Daniel Morón (Tunuyán, 30 de septiembre de 1959) vive su quinta etapa en Colo Colo, donde ha sido arquero campeón de América, parte del cuerpo técnico, director, presidente de la Inmobiliaria y hoy gerente deportivo. De donde se mire su nombre está grabado en la historia del Cacique.
¿Cómo ha sido para usted esta segunda temporada como gerente deportivo?
La experiencia del primer año me ha ayudado a resolver situaciones que antes eran más complicadas. Hoy resuelvo con mayor libertad. También fue importante la conversación que tuve con el presidente (Alfredo Stöhwing), que me dio mucha confianza y empoderamiento. Todas esas cosas me han hecho sentir mejor. No es menor que los resultados van ayudando y las contrataciones han andado bien.
Usted en abril estaba decidido a no seguir en el cargo. ¿Quiénes lo convencen de continuar?
Sí, es verdad. Hubo mucha gente que se acercó. Desde cercanos a mí hasta hinchas del club que me encontraban en un restaurante o en la calle me alentaban a que siguiera. Esos estímulos a uno le provocan cosas y todo eso me ayudó a tomar la decisión de continuar.
¿Qué le decía su familia, pensando en que, pese a su gran historia en Colo Colo, usted tenía que enfrentarse a tensiones y malos ratos?
Justamente todo eso hace lindo el querer estar. Tuve un pasado como jugador, entrenador, director y presidente de la inmobiliaria, y me gustaría dejar algo bonito, consolidando la figura mía en este club. Yo me siento muy colocolino y el club es una horma perfecta para mi forma de ser. ¡Cómo no estar acá! Si a cualquiera de los exjugadores que han pasado por la institución les preguntas si les gustaría estar en Colo Colo, te van a decir que sí, porque los que hemos pasado por este club quedamos marcados.
¿Qué fue lo más difícil de ese primer año?
Algunas situaciones en las que tenías algunas cosas arregladas, jugadores con temas económicos listos y de repente llegaba el representante y te decía que no iban a venir a último momento. Ese tipo de situaciones te matan, porque habías hecho todo el trabajo y que, a última hora te digan que no, con el cierre del libro de pases ahora, son situaciones angustiantes; de estrés, que cuesta digerirlas. No es fácil, pero son cosas que van a seguir pasando, y la experiencia te hace estar más preparado por si vuelve a suceder. Aprender a entender que también hay imponderables que te dejan así...
¿Cómo ha sido lidiar con los representantes, que cada vez están más cuestionados?
Es un tema bien lindo para hablar. Es duro, porque el representante quiere que sus jugadores jueguen y, si no juegan, tienen que salir. Todo es inmediato para ellos y yo entiendo que el fútbol es un proceso de aprendizaje, de maduración; donde te van a citar al primer equipo, donde vas a jugar, luego no te van a citar y de ahí vas a jugar... Pero tienes que ser capaz de que, cuando no estés citado, entrenar más y convencer al técnico para que te vuelva a citar. Todo esto después te sirve cuando estás dentro de la cancha, para tomar decisiones y absorber frustraciones. Cuando eres joven crees que el técnico no te quiere, y no es así. Yo no conozco a un entrenador que deje en la banca o no cite a los buenos jugadores, porque son esos jugadores los que sostienen a los técnicos. La juventud nos hace equivocar y yo hablo mucho de eso con los jóvenes. Pero bueno, nosotros hacemos una labor de este lado y por el otro entusiasman de otra manera, y muchas veces no tenemos puntos de encuentro en esa educación. Algunos creen en la ley del menor esfuerzo.
¿Cuál es la situación de Joan Cruz?
Hay jugadores que tienen contrato con una cláusula por citaciones. Él ya está renovado por esa cláusula y tiene un año más de contrato, pero no es nuestra idea renovarlos así. De hecho, hemos estado en conversaciones con su representante hace mucho tiempo, pero no hemos podido llegar a un acuerdo. Seguiremos intentando.
¿Qué sucede con Gabriel Suazo, quien fue sondeado desde Turquía hace unos días? ¿Llegó alguna oferta?
No tuvimos nada. Con Gabi he hablado personalmente y también con su representante. Estamos en conversaciones para renovar, pero con un break hasta que termine agosto o hasta que se cierre el libro de pases en Europa, sino buscaremos la renovación.
Entonces, está la opción de que parta ahora...
Está la opción de que pueda llegar una propuesta de un club de Europa, porque el sueño de Gabriel es jugar en Europa...
¿Actualmente hay ofertas por algún jugador del club?
No, solamente la de Solari, que se tomó. Siempre hay rumores, pero no han llegado ofertas a mi oficina.
Gustavo Quinteros manifestó su deseo de que todos los que terminan contrato puedan renovar. ¿Comparte esa intención?
Tenemos conversaciones permanentemente con Gustavo y tengo clarísimo cuál es su proyecto. Seguramente vamos a estar en la misma línea del año pasado. Hemos construido un muy buen plantel, entonces no deberíamos por qué no mantenerlo. Pero todo a su tiempo, el campeonato termina la primera semana de noviembre y de ahí tenemos dos meses para conversar.
En otras épocas esa conversación demoraba bastante y generaba incertidumbre en los jugadores...
Muchas veces no es bueno distraerse en esta etapa, cuando se están disputando cosas importantes. Porque si hablo con un representante, este tiene línea directa con el jugador, y le va a llegar la información.
Pero en el caso Suazo sí empezaron antes...
Lo que pasa es que su caso es distinto, porque es un canterano y con él venimos hablando hace mucho tiempo. No hemos podido tener un punto de encuentro.
Otro jugador con el que tienen que conversar es Juan Martín Lucero. ¿Cómo está su situación?
