Así transcurrieron los últimos días del fútbol chileno. Con contradicciones claras en esta realidad algo pobre, pero muy aspiracional que nos ofrece la actividad. A veces la lucha se observa con una cuota grande de dignidad, a ratos el escenario sólo exhibe patéticas demostraciones de grandilocuencia mezcladas con profunda ineptitud. Es el caso de Deportes Temuco, por ejemplo, que en una actuación digna de alabanzas y con ribetes históricos alcanzó un triunfo merecido y lleno de justicia ante un grande de Argentina y Sudamérica como San Lorenzo. Sin embargo, se supo después, que quien estaba encargado de inscribir al equipo correctamente, no supo hacerlo.

Penoso, lamentable, indignante. Cómo es posible que algo así ocurra en el fútbol profesional. Sin embargo, también es cierto y muy lamentable que la Conmebol reaccione con toda la fuerza de la ley y con total dureza en algunos casos y mire para el lado en otros. ¿O no se acuerdan de la vergonzosa rebaja del castigo a Lionel Messi? Los años siguen pasando, las administraciones cambiando, pero la realidad es la misma. Hay equipos y federaciones más poderosas en los pasillos y secretarías. Así ha sido el fútbol en nuestro subcontinente y así seguirá siendo. Injusto y arbitrario. Más cercano a los poderosos que a los pequeños.

Aunque la pasión sea la misma, como la vivida anoche en el estadio Monumental por Copa Libertadores con un Colo Colo que estrenaba un nuevo gerente deportivo. La era de Marcelo Espina empezó con buenas señales, declarando que intentará que se implemente una filosofía de juego para toda la institución, cercana a la historia gloriosa del Cacique. Ofreciendo una muestra de consistencia y competitividad inmediata, al no dejar que Claudio Baeza se fuera a Arabia Saudita. La institución alba rechazó más de 4 millones de dólares por el volante, dando una señal potente de querer priorizar lo deportivo por sobre lo económico. Así debería ocurrir siempre. Las sociedades anónimas llegaron con la promesa de potenciar los clubes y no sólo de administrarlos. Por eso no se entiende que Union Española deje partir a sus dos mejores valores de proyección por dos pesos cincuenta o que La Calera haya elegido despotenciarse justo cuando realizaba una de las mejores campañas de su historia.

Colo Colo insinuó un camino distinto. Ojalá lo mantenga.