El primer trimestre de 2020 se convirtió en el mejor comienzo de temporada de la carrera de Christian Garin. Los títulos del ATP 250 de Córdoba y su primera corona en un ATP 500 en Río de Janeiro pusieron al número uno de Chile entre los 20 mejores del mundo y como el sexto en la carrera al Masters de Londres, cuando quedaba por delante toda la temporada de arcilla y una posibilidad concreta de atacar el top ten. Sin embargo, todo ese impulso terminó siendo cortado por el implacable coronavirus. El escenario cambió abruptamente.
La cuarentena sorprendió al Tanque en Chile, recuperándose de una molestia en la espalda que lo obligó a retirarse en cuartos de final del ATP de Santiago y le impidió jugar la Copa Davis en Suecia. Tras guardar reposo, pasó la primera parte de la pandemia en la capital, entrenando de acuerdo a las pautas enviadas por su cuerpo técnico desde Argentina. Incluso, ante la imposibilidad de utilizar los gimnasios, se compró algunas máquinas para poder trabajar en su hogar y muy esporádicamente, mientras se pudo, compartió sesiones de entrenamiento en cancha con Nicolás Massú.
Hace tres semanas, pudo llegar a Miami para reunirse con su entrenador Andrés Schneiter, mientras que su PF Alejandro Barbosa arribó la semana pasada. “Hay tiempo y hemos estado trabajando a conciencia. La verdad es que Christian no ha perdido mucho tenis y ahora hemos estado trabajando su físico. Con la cuarentena bajó de peso y se afinó un poquito más en ese sentido. Bajó tres kilos y ahora estamos viendo en qué peso se mantiene mejor. Actualmente está pesando 86. Su contextura física es así, nunca va a ser como Djokovic, pero es un tipo fuerte. Tampoco es que sea un gordo”, dice su coach.
El grupo se instaló en un departamento y los entrenamientos se llevan a cabo en el club Williams Island, en Aventura, donde tienen acceso a todas las instalaciones, y también en la cancha de la casa de un amigo, en una de las islas cercanas entre el Down Town y Miami Beach. Ahí han podido practicar con algunos contados sparrings locales, en sesiones que no se prolongan más allá de las dos horas. “No hay muchos tenistas acá, íbamos a ir a entrenar a IMG, pero nos confirmaron que no querían que entrara nadie por miedo al coronavirus, así que nos quedamos en Miami”, añade el Gringo.
Ante las crecientes cifras de contagios, el equipo de trabajo ha optado por no exponerse demasiado y salir lo justo y necesario. “No está para nada fácil acá, no queremos ir a muchos lugares públicos, solo un par de veces fuimos al shopping, pero no estamos movilizándonos mucho. Por eso comemos en la casa y tratamos de no tener contacto con la gente, además de andar siempre con el tapaboca para poder estar tranquilos”, explica Schneiter, quien también ejerce como cocinero. Y presume de su talento. “Soy muy bueno cocinando, te sorprenderías”, avisa. Su pupilo, en tanto, juega Play Station en los ratos libres.
El cuerpo técnico se encarga de estar reforzando constantemente al 18 del mundo por la inquietud que genera lo que ocurre en el mundo y en el circuito. “Es una incertidumbre muy grande no saber qué vas a hacer, qué vas a jugar, y eso provoca altibajos. Hay veces en que de golpe salen cosas negativas y de repente lo tiran un poquito para abajo. Él es un chico ansioso, entonces obviamente hay días en que está con más ganas y otros con menos, pero dentro de todo ha tenido una buena actitud”, sostiene el Gringo.
El ajuste anunciado por la ATP esta semana fue un mazazo para el chileno, ya que atenta directamente contra la gran campaña que venía desarrollando. Esto, debido a que los puntos se congelarán por 22 meses. Sin embargo, las unidades de torneos jugados en 2020 se tendrán que defender sí o sí el próximo año. Entonces, Garin deberá revalidar en febrero de 2021 las 750 obtenidas en Córdoba y Río. Además, ya no se considerará la carrera a las finales de la ATP en Londres, en la que marchaba sexto, sino que el ranking del momento. Esto obligará al nacido en Arica a conseguir actuaciones muy destacadas de aquí a noviembre para llegar entre los nueve mejores del mundo (si Roger Federer no alcanza a recuperarse).
“Nos obliga a jugar una gira espectacular, porque si no lo hacemos bien, a principios del próximo año perderemos el ranking. Por ejemplo, (Daniil) Medvedev tiene 4.000 puntos y se los van a aguantar hasta final del año que viene; o (Matteo) Berrettini, que este año ganó un solo partido y sacó 45 puntos, va a terminar el año top ten; o Federer, que jugó un torneo, se operó, va a entrar al Masters y queda tres o cuatro del mundo, sin que nadie lo saque de ahí. Nosotros nos quedamos muy lejos, porque estábamos a 300 o 400 puntos del top ten y de golpe ahora nos quedamos a 1.500 puntos, porque cambió todo, ya que nosotros sumamos, pero los otros no pierden ranking. Favorece demasiado a otros jugadores y a Christian realmente esto lo mata. Vamos a pelear por cambiar esto”, lamenta Schneiter.
