Coquimbo U: M.Cano 5; M. Pardo5, D. Carrasco 5, S. Silva 5, S. Cabrera 4(71' B. Ferreira 4 ); S.Galani 4, J. Orellana 5, F. Ayala 5; Y. Pinto 4, R. Holgado(89' Manouchehri) 5, A. Delgado5(78' S. Martelli - ) DT: P. Graff 5
D.P. Montt: F. Moyano 5; D.Subiabre 3 (28', J. Grondona 3 ), A. Rodríguez 4, J. Aquino 2; F. Cornejo 4, O. Gutiérrez 5,J. Faúndez 4, B. Baeza 4, M Rosas 4(71', M. Caroca 4 ) ;A.Becica 4; N. Servetto 5. DT: F.Vergara 2
Goles: 1-0, 14', Holgado conecta un cabezazo tras centro de Delgado.
Arbitro: A. Hermosilla 5, amonestó Holgado, Silva, Delgado (C); Faúndez , Aquino, Moyano (P). A los 64' expulsó de forma directa a Aquino tras un codazo.
Estadio Francisco Sánchez Rumoroso asistieron 16.000 personas.
Los Piratas vivieron una fiesta. Una de alegrías y desahogo. Por fin pudieron soltar un grito que estuvo guardado por once años en los sombríos pasillos de la Primera B. Una celebración más que merecida y junto a su gente. Fueron por lejos, el equipo que mejor fútbol desplegó durante el año. Justicia para el equipazo que forjó Graff. El puerto de Coquimbo vuelve a la categoría de honor.
Había que salir a materializar la fiesta y los Piratas lo sabían. No había miedo y sí, muchas ganas. Desde antes del pitido inicial, comenzaron ganando. Arengas múltiples lideradas por Matías Cano y el aliento incesante de 16.000 hinchas. En la cancha esa hambre y motivación, salió a jugar de entrada. El local ahogó a los sureños en la mitad de cancha y cortó todos los circuitos de elaboración. El formula del ataque coquimbano fue la velocidad por las bandas y así avisaron a los 2' con un cabezazo de Orellana.
Los Delfines solo esperaban y se abocaban a un milagro a través del pelotazo. Mezquino, pero es que no se jugaban nada más que el honor deportivo. Todos los teledirigidos iban para Servetto, quien aguantaba a duras penas y en la soledad absoluta. Ante este trámite, totalmente favorable a los Piratas, era cosa de tiempo para el desequilibrio. Llegó y temprano. La fiesta comenzaba gracias al cabezazo Holgado, un clásico durante todo el torneo. El argentino anotaba su gol número 18, consagrándose así como el goleador de la categoría.
Con la ventaja, llegó la tranquilidad para el local. Los Piratas cambiaron la intensidad por la posesión. La pelota fluía de lado a lado, ante una nula reacción de los albiverdes. Todo jugaba a favor para Coquimbo: iban ganando, el empate también aseguraba el ascenso y Cobreloa no podía desequilibrar contra Magallanes. Fernando Vergara, DT del visitante, se dio cuenta del poco daño que hacían sus dirigidos y también que el mezquino planteamiento táctico ya no funcionaba estando abajo en el marcador. Movió sus piezas e hizo ingresar a Grondona por Subiabre, delantero por defensor central. Especulación por reacción.
La visita adelantó las líneas y adquirió mayor volumen ofensivo. Los de la cuarta región no sufrían, pero ya no jugaban con tanta holgura y comodidad. El partido ganó un poco de suspenso, que Jorge Aquino se encargó de pulverizar en el segundo lapso. El central argentino de los Delfines le propinó un certero codazo a Orellana.
La expulsión mató el partido, pero dio el impulso para comenzar el festejo coquimbano. Los hinchas que repletaron el estadio comenzaron entonar cánticos que hacían alusión al ascenso. En la cancha, los Piratas tocaban y tocaban. Circulación por aquí y por allá. Los sureños solamente corrían, de inquietar, nada. En la cancha estaba el ambiente de que ya estaba todo listo, lo único que faltaba era el pitazo final para que empezaran los bailes y se desatara el cúmulo de emociones refugiadas por once años.
La banca ya cantaba y saltaba a falta de cinco minutos para el final. En las graderías unos se tomaban la cabeza, otros lloraban de emoción y la mayoría agitaba sus banderas. Hermosilla le pidió el balón a Cano y decretó el final. El arqiero inmediatamente se hincó de rodillas, agitó sus brazos y dio el inicio a un llanto de emoción. Coquimbo Unido es de Primera, tras once años. Fiesta, emoción y desahogo.