Será su última vez. Mario Salas se sentará en el banco de Universidad Católica esta tarde ante Palestino en el duelo que marcará el final de su etapa en el club, al menos en San Carlos de Apoquindo. Será la instancia para que el técnico se despida del recinto donde alguna vez se hizo fuerte junto a su equipo, lugar donde cimentó un 2016 histórico para la institución, en el que el plantel que adiestró se quedó con los dos títulos del año y con la Supercopa.
El entrenador no seguirá al frente del equipo durante 2018 ya que la directiva decidió poner fin a su vínculo, que expiraba en diciembre del próximo año, por considerar que la situación era insostenible. Y lo era: los cruzados han completado un año para el olvido, en el que fracasaron en todos los objetivos que se plantearon, tanto a nivel local como internacional, y que está siendo coronado de la peor manera con un triste rendimiento en el actual Transición, donde marchan en el penúltimo lugar de la tabla y, con dos partidos por jugar, tienen como único objetivo sumar para no terminar como colistas absolutos.
La relación del DT con los fanáticos se ha desgastado conforme se han acumulado las frustraciones y, de hecho, hace varios partidos que los hinchas se han manifestado en su contra, pidiendo su salida con cánticos e insultos. No obstante eso, le directiva del club, en su afán por mantener los buenos términos de este surrealista despido, calificado por el propio Salas como "inédito", llamó a sus seguidores a darle las gracias al Comandante en su despedida del reducto precordillerano.
"Hace un año, por primera vez en nuestra historia #LosCruzados celebramos un bicampeonato. Este lunes se despide de San Carlos el técnico de esa consagración. #GraciasMarioSalas", pidió el club mediante sus redes sociales, lo que de todas formas generó reacciones encontradas entre los propios fanáticos.
Hoy, a las 20.00, el estratega intentará cerrar de buena manera su paso por San Carlos, en un compromiso que, de todas maneras, no se anticipa fácil por la trascendencia que tiene para los árabes, que buscan evitar la promoción.