Estaba todo dado para que sea una fiesta. Así lo organizó Universidad Católica, en el día del último partido en el actual San Carlos de Apoquindo, ante Audax Italiano por la Copa Chile. El recinto precordillerano se someterá a la transformación más audaz de su historia, sin embargo la jornada terminó empañada por el actuar de unos pocos. Cerca del final del juego, cuando el resultado estaba sentenciado (la UC estaba arriba 3-0, clasificando a cuartos de final), algunos forofos ubicados en la Tribuna Mario Lepe (la galería donde está la barra) encendieron bengalas y lanzaron fuegos artificiales. En definitiva, el árbitro Cristián Garay decidió suspender el duelo por falta de garantías.
Pero aquello no fue lo único. Hubo invasión a la cancha, luego de la suspensión y también durante el evento realizado en el centro del campo, en donde se homenajearon a referentes de la institución. El arquero Matías Dituro terminó en calzoncillos.
Ante esto, Cruzados emitió un comunicado este domingo, manifestando su postura al respecto de todo lo sucedido y siendo duro con quienes terminaron por arruinar lo que iba a ser una celebración.
“Lamentamos y condenamos profundamente lo ocurrido durante la jornada de ayer, donde antisociales que se denominan hinchas de nuestra institución, empañaron la celebración de la despedida de nuestro estadio San Carlos de Apoquindo. No solo arruinaron un espectáculo preparado para toda la familia Cruzada, sino que delinquieron, destrozaron, robaron, incluso llegando al extremo de amenazar y provocar lesiones en hinchas, trabajadores, personal de operaciones y Carabineros”, declara el club.
Añaden que “para este encuentro reforzamos la seguridad privada que resguarda el espectáculo, durante los días previos, se coordinó con Carabineros contar con el apoyo de la institución para prevenir este tipo de incidentes, apoyo que finalmente no fue suficiente, donde el balance informado por la institución, fue de solo un detenido”. “Nuevamente vemos que hay personas que van con el solo objetivo de generar destrozos, apropiarse de una celebración de todos los Cruzados y desmantelar nuestro estadio”, apuntaron.
A raíz de lo vergonzoso que resultó el evento, la UC pidió disculpas: “Como organizadores del encuentro nos disculpamos ante los miles de hinchas que acompañan al equipo y que de manera genuina querían despedir a nuestro estadio, teniendo mayoritariamente un comportamiento acorde a la circunstancia, pero reiteramos que frente a motivaciones que incitan a la violencia y al vandalismo, siempre será difícil actuar y contener a estas personas”.
“Desde ya y como ha sido la tónica de nuestro actuar, estamos utilizando todos los medios y las herramientas disponibles para identificar a las personas que invadieron la cancha, realizaron destrozos e incitaron a estos actos de vandalismo, faltándole el respeto a nuestro estadio, ex dirigentes, autoridades de la institución, jugadores del plantel profesional e ídolos de nuestro equipo y principalmente a la historia de Universidad Católica”, añaden.
“En Cruzados pondremos todos los antecedentes a disposición, con el objetivo de identificar y de una buena vez, en conjunto con las autoridades, se tomen las medidas necesarias y se castigue a estas personas. En el futuro queremos evitar que se repitan este tipo de acciones que perjudican a nuestra institución y a la gran mayoría de nuestros hinchas y para esto, necesitamos el apoyo y el firme accionar de todos los involucrados”, sellan.