El triunfo de Argentina en Qatar 2022 y la consagración de Lionel Messi como una leyenda del fútbol debía ser el impulso final para que Sudamérica se transformara en la sede del Mundial que se realizará el 2030. Y así lo reconocían las autoridades chilenas hace unos pocos días.

Esto enriquece la postulación que estamos haciendo desde Chile junto con nuestros países vecinos (Argentina, Uruguay y Paraguay) pues la tradición de América en el fútbol es innegable, por sus jugadores, jugadoras y su historia, por lo tanto, crece el legítimo anhelo que tenemos de organizar una de las principales citas deportivas del planeta”, aseguró la ministra de Deportes, Alexandra Benado.

Lo que en ese instante no se sabía era que la competencia entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo se extendería más allá de sus carreras. Es que el astro portugués está a horas de firmar un millonario contrato con el club Al Nassr y esto lo transformará en el rostro de Arabia Saudita, Egipto y Grecia en su intención de albergar la fiesta universal del 2030.

Algo inesperado para todos los involucrados, pues si bien tener a la Pulga es un plus enorme, nada ni nadie dice que hará campaña para que el evento que ganó se venga a este continente. Lo que si hará su némesis y multiganador de la Champions, pues además recibirá un jugoso sueldo: más 200 millones de euros por cada año de contrato. La operación, en caso que acepte ser el rostro de la campaña, le reportará US$1.500 millones al luso.

Dinero que incluso lo llevará a desconocer la candidatura de su propio país y que ya ha provocado reacciones. Una de ellas es la de Alejandro Domínguez, el presidente de la Conmebol, quién fue enfático en que no renunciarán a esta carrera.

“En honor a esa historia y a esa pasión, queremos que la Copa del Mundo del 2030 se juegue en Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile. Queremos que, cien años después, el balón vuelva a rodar donde todo comenzó”, sostuvo el paraguayo.

Más obstáculos para nuestro continente

La idea de los árabes es que CR7 juegue dos años y medio en la liga de ese país y luego se dedique a ser embajador de lo que será el acontecimiento que celebrará los 100 años de la competencia entre naciones. Desde un principio se ha hablado de 200 millones de euros por cada una de las temporadas. Tal y como ha podido saber Marca esa cantidad hace referencia a los dos años y medio como futbolista, cantidad que aumentará cuando pase a ser embajador de la candidatura para organizar el Mundial”, detalló el mencionado medio hispano.

Pero esa no es la única mala noticia que viene de la península ibérica. El presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, enfatizó en rueda de prensa que España, Portugal y Ucrania “son firmes candidatos” para organizar la cita de ocho años más.

“Seguimos en la andadura con la ilusión de albergar un Mundial. Podríamos hacerlo a pocos meses, pero con el tiempo y la seriedad que estamos trabajando somos firmes candidatos”, detalló. Y no era para menos su entusiasmo, ya que habían recibido una subvención de 7,5 millones de euros para la preparación de la candidatura y la mejora de infraestructuras que se requieran para el mencionado evento.

Sin embargo, el deseo europeo ya fue abordado por el presidente de la ANFP, Pablo Milad, quién salió al paso diciendo que la postulación de este lado de la Tierra “es una ilusión con historia, la cual está cimentada en lo que marcó el sueño de unos dirigentes en 1926, quienes se ilusionaron por hacer un Mundial. La FIFA y lo que es el fútbol y su potencia social y económica, se la deben a esos dirigentes, que los trataron de locos. Y a nosotros también nos han tratado de locos por querer postular y competir con España y Portugal, pero tenemos un aval, que es la historia; que es la fuerza sudamericana”.

Y ambos escollos se verán en las próximas semanas, cuando delegación de todos los países involucrados se junten en Buenos Aires. “Estamos trabajando muy duro y la próxima reunión va a ser en Argentina. Van a venir los otros tres países, con los ministros de Deporte, para empezar a desarrollar esta idea que tenemos. Ojalá que podamos. Por lo menos, vamos a pelearlo”, detalló el presidente de la entidad que alberga al actual campeón del mundo, Claudio Tapia.

En otras palabras, la ilusión está y por más que Cristiano se interponga o que los europeos quieran competir, aún queda tiempo para corregir errores y sostener un plan, ya que en el 74º Congreso de la FIFA. que se desarrollará el 2023, se decidirá la sede de la festividad de 2030. El mismo que será el segundo en aplicarse con la nueva modalidad, donde 48 selecciones competirán por el ansiado trofeo y que se verá por primera vez en la parada de 2026 que se hará en Estados Unidos, México y Canadá.

Sigue en El Deportivo: