.

Al otro lado, los dirigidos de Rogerio Ceni se dedicaron a defender con orden, con intermitentes intentos para buscar el contragolpe de sus rápidos jugadores en el mediocampo, como Alisson y Patrick.

Sin embargo, cerca de la media hora, el cuadro local en un Maracaná repleto estuvo muy cerca de abrir la cuenta. El largo remate de Gabigol fue repelido apenas por el meta paulista Jandrei.

Fue el anuncio que el público rubronegro necesitaba. Seis minutos más tarde, el uruguayo Giorgian de Arrascaeta definió de manera perfecta una gran jugada asociada del cuadro del Fla. Un 1-0 merecido, que dejaba al Mengao al borde de la final de la Copa de Brasil.

No más iniciado el segundo tiempo, entre Pedro y Gabigol se perdieron el segundo gol. Una acción que tocó el amor propio de los visitantes, quienes, en la jugada siguiente, Luciano envió la pelota al vertical, pero el remate no quedó cómodo para su compañero Jonathan Calleri.

Vidal a la cancha

A los 70 minutos, Dorival Júnior decidió mover las piezas. Y como ha ocurrido en otros partidos, el primer reemplazo fue Arturo Vidal, quien entró por el volante Thiago Maia.

El ingreso del chileno permitió dar un poco más de equilibrio al mediocampo del equipo carioca. Con la llave prácticamente resuelta, el cuadro del Maracaná comenzó a tocar con mayor libertad frente a un rival que estaba abatido.

Con un resultado global de 4-1, el elenco de los 52 millones de hinchas en Brasil jugó a placer en los minutos postreros. Demasiada superioridad para un equipo que ahora va por el título de la Copa de Brasil, título que no logra desde 2013.

El pitazo final desató la alegría del plantel que, comandado por el chileno ex Inter de Milán, celebró con los hinchas apostados detrás de uno de los arcos del mítico estadio de Rio de Janeiro.

El otro finalista saldrá de la llave entre Fluminense y Corinthians, en la que los paulistas lograron un 2-2 en la ida y esperan cerrar este jueves en su casa.

El Deportivo