Cristian Aubert (47 años) mira el teléfono cada cinco minutos. Para ver la hora, para revisar algún mensaje o para cortar la llamada entrante. Ser esclavo del celular es parte de sus obligaciones como presidente de Universidad de Chile. Y también el dormir mal, como le confiesa a El Deportivo, porque cada vez que se despierta para repasar ideas, soluciones y problemas que persiguen hace mucho a Azul Azul.
¿Terminaron mandando a la mierda a Walter Montillo?
No…
Fue lo que dijo textual en su ceremonia de despedida y lo dio a entender en todas sus declaraciones posteriores.
Montillo fue un gran jugador, un muy buen profesional. Tuvo una excelente carrera, tremendamente exitosa. Siempre demostró ser muy hincha del club, y lo demostró con su familia, lo que para nosotros siempre fue de mucho orgullo. No pudimos cuadrar los tiempos entre las fechas que él quería buscar una renovación y cuando el club determinaba que era el momento más oportuno. Y siento que en ese momento pensó en él, más que en el club.
¿Todavía Montillo se siente más importante que el club?
Solo te diré que el club siempre será más importante que los jugadores.
¿Le hizo daño al club con todo esto?
Sí, claro que le ha hecho daño.
¿Pero usted le mintió a Montillo? ¿Le hizo una promesa de renovación que no cumplió?
No.
¿Por qué Montillo no y Cañete sí? Son puestos similares.
Lo que pasa es que lo que uno tiene que ir viendo es cómo va armando el equipo y en el proceso de estructuración de un equipo, los directores deportivos buscaron una alternativa de jugador volante de creación de las características de Walter y encontraron en Marcelo Cañete una muy buena. Un jugador que en 2020 tuvo un rendimiento extraordinario en Cobresal, fue el mejor asistidor del fútbol chileno.
Si en diciembre le hubiesen preguntado si quería a Montillo en la U. ¿Qué hubiese dicho?
Yo hubiera respetado su decisión de retirarse del fútbol.
¿Hay dos bandos en Azul Azul como sucede en Colo Colo?
No.
Pero sí hay un distanciamiento dentro del directorio…
Cada director tiene su mirada dentro del proyecto. Hay temas en los que estamos 100% de acuerdo y hay temas en los que en ocasiones no lo estamos. Se discute en la interna y se llega siempre… o casi siempre… a una decisión de consenso. Así que yo por lo menos, no veo eso.
¿Y su distanciamiento con José Luis Navarrete, ex presidente de Azul Azul?
En lo personal yo no tengo ningún problema con José Luis Navarrete. Ha sido un compañero de trabajo por casi un año. Él es un apasionado de la U. En general tenemos formas distintas de administrar, cada uno tiene su estilo, los dos me parecen válidos y adecuados. José Luis llegó a hacerse cargo de una transformación importante, a un club que tenía muchos excesos, que venía de una administración poco rigurosa y yo creo que él ayudó, junto a Mario Conca y al equipo de la administración, a ordenar financieramente al club.
Pero su llegada, Cristián, al directorio y luego a la presidencia sí generó tensión en la cúpula…
Siento que los cambios en una estructura siempre generan en una primera etapa algún tipo de tensión, algún tipo de ruido e incertidumbre, pero se resolvió rápidamente.
Es verdad, pero una cosa es eso y otra la enemistad.
En el directorio de Azul Azul no hay enemistad. Yo te diría que lograr una amistad es algo que requiere de tiempo, pero aquí la gracia que tiene este directorio es que tiene al club de la Universidad de Chile como prioridad única.
“La U es mal administrada”. Una crítica que se repite…
Es una crítica que no tiene fundamento. Yo creo que la U, o Azul Azul en este caso, está en un proceso de estructuración de la mano de este nuevo presidente, pero a mí no me parece que nosotros tengamos una mala administración, muy por el contrario. En 2020 logramos equilibrar las finanzas, tenemos un club ordenado desde lo administrativo, tenemos un plantel que está ordenado desde su conformación y sus remuneraciones, en línea con lo que el club es capaz de generar y financiar. Tenemos proyectos importantes, una excelente relación con nuestros auspiciadores. Eso demuestra que hay una administración sólida.
Pese a todo eso, la U recién en la última fecha pudo decir estaba sin peligro de descender.
Nosotros tuvimos un 2019 muy malo en lo deportivo. Y eso en 2020 lo tuvimos que llevar encima. Administrar ese déficit del año anterior hasta las últimas fechas. Y como esto es fútbol y no hay resultados garantizados, terminó como terminó. Pero hoy podemos estar tranquilos, esperando esta fase clasificatoria de la Copa Libertadores y mirando el 2021 con optimismo, porque estamos convencidos de que tenemos un plantel adecuado para esta competencia.
