Cristián Álvarez reconoce que no pudo ver en vivo el Clásico Universitario. Al día del excapitán de Universidad Católica le faltan horas, pero no se queja: es parte de su naturaleza inquieta y emprendedora. A la hora en que el equipo de Ariel Holan caía frente al de Mauricio Pellegrino, de hecho, estaba en pleno entrenamiento de Método Sports, una academia formativa que tiene como aspiración contribuir decisivamente al surgimiento y la preparación de los nuevos talentos. También le entusiasma procurar las condiciones para la práctica del juego en todos los niveles. Desde los niños que busquen divertirse jugando hasta los adultos que pretenden prepararse para las ligas en las que compiten los fines de semana. “No lo vi, porque trabajo a esa hora, pero siempre es una pena perder los clásicos. Católica tiene equipo para poder salir adelante, un buen cuerpo técnico, tiene gente que puede salir a flote. Seguramente lo va a hacer. Va a haber cuestionamiento, problemas, como siempre pasa. A mí también. Perdí, gané, goleé. Hice todo lo que se puede hacer en un clásico”, sostiene.

¿Cómo es el después de una derrota en un clásico, que suele ser más dolorosa?

Al otro día es terrible. Y, en este caso es peor, sobre todo porque no hay Campeonato. Viene la Copa Chile. Uno busca ganar el partido siguiente y sacarse el veneno de perder un clásico, pero sabes, no me hago problema porque pierdan. Viví todo el tema y sé que las cosas, al final, terminan saliendo bien. Termino viendo el lado positivo. Después de tanto ganar, seguramente vienen momentos más bajos hasta que se pueda equilibrar todo.

¿Qué influye en la actualidad de la UC?

Para nada uno puede dejar afuera del análisis que la UC no está jugando en su estadio. Al equipo que sea, eso le afecta. Es súper importante entenderlo. En pandemia se jugaba sin público, pero en sus estadios. Siempre hay múltiples factores por los que te puede estar yendo mal. La conformación del equipo, el cuerpo técnico, desorden de los dirigentes, da lo mismo. Y no digo que sea el caso. La localía es un factor muy importante. Si la UC hubiese jugado siempre los clásicos en San Carlos, tendría muchos más campeonatos. No es lo mismo jugar finales en el Nacional que hacerlo en San Carlos.

¿Le sorprende que los dardos apunten a Holan?

No. Es normal que pase en esas cosas. ¿Cuándo no ha pasado así? ¿En qué parte del mundo el técnico no es el primer cuestionado?. Pero hay procesos y la dirigencia sabrá hasta cuando dure este. Qué momento, qué es lo mejor. Tienen el feedback de los jugadores y van sabiendo. No es llegar y sacar. Hay distintos factores. Muchas veces se trabaja bien, pero no salen los resultados porque están esos factores. Está lo del estadio, por ejemplo. Aparte, Católica entrena ahí y ya tiene una cancha menos para practicar. No es tan fácil. Los dirigentes, la gente que está dentro, va teniendo ese feedback para saber cuándo hacerlo o no. Si se trae alguien más, quién va a venir. Cambiar al técnico es un cambio importante, no es llegar y hacerlo. Y yo siento que Holan hace un excelente trabajo.

¿Ha visto a la UC?

Reconozco que muy poco. Sé que no ha andado de la mejor forma, aunque siento que este receso le va a venir bien. Incluso no estando en su mejor forma, quizás, no está lejos de la punta y ganando un par de partidos, espero, que se meta en los primeros puestos.

¿Le ayuda tener una base, un trabajo de años?

Es que Holan trabaja muy bien. Yo lo vi en la primera etapa y lo que hace es excelente.

¿Qué es lo que más le gusta de su propuesta?

Ariel busca ser siempre agresivo con el balón. A Holan nunca los vas a ver siendo ratón. Al contrario, siempre busca la superioridad numérica, en todos lados. Busca que el equipo salga jugando, desde el arquero. Se nota clarísimo. Los principios de juego se notan claramente. Ha ido cambiando en el último tiempo, pero siempre bajo la misma mirada.

El hincha, en el último tiempo, lo resiste ¿Está al tanto de eso?

Sí, pero es por los resultados. Cuando los resultados no salen, obviamente pasa eso.

¿Se ha puesto muy exitista el hincha de la UC? ¿Se malacostumbró?

No. Nadie se malacostumbra por eso. Son los tiempos que se viven y está bien que se pongan exigentes, si el fútbol tiene que ir subiendo su nivel. Todos. Los periodistas, como ustedes; los entrenadores, como nosotros; los jugadores y los hinchas. Todos debemos subir el nivel. ¿Por qué nos vamos a quedar con poco?

O sea, puede llegar a ser un ejemplo.

Yo creo que es un ejemplo. Y todo tiene que ser exigencia. Entre más nos exijamos, no pasándonos para el otro lado, con las groserías, todos deberíamos exigirnos un poquito más. Desde las escuelas de fútbol. El profesionalismo es la última pata de todo esto. Por eso digo que desde las escuelas de fútbol debemos exigirnos para subir nuestros niveles.

