Betis confirmó que fue mejor. Este domingo se jugaron cuatro minutos y los descuentos del primer tiempo, además del complementario, dispuesto por el árbitro Ricardo de Burgos.
Un encuentro en que la globalidad perteneció al equipo de El Ingeniero. El triunfo 2-1 lo deja por segunda vez consecutiva con los andaluces entre los ocho mejores cuadros de la Copa del Rey, instancia que ya había logrado con Villarreal y Málaga.
Después de los incidentes que suspendieron el derbi, el Sevilla sacó una pequeña ventaja en el trámite. Porque Betis era mucho más antes de que el proyectil diera en la cabeza de Joan Jordán.
Aunque Alejandro Papu Gómez había abierto la cuenta (35′) para el equipo de Nervión, el olímpico de Nabil Fekir (39′) puso justicia a lo que había ocurrido en la cancha del Benito Villamarín, donde el meta chileno Claudio Bravo estuvo en la banca.
Sin embargo, tras la reanudación del juego, el equipo visitante pudo equilibrar el juego. Es cierto que el encuentro mantuvo la intensidad, pero lo cierto es que perdió en precisión.
Un derbi disputado, con muchas faltas en el mediocampo y pocas llegadas al arco. Con el cuadro de Manuel Pellegrini esperando alguna nueva genialidad de Fekir, ayudado por el centro delantero Borja Iglesias.
Al otro lado, los dirigidos de Julen Lopetegui -uno de los apuntados para no seguir en el campo- insistían permanentemente por las orillas, pero fueron pocas las veces que pudieron inquietar al meta Rui Silva, quien dejó a Claudio Bravo en la banca.
Ventaja suficiente
Si algo que nunca perdió el elenco bético fue el orden táctico. Una constancia que terminó en la ventaja de los locales, la misma que logró Sergio Canales a los 73 minutos.
Entonces comenzó otro partido. Sevilla se desesperó, a sabiendas de que estaba quedando eliminado de la Copa del Rey. Su rival no se inmutó, continuó en la misma dinámica y esperó con inteligencia los espacios que pudiera dejar su clásico adversario.
A dos minutos del final, Sevilla tuvo la mejor ocasión para empatar, pero el cabezazo de Kundé dio en el travesaño. A esa altura, el equipo de Lopetegui quemaba todas las naves, aunque más por frustración que por juego.
No hubo tiempo para más. Betis se sacó una espina frente a un diezmado archirrival, por lesiones y citaciones a la Copa de África, pero sacó la tarea adelante y está entre los mejores ocho de la Copa del Rey.