Cristóbal Jorquera pasó los últimos 14 meses de sus 30 años sin pisar una cancha por una rebelde lesión en la espalda. Pasaron 425 días entre que jugó su último duelo con el Bursaspor de Turquía hasta el 2 de febrero pasado, cuando estuvo ocho minutos en el empate de Palestino ante Independiente Medellín. Fue su vuelta al fútbol, pero más que eso, el fin a un calvario que lo tuvo meditando un retiro anticipado. Hoy como refuerzo de los árabes y figura del triunfo del fin de semana, el volante recibe a La Tercera en su hogar.

¿Qué pasó por su cabeza tras más de un año sin jugar?

Fue un periodo muy difícil, inesperado. Nunca pensé que esa lesión me iba a dejar tanto tiempo fuera. Y en los momentos malos, uno se da cuenta de toda la gente que te quiere y la valoriza. Me refugié en mi familia y mis amigos. Llevaba casi ocho años fuera de Chile y la lesión me permitió recuperar el tiempo con toda esa gente. Con eso me pude sobreponer. Hubo momentos de debilidad en que te planteas dejar de jugar, pero fueron pocos. Por suerte.

¿Pensó seriamente en el retiro?

Después de la primera operación, la recuperación fue bastante rápida. En cuatro meses ya estaba entrenando. Me vine a Chile porque iba a nacer mi hija, se me acabó el contrato y cuando estaba arreglando con equipos de allá, me volví a resentir. Esa etapa fue muy dura y ahí me planteé no jugar más, porque sentía un dolor que no se lo doy a nadie.

¿Qué le decía su familia?

El único que se planteaba esa situación era yo. Mi familia apoyaba todas mis decisiones, y me decían que no lo hiciera, que aún era joven, pero ellos no sentían el dolor que yo vivía. Me lo planteé, pero pocas veces, porque si no, quizás, no le hubiese puesto empeño para volver a jugar.

¿Sufrió mucho física y mentalmente?

Lo pasé pésimo porque no se acababa nunca. Llevaba cerca de siete meses sin jugar, estaba entrenando en Colo Colo preparándome para ir a otro equipo en Turquía y me resentí. Anímicamente fue un bajón, y físicamente era mucho más fuerte. Probé tratamientos que no resultaron y decidimos operar de nuevo. Y ahí por fin se terminó ese calvario que no me dejaba hacer casi nada.

¿Está todo superado?

Sí, no he tenido molestias, hice buena preparación.

¿Qué sintió el día en que volvió a jugar?

Una mezcla de ansiedad y felicidad. Me sentía extraño, tras pocas semanas de entrenamiento. Por decirlo de alguna forma, era todo muy nuevo, como asimilar los espacios de una cancha, porque yo me había mantenido jugando baby fútbol… fue todo muy raro.

¿Cuánto cambió el Jorquera que se fue a Europa del que regresó a Chile?

Harto. Me fui con 21 o 22 años y ya tengo 30, con dos niños. Futbolísticamente, con los años vas madurando tu juego, vas sabiendo ocupar mejor los espacios dentro de la cancha.

¿Dónde se ha sentido más feliz y mejor como jugador?

En Parma tuve buenos momentos, era donde mejor me estaba encontrando y tuve la cagada de que el equipo quebró. Tomé la decisión de ir a Turquía, hice tres años y medio muy buenos y, de no haber sido por la lesión, habría seguido ahí. En Colo Colo también fui feliz, porque viví cosas importantes siendo chico. Soy agradecido de la carrera que he tenido.

¿Cómo resume esa carrera?

Uno nunca se puede conformar con nada, soy muy autoexigente. He hecho una muy buena carrera. Pocos jugadores de Chile han estado tanto tiempo fuera. Mi vuelta fue casi obligada por la lesión. Y quiero más. No es que haya vuelto para quedarme. La idea es jugar para volver a irme.

¿Le faltó estar más en la Selección?

Creo que sí. Fui parte de la mejor generación de Chile. Estoy muy contento y agradecido de los momentos que viví junto con ellos y los que después nos dieron con las Copa América. Sí, me faltó. Pero eligieron a otros jugadores. Sí siento que pude haber estado más.

¿Lo dice porque tenía el nivel o porque le faltó demostrar más?