Cristián Álvarez, en San Carlos de Apoquindo. (Foto: Agenciauno)

El emprendedor

Han pasado casi cinco años desde su último partido, ¿en qué está?

Siempre me ha gustado un poco el tema empresarial, hacer negocios, emprender en cosas. En este momento, estamos creando deporte para todos los niveles. Desde niños que quieren divertirse en el fútbol, que quieran trabajar de forma más profesional o personalizada y adultos, que los entrenamos para sus respectivas ligas y, lo que es mucho más pro, que responde a un método más avanzado, de niveles mayores.

El ‘nosotros’ incluye a su hermano, a Iván.

Incluye a Iván y a varias personas que trabajan con nosotros. Mi señora, por ejemplo, es la administradora de todo.

Él, en algún momento, también emprendió en el área de la actividad física, en plena pandemia.

Hacía clases online y aprendió mucho con eso. Es un muy elemento para este emprendimiento. Aparte tenemos una escuela de fútbol grande, que se llama B-Talent, que la tenemos con Benjamín Ruiz, que es nuestro socio.

¿Le sorprendió que Iván saliera de la UC?

Lo que pasa es que las decisiones no se toman de un día para otro. Somos hermanos y uno va sabiendo lo que queremos, lo que vamos formando. Hacemos una muy buena dupla formando jóvenes. Iván se ha estado formando en este tiempo que ha estado fuera de la UC. Se ha ido preparando. Fue a Argentina a ver cómo funcionan las divisiones menores, por ejemplo.

El apellido Álvarez en la UC es importante. Ambos se formaron y jugaron en el club. Usted es un emblema del club. Cuesta verlo afuera.

Yo creo que uno cumple ciclos en ciertos momentos y depende de las expectativas que uno tenga. A mí, el tema empresarial, el de emprender, siempre me ha llamado mucho la atención, me ha tirado y lo busco. Estar trabajando en el club me quitaba harto tiempo y necesitaba echar a andar las empresas. Y a Iván en ellas. Por eso, también, lo incentivé para que armáramos esto. La idea es destinarle tiempo, porque hay que entregar buen trabajo, cosas distintas. No ser una escuela de fútbol más. Queremos formar niños. De todo tipo. Pero hay un mundo que navega en que no saben qué hacer, porque son muy buenos para las escuelas, pero les falta para las divisiones menores. En esa etapa estamos trabajando.

¿Es en esta etapa donde hay que concentrar esfuerzos pensando en la renovación?

Ahí hay que poner el ojo. Entre los 10 y los 14 años. Y trabajar firme en la parte técnica, en la comprensión del juego.

Ya no está en la UC, ¿cómo la vive desde otras posiciones, la del hincha, la del exjugador, a cinco años del retiro?

A mí no me costó nada. Mi personalidad es de dar vuelta rápido las cosas. Me retiré y dije ‘listo, ya no soy más futbolista. Ahora soy un preparador de futbolistas’. Y a eso me tengo que dedicar. Estoy súper enfocado. Todos los días pienso, escucho, leo y veo cosas para estar a la vanguardia en la formación. Esa es la idea.

En su momento se pensó en usted, en conjunto con Mirosevic, para desarrollar un área importante. Usted estuvo en la secretaría técnica.

Trabajé relacionado con el plantel en esos tres años. Luego tomé otros caminos y me fui inclinando por tomar a la Sub 12, que me encantó. Querían que me quedara, pero tomé otro rumbo, por mi forma, nomás. No hubo ningún problema. Me llama la atención. Hasta dónde, no sé. A lo mejor, en otro momento, me meteré en otro club.

¿La huelga, en la que usted incluso renunció al club, tuvo que ver?

No. No tiene nada que ver. Absolutamente. Como te digo, no hubo ningún problema. Las cosas que pasaron ahí las hablamos y todo bien. Lo último que hice ahí fue el Método UC, que resultó extraordinariamente bien. Me despedí bien y me fui. Eran entrenamientos a niños que venían de distintas partes de Chile. No lo veas como un campamento. Los preparábamos durante cinco días, en doble jornada, con toda la implementación, con sicólogos, nutricionistas. Les mostrábamos cómo juega la UC. De 120 niños, uno quedó y fue campeón ahora, con la Sub 13. Estoy orgulloso por eso. Feliz. Uno salió y es muy difícil que eso pase. Fueron entrenamientos de alto nivel.

¿Cómo ve al club? Hoy, por ejemplo, está construyendo un nuevo estadio

Lo veo bien, siempre creciendo. Católica no se ha estancando, si bien a veces los resultados no acompañan. Como institución, la veo bien. Siempre está a la vanguardia de todo, preparándose. Ahora está armando un estadio que va a estar dentro de los mejores de Sudamérica. La gente debe estar orgullosa de lo que se está haciendo en la UC.

¿Le gustaría que alguna de las tribunas del nuevo estadio llevara su nombre?

No sé. No lo podría decir yo. Si te digo que sí, viene de muy cerca la recomendación. No lo sé, la verdad. Que lo decida la gente. Da lo mismo. Al final, con tribuna o sin tribuna, yo me siento orgulloso de haber estado donde estuve y de lo que logré con la Católica.

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