Ustedes están convencidos, pero Dudamel no…
No estoy de acuerdo con lo que dices. Yo creo que Dudamel lo que ha dicho es que a él le gustaría tener una participación distinta en el proceso de contrataciones. Nos tocó conversar con él en el proceso de entrevista y el club desde muchos años ha tenido una visión clara de lo que es su patrimonio, que son los jugadores. Y el club hace años decidió que su patrimonio lo administra el club y por lo tanto, los jugadores son del club y los contrata el club. Lo que hemos tratado de hacer en el tiempo es hacer participar a los entrenadores de estos procesos, escuchar sus opiniones y tratar de consensuar equipos con jugadores que puedan ser un activo para el club y que tengan en general una posibilidad de desarrollarse, crecer y eventualmente salir.
¿Dudamel no conocía ni participó en la llegada de ninguno de los refuerzos? ¿Se los encontró de sorpresa?
Nosotros no contratamos de un día para otro. Los procesos de contratación de jugadores tienen sus tiempos, pasan por la comisión de fútbol, pasan por el directorio para su aprobación y los directores deportivos tienen un espacio de tiempo en el cual conversan con el técnico. Estoy convencido de que la gran mayoría de los nombres siempre estuvo arriba de la mesa.
¿Se hará o se hizo algo con estas declaraciones incendiarias de Dudamel?
En lo personal, converso con él prácticamente todos los días. En su momento conversamos sobre sus declaraciones…
¿En tono pidiendo una explicación o tono reproche?
En tono constructivo. Siempre mis conversaciones tienen un tono constructivo, de mejorar las cosas que no hacemos bien y potenciar las cosas sí se están haciendo bien.
Coincidamos en que sus declaraciones sonaron como un parche antes de la herida…
Esa es la visión que tienen algunos. No es lo que el técnico me transmitió.
¿Nunca estuvo en duda la continuidad de Dudamel? ¿Lo está ahora?
No.
¿Es una conclusión de todo el directorio, de una parte o solo suya?
Te insisto. Nosotros como directorio tenemos conversaciones, tenemos discusiones, nos damos la oportunidad de discutir muchos temas, pero en general y en casi todas las oportunidades tomamos decisiones unitarias.
Usted tiene al hincha en contra. ¿Lo siente así?
No. No soy muy seguidor de las redes sociales, por lo tanto no tengo esa percepción. Pero los hinchas con los que tengo contacto, en general son muy apoyadores de la gestión. Muy entusiastas con esta idea de cambios y de renovación.
No lo ve, pero está claro que es así. ¿Es algo que viene con ser presidente de la U?
Soy presidente de la U y nunca se le puede dar en el gusto a todos. Lamentablemente. No todos piensan que los refuerzos son los que deberían ser, no todos piensan que los cambios hay que hacerlos. Hay diferentes visiones. Yo tengo probablemente muchísima más información para poder tomar decisiones, de las que tienen muchos de los hinchas, y por lo tanto cuando tomamos una decisión en el directorio o en la comisión de fútbol, es porque de verdad tenemos una cantidad de antecedentes tal que nos permite tomar o tratar de tomar la mejor decisión posible.
El episodio “ucat…” no ayudó mucho a mejorar la imagen…
Eso dejémoslo en que fue un lapsus lingüístico. Que proviene de una pelea que había tenido poco antes de la presentación con un amigo de la otra universidad.
¿Todavía le motiva ser presidente de la U?
Todavía me motiva ser presidente, porque hay varios temas, puntos que deben resolverse y me gustaría dejar todo ordenado, resuelto durante mi periodo. Vine a implementar un proyecto y me gustaría terminarlo. Es un trabajo muy estresante, pero que también da muchas satisfacciones.
Cuando le pedí esta entrevista, me dijo que solo habla cuando tiene algo que decir. ¿Qué tiene que decir ahora?
Como presidente del club, cada cierto tiempo, hay que tratar temas que muchas veces entre los hinchas quedan en duda o no tienen la versión oficial…
A veces lo oficial no es lo real…
Esa es la típica percepción de los periodistas. Yo trato de ser lo más real posible, trato de decir las cosas por su nombre, trato de no justificarme de las cosas malas que hago.
¿Y qué cosas necesitan ser aclaradas ahora?
Los temas que tengan que ver con jugadores, con el entrenador, con mi equivocación del otro día en la conferencia de prensa. Siempre el hincha tiene dudas que la dirigencia debe tratar de explicar. Uno tiene que aprender a convivir con la crítica. En el fondo, los dirigentes solo lo hacemos bien cuando ganamos campeonatos. Todo el resto del tiempo, recibimos críticas. Son las reglas del juego.
El caso Luis Jiménez: ¿La U despreció su fichaje?
