Cristián Zavala se ha pasado las últimas horas en situaciones decisivas. Fue convocado a la Selección, debutó por la Roja, fue elegido en la oncena ideal de la última temporada por El Deportivo y define su futuro. Ayer, de hecho, se reunía con la dirigencia de Melipilla para trazar el 2022. Lo más probable es que el nuevo año lo sorprenda con otra camiseta. De ser así, calzaría con la proyección que realizó para la próxima etapa de su carrera, la que dice, ha ido cumpliendo de acuerdo a lo que tenía trazado. Por ahora, valora haber saltado vallas complejas. “Hace un año estaba jugando en Segunda División y cuando pude volver a Coquimbo dije que tenía que aprovecharlo. Se dio la posibilidad de ir a Melipilla y creo que también lo hice. Es mi mentalidad de trabajo”, explica. El próximo salto está a la vuelta de la esquina. Asegura que está preparado para darlo.
¿Qué le parece estar en la oncena ideal de El Deportivo?
Es un honor. Estoy contento porque lo que me propuse a comienzos de año se fue dando poco a poco. Y quedé feliz también con el rendimiento de mi equipo.
En el equipo aparece por la izquierda, pero ¿donde se siente más cómodo?
Por ahí. Siento que juego mejor, rindo mejor. Por la derecha jugué en la Selección y me sentí cómodo, pero en la izquierda creo que soy más determinante.
¿Esperaba una temporada tan fructífera?
Me lo había propuesto a comienzos de año. Yo soy mucho de creer en lo que pienso y así fue. El año fue ascendente y terminó muy bien.
¿Cambió alguna rutina, ajustó algo?
Sí. Uno cambia muchas cosas. Deja de lado muchas cosas por lograr lo que uno quiere. No puedo contar los secretos, pero, por ejemplo, dejé las gaseosas. Ya no tomo gaseosas. Es un sacrificio demasiado importante. Hasta un vasito lo cambiaba todo. El té lo tomo con muy poca azúcar. Cosas así.
El futuro
¿Tiene claro donde jugará en la próxima temporada?
Ahora (ayer, por la tarde) tengo una reunión con Melipilla. Después de ella se va a resolver qué va a pasar conmigo. El contrato está vigente así que, de no pasar nada, voy a seguir en Melipilla. Y si no, voy a dar el salto que quiero dar.
Eso es lo formal, pero seguramente sus expectativas son otras ¿sabe del interés de Colo Colo?
Por todo lo que se ve, pero no me han llegado ofertas a mí. Todo le llega a mi representante. Con ellos no he podido conversar. Les he pedido que no me avisen y que no me llenen la cabeza de cosas, porque no me sirve. Lo de Colo Colo no lo tengo claro, no sé qué tan real es, pero, si es así, quiero dar ese salto, me lo gané. Quiero darlo.
Ha declarado que una de sus ambiciones es disputar un torneo internacional. Y Colo Colo juega la Libertadores.
No sé si es por Colo Colo. Yo quiero jugar la Copa Libertadores, porque fui a la Sudamericana, con Coquimbo y no pude sumar minutos. Quiero sentir esa presión, quiero ir a un equipo grande. Si no se da en Chile, no tengo problema en que sea afuera.
¿Se imagina peleándole el puesto a Solari?
Por lo que he escuchado, al profe Quinteros le gusta más Solari por el sector derecho. Yo juego por el izquierdo. Si se da la opción de ir, voy a pelear el puesto siendo leal y trabajando para el equipo y para mí.
Además, podría tomarse revancha, porque usted se formó en Colo Colo, pero se tuvo que ir.
Hasta los 15 años estuve en Colo Colo. Tuve un problema con un técnico y salí. Fue un problema interno. Me fui a Magallanes. Ahí no estaban muy bien las cosas y me quedaba muy lejos. Entonces, partí a Coquimbo.
El paso por los piratas es clave. Usted siempre resalta esa relación.
Siempre lo he dicho. Está el club del que uno es hincha de niño y ese con que uno se identifica. El club que me identifica es Coquimbo Unido. Coquimbo es algo que se impregna.
La opción en la Roja
¿Cómo se sintió en su primera experiencia en la Selección, con un grupo que encarna el recambio?
El grupo es espectacular. Todos sabíamos la importancia de representar al país. Era todo nuevo, lo viví a concho. Lo único que quería era estar ahí. Por lo que uno siente, es un grupo que se está consolidando. Jugamos contra México y era como si nos hubiésemos conocido toda la vida.
En un grupo joven, sobraron la actitud y el atrevimiento ¿alguien asumió el liderazgo?
