La ficha: Rusia-Croacia. (2-2) (3-4, en penales)

Rusia: Akinfev; Fernandes, Kutepov, Ignashevich, Kudriashov; Zobnin, Kuziaev; Samedov (54', Erokhin), Golovin (102', Dzagoev), Cheryshev (67', Smolov); Dzyuba (79', Gazinsky). DT: Stanislav Cherchesov.

Croacia: Subasic; Vrsaljko (97', Corluka), Lovren, Vida, Strinic (74', Pivaric); Rakitic, Modric; Rebic, Kramaric (88', Kovacic), Perisic (63', Brozovic); Manzukic. DT: Zlatko Dalic.

Goles: 1-0, 31', Cheryshev. Remate frente al arco, a 20 metros de distancia. 1-1', 40', Kamaric, cabezazo frente al pórtico. 1-2, 101', Vida, conecta un córner. 2-2, 115', Fernandes cabecea de tiro libre.

Tanda de penales: Smolov (fallo, 0-0) / Brozovic (gol, 0-1) / Dzagoev (gol, 1-1) / Gazinskiy (fallo, 1-1) / Fernandes (fallo, 1-1) / Modric (gol, 1-2) / Ignaschevich (gol, 2-2) / Vida (gol, 2-3) / Kuzyaev (gol, 3-3) / Rakitic (gol, 3-4).

Árbitro: S. Ricci (Brasil). Amonestó a Gazinsky (R ); Strinic, Lovren, Vida y Pivaric (C).

Estadio Olímpico de Sochi. Asistieron 44.287 espectadores.

Ya al final de la prórroga parecía que Croacia celebraría su paso a la semifinal de este Mundial. Pero un gol del Mario Fernandes, el lateral brasileño nacionalizado ruso, complicó todo. 2-2 final y una vez más los croatas debieron definir si avanzaban o no desde los 12 pasos. Allí lo consiguieron. Se metieron por segunda vez en entre los cuatro mejores de una Copa del Mundo, desatando la alegría en un equipo que hace años reclamaba brillar.

En un partido intenso, quizás el más emocionante de todos en estos cuartos de final, los dirigidos por Zlatco Dalic consiguieron avanzar en la última instancia y repetir lo conseguido en Francia 98. Lo hicieron ante Rusia, un durísimo rival, que pese a contar con un fútbol rústico y basado en el físico, se despidió luchando.

El partido comenzó con la intensidad a la que los dueños de casa han acostumbrado a mostrar durante toda la Copa. La velocidad que todos, en bloque, impusieron en los primeros minutos, complicó a los croatas, que se movían por la cancha con la clara instrucción de jugar con más pausa, buscando hilvanar las jugadas ensayadas, entendiendo que el buen toque que poseen en el mediocampo, quizás el más poderoso de todos los cuartofinalistas, comandados por Modric y Rakitic, era la mejor arma para conseguir el paso a semis.

Fue difícil mantener la convicción en el planteamiento propuesto por los balcánicos, que sintieron la presión impuesta por los adiestrados por Cherchesov durante prácticamente toda la primera parte. Errores en los centros, en los despejes y en algunos pases,  fueron parte del accidentado tranco por el que pasaron los blanquirojos -hoy vestidos de negro- durante los primeros 40' de juego.

Y ante ese acoso, la apertura de la cuenta llegó casi como un premio para Rusia, gracias a su máximo referente en esta Copa: Denis Cherichev. El jugador de los golazos, que ni siquiera era considerado como titular antes de partir este Mundial, anotó su cuarta conquista con una genialidad en la que dejó sin opciones al portero Subasic (otro descollante de esta llave).

Pero tras ese gol, la férrea defensa rusa se debilitó, pecando de confianza, inexperiencia o presión. La zaga se desentendió y rápidamente Croacia pudo leerlo. 10 minutos más tarde consiguió el empate con la contra. Modric conectó un centro frente al arco para Karamazic, que rodeado de cuatro defensores que increíblemente apenas observaban, cabeceó directo a portería (40'). Así se irían al descanso.

Tras la pausa, Croacia entendió que frente a este rival lo mejor era atacarle, ahogarlo, darles de su propia receta. Ravic planteó a su equipo mucho más ofensivo que en la primera parte, generando acciones en las que nunca contó con menos de cuatro jugadores. Aparecieron Perisic y Ramicic, los dos extremos, para entregar vértigo en cada embate y hacer sufrir a los rusos, que no conseguían encontrar respuestas.

Modric, el llamado a ser protagonista en este partido, no conseguía aparecer. Intentó crear jugadas, entregar algo de esa magia con la que maravilla en La Liga, pero no. Enfadado con sus compañeros, con quienes no conseguía entenderse, permaneció opaco y mucho más retrasado que de costumbre, aportando más en la zona de salida que en la de ataque.

Pudo llegar la victoria definitiva a los 60', tras un remate de Perisic. El central disparó en inmejorable posición, pero el balón dio en el palo izquierdo y se paseó por toda la línea de gol, dejando la definición para la prórroga.

Y en esa instancia, Croacia supo mantener ese dominio y tenencia del balón, manejando los hilos del juego casi sin problemas. Pese a ese suspenso que imperaba en el Olímpico de Moscú, Vida, uno de los hombres fuertes en la zaga croata, consiguió entregar la esperanza. A los 101' conectó un tiro de esquina de Modric, que hizo soñar a todo el equipo. De poco valió, pues Mario Fernandes, convirtió el gol que envió la definición a los penales.

Allí, ambos llegaron ya conociendo la presión de los 12 pasos. Pero Croacia contaba con Subasic, que ya ante Dinamarca -por octavos de final-  había tapado tres penales. Pese a estar resentido del isquiotibial derecho, el arquero del Mónaco se negó a abandonar el campo de juego. Sabia decisión. Tapó el primero, de Fedor Smolov, condicionando desde entrada. Fernandes falló el segundo ruso. Y quien dio el toque de gracia para el 4-3 final fue Rakitic, que pateó certero y sin temor a nada.

Croacia vuelve a soñar, tras 20 años sin meterse en una final. Inglaterra será su rival. El próximo miércoles (14.00 horas) se define todo.