Cristóbal Rodríguez, el sucesor de Cachito Vigil en las Diablas: “Hay pocos entrenadores chilenos y no de mucha calidad”

Cristóbal Rodríguez es el nuevo entrenador de las Diablas.
Cristóbal Rodríguez es el nuevo entrenador de las Diablas. Foto: Cedida

El exhockista fue el elegido para suceder al histórico estratega transandino. Deja atrás sus años en Bélgica, donde dice que estaba muy cómodo, para asumir uno de los desafíos más grandes de su carrera: clasificar al próximo Mundial y a los Juegos Olímpicos.



Cristóbal Rodríguez (44) se muestra listo para asumir su nuevo desafío profesional. Quizás el más importante de su carrera como entrenador. El exhockista, fue seleccionado chileno por 13 años y doble medallista panamericano, regresa al país luego de un extenso paso por Bélgica, donde trabajó en clubes y en la federación de ese país. Cuenta con experiencia también en Brasil. Ese curriculum lo llevó a ser el elegido para suceder a Cachito Vigil como el coach de las Diablas, quienes buscan una nueva medalla panamericana, ir otra vez a un Mundial y también meterse en los Juegos Olímpicos. El nuevo estratega le cuenta a El Deportivo los detalles de su trabajo al mando de la Selección.

¿Por qué acepta el desafío?

Son dos razones. En el tema familiar, estábamos teniendo la idea, la conversación, de ver si volvíamos al país. Siempre que viajábamos y luego nos regresábamos a Bélgica, quedaba esa sensación de que nos podíamos quedar. Por otro lado, en lo profesional, tomar la Selección de tu país es un sueño. Si me llamaban de clubes quizás no volvía. Este es un gran desafío, un proyecto de cuatro años. Además, siempre todos duran los cuatro años, eso también fue un factor importante para tomar la decisión.

Ud. viene de muchos años dirigiendo en el extranjero...

Cuando estudié educación física fue para ser entrenador. En una gira con la Selección me salió la oportunidad de ir a Bélgica. Ahí estuve dos años y armé contactos. Luego estuve en España también. Me llamaron de Brasil, era el asistente de Cláudio Rocha, pero con funciones como casi el primer entrenador. Él era más gestor, consiguió jugadores nacionalizados, con ascendencia brasileña. Estábamos lejos de los Juegos Olímpicos y clasificamos por los Panamericanos. De ahí volví a Bélgica, me casé y nos fuimos con la familia. Estuve en varios clubes y también en la federación, viendo varias selecciones infantiles.

¿Existe una presión por ser el sucesor de Cachito Vigil?

No lo veo así. Pero claro que deja la vara súper alta. Igual serán procesos distintos. Nosotros queremos hacer la pega bien. A Cachito le agradezco que cambió la mentalidad de las jugadoras y eso hace que sea más fácil trabajar. Uno manda a correr a las chicas en un entrenamiento y ellas lo hacen sin problemas. Además, se generó una marca con las Diablas. Ahora todas las jugadoras de hockey quieren ser diabla, antes había menos compromiso.

Cristóbal Rodríguez, el nuevo entrenador de las Diablas.
Cristóbal Rodríguez, el nuevo entrenador de las Diablas. Foto: Cedida

¿Ha tenido contacto con Vigil?

Hemos hablado, pero aún tenemos un café pendiente. Ha sido muy abierto, tenemos una buen relación, yo lo conocía desde antes. Me ha aconsejado con algunas cosas, pero nada al detalle todavía. Nosotros no queremos que sea igual todo. Queremos poner nuestro sello. Hay que usar las bases, pero tener un trabajo distinto.

¿Cuáles son sus metas como entrenador de las Diablas?

Más allá de repetir lo mismo de siempre, trabajamos por objetivos. El único ahora es crecer y generar un equipo. No quiero repetir metas anteriores, porque quizás no es motivante. Ahora, en lo concreto, lógicamente queremos la medalla panamericana e ir al Mundial, que es algo que ya se logró, y también estar en los Juegos Olímpicos, que es algo que nos falta. Es difícil, pero hay que ser ambiciosos y soñar en grande.

¿Cómo se puede mantener el nivel que han tenido como Selección?

Chile ha tenido un gran desarrollo en la disciplina. Antes habían dos mil jugadores de hockey en el país, ahora deben haber 20 mil. No tengo la cifra exacta, pero es la proporción. Ha sido exponencial. Ahora hay infraestructura, tenemos las canchas del Estadio Nacional, entonces podemos entrenar cuando queremos, sin restricción. Antes había que pedir permiso para conseguirse canchas, me pasó como jugador. Lo que sí, la competencia en Chile no es buena. En los equipos, hay dos o tres clubes que marcan mucho la diferencia.

¿Debe mejorar la competencia local?

Eso es más un tema de los clubes. Yo a las Diablas les recomiendo a todas que se vayan a competir afuera. Yo tuve la oportunidad de jugar en Bélgica y en España. Eso te hace crecer, compites y entrenas a más alta intensidad siempre. Acá no. Por ejemplo, cuando las chicas pasan una semana entrenando en sus clubes, sin venir a la Selección, y después tenemos entrenamientos, los primeros siempre con menos intensos. Es normal. Ahora se fueron ocho. Lo malo es que no las entrenas siempre.

¿Las que juegan afuera tienen el puesto asegurado?

Nadie tiene el puesto asegurado. Tenemos Copa América el próximo año y si las que juegan afuera llegan una semana antes, no alcanzaremos a entrenar todo y no serán titulares. Deben estar un mes antes y sus clubes lo saben. Son muchas cosas. En Europa se juega más, pero también tienen más tiempo libre. Es importante que no se dejen estar. Eso es otra cosa que le agradezco a Cachito Vigil, que las jugadoras entrenan por su cuenta, nadie se deja estar ahora. Existe una gran preparación interna y conciencia de cuidado personal por el beneficio colectivo.

¿Dirigir la Selección era un objetivo?

No estaba en mi cabeza realmente. Era diciembre y no veía mi nombre entre los candidatos. Esa vez viaje a Chile y me preguntaba que cuando volvíamos, pero pensaba que era imposible. No tenía por donde, en verdad, no lo veía.

Ud. hace algunos años dijo que se miraba poco a los entrenadores chilenos, ¿qué cambió?

Ahora hago un mea culpa por esas declaraciones. Hay pocos entrenadores chilenos y no de mucha calidad. Pero cuando dije eso además faltaba desarrollo y competencias para surgir. Ahora eso cambió. Al país llegaron muchos argentinos de buen nivel, de buena escuela. Sin embargo, aparte de mi, y no quiero sonar arrogante, no veo muchos entrenadores que estén 100 por ciento especializados, muchos lo ven como hobby, porque tienen otras obligaciones.

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