Tiene contrato hasta el 2023 y existe la opción de comprar su pase. Lo estamos analizando y va a ser materia de decisiones prontamente.
Él ya manifestó su intención de seguir...
Él es coterráneo mío y eso es bueno (ríe). En las primeras conversaciones le dije que iba a ser el segundo mendocino en hacer historia en el club después de mí. Muy buen jugador, muy buena persona. No me canso de alabar en el aspecto humano y profesional a los jugadores que hemos contratado, porque tenemos un camarín muy joven. Colorado Gil, Maxi (Falcón), aunque es más chico... Fuentes, Emiliano, Zaldivia, Pavez, el mismo Gabi, el Torta… Tenemos un camarín maravilloso, con gente de un nivel excepcional, y eso les hace bien a todos los chicos de 17, 19 y 20 años que tenemos en el plantel.
¿Cómo ve la continuidad de Gustavo Quinteros para el próximo año?
Tiene un contrato parecido al de Juan Martín, pero puede tomar una decisión con una cláusula. Yo lo veo tan entusiasmado, tan querido, sintiéndose tan bien en el club, que no lo imagino en otro lado. Sigo pensando que lo vamos a tener con nosotros, de no pasar nada extraño. Gustavo nos va a acompañar y espero que después del próximo año también. Ha sido capaz de formar un cuerpo técnico espectacular, un grupo de trabajo maravilloso.
En una entrevista usted dijo que era como un matrimonio su relación con Quinteros.
Hablando de las solicitudes que siempre hace, los técnicos son insaciables. Si le tienes dos jugadores, te piden un tercero. Pero yo los entiendo porque, si las cosas no andan bien, el primero que se va es el técnico, y siempre quieren tener las espaldas cubiertas por todos lados. Con Gustavo tengo una gran comunicación y cercanía, y yo decía que en los matrimonios que duran 60 años ha habido discusiones, problemas que solucionar... Yo espero que este matrimonio continúe, solucionando los problemas que vamos a tener seguramente, porque va a haber cosas que le vamos a poder entregar y cosas que no. Pero ahí es donde está la capacidad de cada una de las partes de saber cómo hacerlo, cómo decirlo, cómo proponerlo y cómo solucionar las cosas. Esperamos que esta estadía muy linda se alargue en el tiempo.
Usted termina contrato en abril del próximo año. ¿Se proyecta para el centenario del club?
Si tengo que estar para el centenario va a ser porque he hecho bien las cosas, porque me evaluaron bien. Pero no me gusta apernarme en los cargos. Entiendo que hay momentos en que las cosas van bien y trataremos todos de estirar lo más posible para que sigan yendo bien. Pero si las cosas van mal y los directivos piensan que hasta aquí llegamos, hasta aquí llegó, nomás. Uno no tiene por qué estar eternamente en un lugar. No me gusta tener contratos tan largos, me gusta que me vayan evaluando y si el próximo abril la gente del club entiende que no se han hecho tan bien las cosas, lo entiendo y tan amigos como siempre.
Cambiando de tema, ¿por qué cree que las autoridades no han querido levantar la restricción de aforo?
No es una pregunta para mí y es una pregunta que yo también me la hago. Yo le pregunto a la gente que pone esta restricción que por qué los cines; por qué los recitales, donde puede haber 10 mil personas en recintos cerrados, y el fútbol no. Nuestro estadio tiene capacidad para 47 mil personas al aire libre y por qué no puede albergar más de 10 mil. Es algo que no entiendo, que no puedo comprenderlo. No puedo entender que haya público de primera clase y de segunda clase. No entiendo que la gente del fútbol sea un público distinto a la gente que va a un recital en un lugar cerrado. Por lo demás, insto a que la gente se vacune, use mascarilla… Pero que nos expliquen el porqué de esto. Ahora que abrirá el Nacional, por qué debería haber 10 mil personas y no 45 mil para el clásico universitario.
Siendo el Presidente Boric un hombre de estadio, y más allá de que tiene muchos asuntos que atender, ¿le llama la atención que no se haya involucrado en el tema?
Sí. Sabemos que hay un montón de cosas que resolver, pero como tú dices, el Presidente es un amante del fútbol, muy cercano a su equipo y que tiene mucho conocimiento de fútbol. Entonces, vamos Presidente Boric; échenos una manito, échele una manito al fútbol.
En otro plano, ¿cómo vivió la enfermedad de Lizardo Garrido? ¿Cómo está actualmente?
Esa es una de las tristezas que hemos tenido en el último tiempo. Hoy él está muy bien, va en franca recuperación. Fue duro en su momento saber de su leucemia, pero así como la tuvo, empezó a lucharla y tuvo la energía de millones de chilenos que han estado pendientes y le han enviado mensajes de apoyo, porque es un tipo de piel. Creo que toda esa energía que ha provocado la gente lo tiene hoy bastante bien.
Volviendo al comienzo de esta entrevista, ¿cómo le gustaría ser recordado en la historia de Colo Colo?
Como la gente me encuentra en la calle. Yo soy un tipo súper simple, un tipo común y corriente. Para mí el honor de estar en este club en cada momento. Quiero que el día de mañana mis hijos y mis nietos vean todo lo que hice acá. Sin haber nacido en este país, siento que llegué a este club y todo fue como si lo hubiese conocido desde los tres años, como conocí a mi equipo, Boca, en Argentina.
Hincha de Boca Juniors...
Yo soy hincha de equipos populares. Por mi forma de ser, el colocolino me adoptó muy fácilmente. Yo soy un hombre de pueblo, a mí llévame a comer una cazuela, llévame a una zona rural, a la población... Ahí me gusta hablarles a los niños, del esfuerzo de la dedicación; de que sí se pueden conseguir los sueños. Yo vengo de ahí.