Eso del desprecio que se instaló es una lectura que no corresponde a la realidad. Yo personalmente hablé con Luis Jiménez, la semana pasada. Le pregunté cuál era su situación en Palestino, me lo explicó claramente y yo le dije inmediatamente que las condiciones que él tenía en Palestino eran muy buenas y que nosotros estábamos en una etapa donde nuestros recursos son limitados y tenemos restricciones que no nos permiten poder contratarlo y él lo entendió. Me dijo que era responsable de mi parte tener política de contratación y todo bien. De hecho, esa noche en sus redes sociales él sale a contar que se queda en Palestino. Ahora, yo no puedo salir a explicar cosas que a mí no me parecen pertinentes o razonables. En el caso de Jiménez, lo único que le puedo decir a los hinchas es que lamentablemente no pudimos traerlo.
¿Las contrataciones para 2021 están completas?
No se puede decir que están cerradas las contrataciones, porque la ventana del mercado es amplia, hasta abril. Por ahora no ficharemos, pero también depende de las necesidades y de lo que pase, por ejemplo, en la Copa Libertadores. Depende de las necesidades y de los puestos que requieran ser reforzados.
¿Qué es más importante para la U en 2021: números azules o títulos?
Siempre lo más importante son los títulos…
¿Aunque eso implique tener números rojos?
Ese es el problema, porque no necesariamente ganar títulos conlleva números rojos. Nosotros creemos que contamos con un equipo competitivo, sin necesidad de tener que gastar más allá de lo que el club puede. Los clubes hay que mirarlos en el mediano y largo plazo. No podemos solo mirar el corto plazo.
¿Y qué es lo mínimo exigible para la U en 2021?
Pelear el campeonato y clasificar a una copa internacional. Evidentemente uno siempre quiere más clasificar a la Copa Libertadores, porque es más atractiva y la visibilidad que tiene para jugadores y para el club es mayor.
¿Con el equipo que tiene la U hoy, eso es exigible?
Yo creo que es posible. Lo de exigible me parece que suena mal. Yo creo que tenemos un equipo competitivo, un cuerpo técnico de primer nivel, infraestructura de primer nivel, tenemos todas las condiciones para que nos vaya bien.
¿Se quiso limpiar el camarín al sacar a los referentes?
Yo no creo que el club haya necesitado una limpieza de camarín. No era un camarín con mal ambiente, sino todo lo contrario. Ese término de la limpieza de camarín a mí me parece bien equivocado. Es peyorativo.
¿Hay un club modelo en Chile?
En Chile no. Hay clubes que lo están haciendo bien, como la Católica, pero el club modelo, a mi juicio, es el Manchester City, porque tiene unos sistemas de trabajo, de evaluación de jugadores, de seguimiento, de análisis de métrica, tiene muy complementado lo objetivo con lo subjetivo. Y eso te permite tomar buenas decisiones. Es eso lo que genera el desarrollo de los clubes: sumar información con conocimiento. Y en eso ellos son líderes.
¿Y la U no puede llegar a eso?
Sí, la U puede ser como el Manchester City. La U puede llegar donde quiera, yo no le veo límites. El problema es el tiempo y los recursos. Mientras más grandes eres, optas a más recursos, mejor tecnología. Siempre hay gente desarrollando programas distintos, de seguimiento, control, análisis y el más grande siempre se lleva lo mejor primero.
¿Usted es un presidente cerebral o apasionado?
No, yo soy más cerebral, definitivamente. Más estratégico. Trato de pensar antes que actuar.
¿Eso es lo que le falta a la U hoy?
No, yo creo que son complementos nada más. Estilos. Si miro para atrás, te podría decir que Federico (Valdés) era más cerebral y don Pepe (José Yuraszeck) o Carlos Heller eran más pasionales. No existe el mejor. Al final los resultados se terminan viendo en la cancha. Y yo sufro cuando le hacen un gol a los niños de la Sub 14 igual que si fuera el primer equipo. Y también estoy alucinado porque las mujeres van a jugar la Copa Libertadores. Es para los dos lados.
¿Desde el punto de vista cerebral hoy el proyecto estadio debe estar guardado en el fondo de un archivador?
Desde el punto de vista racional, el proyecto estadio es difícil validarlo. Porque son inversiones muy grandes para un uso muy limitado. Pero desde el punto de vista del hincha y del valor agregado que significa tener un estadio, yo siento que un equipo que organiza los partidos en su casa gana una cantidad enorme de cosas que se pueden hacer. Y eso tiene mucho valor.
Muchos clubes lo han hecho: ¿Usted le cambiaría el escudo a la U?
Jamás. No sé por qué lo hizo la Juventus, por ejemplo. Yo no lo haría. Es más, yo creo que la U debiese tener solo un color de camiseta. La azulina y no el azul marino. Debería ser así siempre. Así como el Real Madrid es blanco, nosotros somos azulinos.
¿Y no le complica que la de recambio sea blanca?
Me da lo mismo. Porque es la de recambio.
Representantes dueños de los clubes, ¿para usted es un problema? ¿Da lo mismo?
Mientras los dueños de clubes respeten las normas, las bases del campeonato y aumenten la competitivas del torneo, da lo mismo quién sea el dueño. Al final estamos todos en una misma competencia, pero que la competencia sea leal.