Las dos cosas. En su momento mantuve un muy buen nivel en Turquía y no te miento que se me pasó por la cabeza que pude estar, pero llamaron a otros y son las reglas del juego. No tengo por qué ser del gusto de todos los técnicos. Y cuando estuve, pude haber demostrado más. Pero fue así, no tengo remordimientos.

¿Quiso regresar antes que 2019 a Chile?

No, en ningún momento, aunque tuve la posibilidad de volver a Colo Colo un par de veces. Mi idea siempre fue mantenerme allá el más tiempo posible.

¿Por qué escoge Palestino?

Me dieron la posibilidad de volver a reencantarme con esto. Sentí la confianza de Ivo, sentí que me buscaron los dirigentes, y de afuera se veía un equipo que podía competir. Reunía todas las cosas que en este momento necesito para volver a jugar, reinsertarme y estar tranquilo, con un equipo que juegue al fútbol.

¿Qué espera de esta etapa?

Sumar desde donde me toque. Llevo poco más de un mes y ya me ha tocado vivir situaciones emocionantes. Una Libertadores no se juega todos los días y lo hemos podido hacer de buena forma. Se la voy a hacer muy difícil a Ivo para tratar de jugar y la idea es volver a reinsertarme.

¿Es muy brusco jugar con regularidad en Europa, pasar por un año de para y volver a jugar una Libertadores con Palestino?

No sé si brusco. En este momento estoy tan feliz de estar todos los días en una cancha que algunas cosas pasan a segundo plano. No te miento que hay cosas a mejorar, pero no estoy muy preocupado de eso. Sí de disfrutar, de recuperar el tiempo perdido. Me enfoco en lo deportivo.

¿Los ritmos de fútbol son distintos?

Es diferente, todo tiene cosas buenas y malas. En Europa no es que todo es perfecto y acá no todo es tan malo. Sí hay que mejorar cosas. El ritmo de competencia me he dado cuenta que en Chile ha subido. Nos falta un poquito para estar al nivel de ellos, pero no lo veo como se habla en la tele, donde hay mucha crítica sobre el fútbol nacional.

¿Qué le dice un plantel que incluye a Jorquera, Jiménez, Gutiérrez, Cortés y otros?

La decisión de ir a Palestino pasa por eso. Uno ve esos nombres y al tener una base en la cancha, puedes aspirar a ciertas cosas. Creo que ha salido muy bien hasta ahora. Palestino es un equipo que propone, que es interesante de ver, que tiene jugadores vistosos. Se le ve con respeto.

¿Cuál es la receta de este buen arranque?

Está en el grupo, que es la fuerza mayor. Tenemos una característica en casi todos los jugadores, que es que saben jugar muy bien al fútbol. Tratamos de imponer nuestra idea de juego en base al buen trato de la pelota.

¿Es su principal objetivo la clasificación a la fase de grupos?

Sí, seguro. Nos vamos a jugar uno de los partidos más importantes del semestre, si es que no es el del año. Estamos conscientes de eso, estamos muy ilusionados y concentrados. Es muy lindo jugar una fase de grupos de la Copa; hay seis partidos en que te ve todo el mundo. En lo económico a Palestino le sirve. Vamos a buscar esa gloria con el mayor hambre posible, así lo hemos hablado. Tenemos los medios como para hacerlo.

¿Qué tan importante ha sido Basay?

Es la cabeza del grupo. Él tiene todo el mérito posible, por más que seamos nosotros los que jugamos. Ha sido un factor fundamental. Nosotros tratamos de seguir su idea, y además es muy motivador. Lo conozco hace años, fuimos campeones en Toulon y ahora me llamó para venir.

¿Después de este año de contrato con Palestino, cuál es su ideal?

No sé. El ideal para mí es hoy. Estoy feliz de jugar, de no tener molestias. La idea era volver a sentirme yo, después se verá. Lo que venga va a ser fruto de lo que hago hoy. Por ahora disfruto, después veremos qué depara el fútbol.

¿Y si le deparara ir a Católica o la U, lo haría?

Se puede pensar. No te niego que por haber estado siempre en Colo Colo, se haría un poco difícil la decisión, pero esto es mi trabajo, tengo familia, y si tuviera esa posibilidad de ir ahí, y en ese momento en Colo Colo no, ¿por qué no voy a poder ir ahí? Todos saben que soy de Colo Colo, pero si no tengo la posibilidad de volver y sí a alguno de los otros dos, tendría que ir.