Cristian Rudloff (29 de agosto de 1976) está en Colorado juntos a los Cóndores, para el partido que hoy entregará un cupo para el Mundial de 2023. Se jugará a las 15 horas, en un encuentro en el que el equipo de Pablo Lemoine deberá remontar el 21-22 del duelo de ida frente al poderoso Estados Unidos. Desde allí conversa con La Tercera sobre el sueño del equipo chileno de rugby de meterse a su primer Mundial. Está ilusionado. También aborda la gran polémica que se ha visto envuelto el rugby nacional en los últimos días: el deplorable estado en que quedó la cancha de Santa Laura tras el encuentro ante los norteamericanos. Admite que es urgente que la selección tenga su espacio. Una de las opciones, dice, puede ser el legado de Santiago 2023.
¿Cómo están para el duelo de vuelta ante Estados Unidos?
El equipo está tranquilo, con ganas de que llegue el día y convencidos de que esa mínima diferencia, ahora puede estar de nuestro lado. Los jugadores tienen un hambre gigante por clasificar al Mundial, por hacer historia para el deporte nacional.
Pablo Lemoine termina contrato a fin de año. ¿Si no se clasifica al Mundial, cambia en algo su situación?
Este ha sido un proceso tremendamente exitoso, que más que resultados, ha cambiado el enfoque cultural de parte los rugbistas y del deporte a nivel local. Más que cambiar o pensar en caminos diferentes, tenemos que fortalecer esto, pase lo que pase. Pablo ha sido un ejemplo de sacrificio y de cambio para el círculo directo que él impacta, y para los miles de niños y niñas que sueñan con ponerse la camiseta de los Cóndores en un futuro.
La cancha del Santa Laura quedó inutilizable tras el partido de ida...
Nosotros estamos muy agradecidos de Unión Española. Tal como mencionó el gerente, cuyas palabras reflejan el compromiso que tiene el club con todos los deportes, en un momento donde no teníamos estadio, ellos con una altura de miras muy grande nos facilitaron Santa Laura, que es un recinto muy grato para jugar en él. Más que una molestia, deberían sentirse orgullosos del aporte que hicieron y que están haciendo para que otros deportes sigan creciendo y que Chile como país pueda desarrollarse más integralmente.
¿Fue muy difícil encontrar un estadio para jugar?
Teníamos reservado hace mucho tiempo el Nacional para los duelos ante Escocia y Estados Unidos, pero lamentablemente los retrasos en las obras impidieron que se jugara ahí. También estuvo la opción de San Carlos de Apoquindo, pero por temas de la remodelación no se pudo. El estadio de La Pintana lamentablemente era muy pequeño para eventos de esta magnitud, y en el caso de Santa Laura, una vez que les entregaron el calendario de partidos del Torneo Nacional, nos recibieron con los brazos abiertos porque entendían la situación. Obviamente nadie esperaba una tormenta como la que se vivió ese día.
¿Culpa a la lluvia de ese día?
Exacto. De hecho, cuando tuvimos el partido con Escocia, dos días después jugó la Universidad de Chile en el mismo estadio y no sufrió ningún daño. Esto es producto única y exclusivamente de las condiciones climáticas que enfrentamos ese día y no de otra cosa. Tenemos un registro espectacular del estado en que ha terminado el campo después de todos los partidos que hemos jugado. Nosotros hemos disputado duelos en el Nacional, Sausalito, Elías Figueroa, Germán Becker, La Granja y en el CAP, y nunca el campo había sufrido un daño de ningún tipo.
¿Qué falta para que el rugby tenga su propia casa?
Hoy día tenemos una urgencia muy grande, no solo de un estadio, sino que de mejorar la infraestructura del Centro de Alto Rendimiento del Rugby, nuestra propia casa y en donde entrenamos todos los días. El rugby es un deporte inclusivo, integrador, que busca que todos puedan participar y no necesitamos algo exclusivo, sino que prioritario para que en estas fechas tenga el rugby la prioridad número uno, en donde idealmente sea de pasto sintético. Perú tiene un recinto así como legado de los Panamericanos de 2019, Colombia tiene uno como legado de juegos internacionales, Argentina también, como legado del Mundial Sub 20. Eso estamos buscando, una cancha de uso prioritario para el rugby o una infraestructura necesaria en nuestro centro de alto rendimiento, ojalá como legado de Santiago 2023.
¿Es una opción real? Porque Santiago 2023 ya definió sedes y recintos.
Como buenos rugbistas, nunca bajamos los brazos y seguimos trabajando, seguimos hablando con las autoridades, porque creemos que los necesitamos y porque, a la luz de todo lo que hemos logrado, lo merecemos. El rugby merece tener infraestructura de calidad, porque los deportistas lo necesitan.
¿Cree que las conversaciones lleguen a buen puerto?
Nosotros seguimos trabajando con todos quienes crean en el proyecto. También sabemos que los recursos de Santiago 2023 estaban designados hace mucho tiempo, por lo tanto es difícil, pero no vamos a bajar los brazos hasta lograrlo, ya sea a través de la Corporación o por otras vías de financiamiento público, privado o mixto, porque la verdad necesitamos con extrema urgencia un estadio donde entrenar o recibir partidos de la talla de lo que estamos avanzando.
¿El CAR podría transformarse en ese estadio?
La verdad es que para nosotros es muy importante encontrar una inversión en infraestructura suficiente en el CAR. Es nuestra casa, estamos convencidos de que sí se puede, pero obviamente no un estadio gigante. No queremos eso en el CAR, pero sí una infraestructura para 4.000 o 5.000 personas, y cuando tengamos partidos de relevancia o impacto mayor, jugar en otro lugares de Santiago o en otras regiones, ya que ese es uno de nuestros objetivos.
¿La Federación tiene financiamiento para hacer algo así?
Hoy en día nosotros no contamos con los recursos. Recibimos la federación en una condición de deuda importante y estos casi tres años de pandemia no han ayudado a revertir esa condición financiera. Pero sí a través del plan estratégico que desarrollamos, el valor del rugby ha subido mucho y hoy día tengo que ser muy agradecido del Estado, que nos ha apoyado y nos sigue apoyando. El público chileno también nos está acompañando en masa.
Un apoyo que parece ir aumentando con el tiempo...
Nos alegró muchísimo ver que miles de personas nos acompañaron ante Escocia y Estados Unidos, pero estábamos convencidos de que iba a ser así, porque hay un altísimo interés en el rugby y en eventos de este calibre internacional. Estamos convencidos de que la gente nos seguirá apoyando porque hoy en día estamos preparados para competir y antes no. Son muy pocos los deportes que pueden decir que en 14 días llevan 20.000 personas a un estadio. Eso es el rugby hoy.