Estaba Sebastián Vegas que es de los más grandes, de mayor trayectoria. Y también Claudio Baeza. Ambos nos aconsejaron bastante.
Al margen de la conformidad general por la gira, Lasarte les puso tarea. Declaró que hay jugadores que aún tienen que ponerse al nivel de la Selección ¿se los dijo?
El profe nos dijo que aprovecháramos nuestra oportunidad. Esa fue la palabra clave. Era algo que lo pedíamos y creo que lo supimos aprovechar. Lógicamente, no vamos a estar al nivel de los jugadores de la Generación Dorada, porque ellos llevan años en la élite del fútbol. Vamos paso a paso. El promedio de edad del equipo creo que era de 22 años. Vamos bien No hay que apurar nada. Se nos viene un proceso largo, difícil. Entonces, hay que seguir dándole. Lo que espero para el próximo año es seguir manteniéndome en las nóminas de la Selección o, al menos, en la mira. Si hay Eliminatorias o microciclos, quiero ir a todo. De esa forma, puedo mejorar.
¿Habló con Lasarte respecto de lo que espera de usted?
Sí. Me recalcó los puntos que tengo que trabajar, lo que tengo que mejorar y desde ya estoy enfocado en eso. Me lo propuse para el próximo año. Fue súper sincero conmigo. Me comentó lo que quiere que cambie y que mejore y desde ya estoy trabajando en eso. Quiero seguir en la Selección. Entonces, quiero acatar todo lo que me diga
¿Qué le pidió específicamente?
No lo puedo decir. Es privado.
Imagino que son detalles mínimos, ajustes, que seguramente tienen que ver con lo físico.
Claro. Son cosas pequeñas, pero en el fútbol los pequeños detalles hacen grandes diferencias. Entonces, voy a acatar lo que me dijo. Es un hombre sabio. Le haré caso en todo lo que me haya dicho.
¿Cómo es Lasasrte a la hora de exigir?
Es muy exigente, muy dinámico en los entrenamientos. Ese es otro punto. Yo no había entrenado así nunca en mi vida. Es otro sistema el que usan. Se nota que el profe ha estado en la elite del fútbol también. Es otra la forma en que se entrena. En el primer entrenamiento terminé muerto.
El lío de Melipilla
Mientras usted estaba en la Selección, Melipilla veía amenazada su permanencia en Primera por líos administrativos y denuncias, ¿cómo lo vive?
Honestamente, no me interesa lo que hayan dicho los demás. Las cosas se ganan y se pierden en cancha. Vivo en un barrio donde me enseñaron así, a jugar así. Si quieren salvar las cosas por secretaría o por si es que hay algún error, porque esa fue la demanda, no me parece bien. No me llenaría de orgullo lo que hacen ellos. No me sentiría orgulloso si fuera de los que demandaron.
¿Vio algo raro, algo que le llamara la atención? ¿Alguna cifra que no cuadrara?
No, nada. Todo en orden siempre. Nunca se nos atrasaron un día en pagar. Nada.
¿Recibían lo que aparece en el contrato que está registrado en la ANFP o les pagaban por fuera?
A nosotros nos pagan igual que en todos los contratos de trabajo. O sea, lo que uno firma es lo que recibe. A mí me pagan lo que acordé, lo que corresponde. Pero no es un tema del que quiera hablar. No me corresponde.
De acuerdo, pero puede perjudicar considerablemente su carrera, si no sale de Melipilla y tiene que jugar en Primera B, por ejemplo.
A nosotros, con mis compañeros, nos contrataron para jugar al fútbol y eso es lo que hacemos. Lo administrativo no es tema mío. No me corresponde hablar de ese tema. Siempre que me hablan de eso, lo intento desviar. No soy dirigente. A mí me pagan por jugar al fútbol. Lo que sí puedo asegurar es que siempre estuvieron al 100 conmigo. Que han respondido en todo.
¿Ha hablado del tema con sus compañeros?
Estamos todos en la misma. Nos nos interesa porque a nosotros nos pagan por jugar al fútbol y por ganar en la cancha y es lo que hicimos. Nosotros cumplimos y el club cumplió con nosotros. Entonces, hay que esperar la resolución, lo que digan ellos.
¿Colgó la tijera y las navajas?
Eso de ser barbero lo hice en 2020. Había que hacer algo, porque no sabíamos si nos iban a pagar. Me lancé nomás y empecé a cortar. Me lancé. Máquina, navaja, shaver, todo. No me tembló la mano. El primero es difícil, pero después sale solo. Me enseñó un amigo de Conce y de ahí me lancé. Les corté a varios compañeros de Fernández Vial. No me pagaban. Me decían que estaba haciendo la práctica, los canallas.