Llegaban igualados a Argentina. El empate a un gol obtenido en Belo Horizonte dejaba la llave abierta, pero Lanús jugaba con su gente ante Cruzeiro y lo hizo notar en los primeros minutos.

Con un dominio persistente del cuadro granate, parecía que la apertura de la cuenta llegaba en cualquier momento. Y Luciano Boggio lo tuvo en la primera media hora de juego, pero el portero Cassio le ganó el mano a mano y ahogó el grito sagrado en La Fortaleza.

Ocho minutos después, el travesaño salvó a la visita. Marcelino Moreno le pegó de larga distancia y cuando todos celebraban la conquista, el horizontal dijo otra cosa y mantuvo el marcador en cero. Lamentablemente, para los transandinos, hay una vieja ley del fútbol que dice que si fallas un gol en el arco contrario, terminan anotando en el tuyo.

Y eso fue lo pasó en el primer minuto de descuento de la etapa inicial. Carlos Izquierdoz dejó escapar a Gabriel Verón, éste habilitó a Nahuel Losada y su remate provocó un rebote que tomó Kaio Jorge y lo convirtió en la única anotación del compromiso.

Falla garrafal, pues Jorge ya les había anotado en el duelo en Brasil y ahora les volvió a marcar justo cuando jugaban mejor. Y fue un golpe letal, pues Lanús no volvió al encuentro. Pese a la desventaja, los dirigidos por Ricardo Zielinski se quedaron sin ideas y casi no provocaron acciones de peligro en el pórtico azul.

De hecho, lo más destacado de este lapso fue el lamentable lanzamiento de proyectiles a la cancha. Uno de ellos, una pequeña botella de licor, casi impactó en la cabeza de Matheus Pereira. Sin embargo, las acciones no se suspendieron y cuando el partido expiraba, Walter Bou sacó un derechazo que se desvió en un hombre de Cruzeiro y pegó nuevamente en el horizontal.

Eso fue todo y ahora los de la Cruz del Sur esperarán al ganador de la llave entre Corinthians y Racing de Avellaneda (jueves, 21:30 horas), que la semana empataron a dos en Sao Paulo, para disputar el desenlace. El mismo que se realizará el próximo 23 de noviembre en Asunción (Paraguay).

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