De hecho, el transandino ya inició diversas gestiones para intentar cambiar esa normativa. “Este ajuste es muy malo, nos perjudica mucho a nosotros y beneficia un montón a otros. He estado dos veces por día con los tour managers y le escribimos al presidente de la ATP, porque lo encontramos muy injusto. Esto afecta anímicamente a Christian, porque a un jugador que jugó bien 2019 le estás aceptando el ranking hasta final de 2021, y a nosotros, que jugamos bien 2020, nos hacen perder el ranking a principios de 2021. Por último, que nos den la posibilidad de sostenerlo hasta finales de 2021. No queremos sacar ventaja, sino que nos dejen usar el ranking como se lo han dejado a los demás”, prosigue.
Mientras esto se resuelve, Garin está a la espera de lo que se decida la próxima semana en relación al regreso del circuito el 14 de agosto en Washington. De cancelarse la gira norteamericana, el plan es volar a Europa para los torneos en arcilla.
El regreso de Jarry y el maratón de Tabilo
A diferencia de Garin, el comienzo de temporada para Nicolás Jarry fue devastador. A comienzos de enero, la ITF informó de que el chileno había arrojado positivo en un control de dopaje durante la Copa Davis de noviembre del año pasado. Ligandrol y Estanozolol fueron las sustancias encontradas y que, después de una investigación, el fallo estableció que llegaron a su cuerpo por el consumo de suplementos contaminados. Por la negligencia de no haber revisado el contenido, fue suspendido por 11 meses, lo que le permitirá regresar al circuito a mediados de noviembre.
La primera parte del confinamiento encontró a Nico en pleno proceso de defensa. De todos modos, igualmente se las arregló para seguir haciendo algo de tenis, incluso en casas de vecinos con cancha. “La verdad es que Nico no paró mucho. Solo la mitad de enero y febrero, que fue verano. De ahí, no ha parado, incluso con el Covid”, cuenta Allan Jarry, padre del tenista.
En Chile compartió varios entrenamientos con Gonzalo Lama y hace un mes se trasladó a Estados Unidos, para entrenar en la IMG Academy, en Bradenton, donde practicó con el canadiense Denis Shapovalov y se pudo reunir con el argentino Dante Bottini, el entrenador que contrató en diciembre del año pasado y que cuenta entre su palmarés el haber llevado al japonés Kei Nishikori a los cinco mejores del mundo. Con su nuevo coach desarrolla una sesión de tenis diaria, que aumentará a dos desde la próxima semana, mientras que con su PF realiza dos turnos en cada jornada, pues uno de los grandes objetivos es potenciar a fondo el trabajo físico.
Fuera de la cancha, Jarry ha podido compartir por más tiempo con su familia, practicó meditación, lectura y su pasión por la fotografía, además de estudiar rivales mediante videos y apoyarse en psicólogos.
Eso sí, a su regreso, el todavía número 89 del mundo perderá todos los puntos, pues la ATP aclaró que los beneficios anunciados no favorecerán a jugadores que estén cumpliendo sanciones, por lo que su retorno deberá producir en torneos de menor orden o a través de invitaciones. Mientras tanto, su entorno trabaja en una posible exhibición a mediados de agosto en Chile, aunque eso dependerá de cómo sigan las medidas sanitarias en Santiago para esa fecha.
Ante esta situación, Alejandro Tabilo (174º) pasará a ser el número dos del país. El zurdo ha jugado en el último mes cerca de 50 partidos de exhibición en Estados Unidos, con muy buenos resultados. Hoy termina su periplo de exhibiciones y se enfocará en una pretemporada, que podría alargarse, dependiendo de lo que la ATP decida la próxima semana sobre la gira norteamericana. “Tenemos pensado que ni Ale ni Tomás (Barrios) comiencen a jugar en la semana del 14 de agosto, sino que vamos a esperar un poco para ver cómo se va desarrollando todo y estar un poquito más seguros dentro de los que se puede estar. Vamos a esperar un poquito, sabiendo que el ranking no va a cambiar mucho, aunque no jueguen torneos”, señala Guillermo Gómez, su técnico.
El staff técnico está analizando la opción de que Tabilo vuelva a su natal Canadá si es que la situación no mejora. “Estamos pensando en que viaje para allá a hacer la pretemporada, porque en Europa están pidiendo cuarentena a quienes lleguen desde Estados Unidos. Así, si tiene que viajar a Europa, donde se va a realizar la mayoría de los torneos, pueda jugar sin problemas apenas llegue”, añade el entrenador.
Si todo resulta bien, Tabilo volvería al circuito intentando ingresar a algún torneo ATP en el Viejo Continente. Y, al igual que sus compañeros, terminar este accidentado 2020 de la mejor manera posible.
Garin, Jarry y Tabilo, los distintos ángulos de la reconstrucción de los mejores tenistas chilenos ante un enemigo común.