Mesut Özil no juega por el Arsenal desde comienzos de octubre. Su último partido lo disputó ante el Qarabag, por la Europa League. Una lesión en la espalda lo mantiene fuera del equipo de Unai Emery. El origen del diagnóstico comienza a alimentar teorías en la prensa inglesa, que culpa a un extraño motivo: la adicción del alemán a un videojuego.

Según el Daily Star, Özil es fanático del Fortnite, uno de los juegos de moda en este momento. El medio inglés cosigna que, según reportes del sitio Wasted on Fortnite, el alemán registra 5.221 interacciones con su usuario, lo que promedia unas cinco horas al día jugándolo.

El diario alemán Bild, en tanto, consultó especialistas en traumatología que relacionaron los problemas lumbares con el tiempo que el jugador le dedica a su hobby.