Poco espacio han tenido Las Rojas para celebrar su histórica clasificación a los Juegos Olímpicos. Apenas llegaron a Chile, debieron pasar a la burbuja sanitaria dispuesta en un hotel como parte de los protocolos relativos al control del coronavirus. De homenajes públicos, que hubieran resultado merecidos, ni hablar. Por cierto, el tiempo para festejar tampoco es demasiado. La selección femenina ya conoce a sus rivales en los Juegos Olímpicos de Tokio. Integrará el grupo E junto a Japón, Gran Bretaña y Canadá. Un desafío duro como cualquiera de lo que hubiera tenido que enfrentar en un certamen que reunirá a lo más granado del fútbol femenino mundial.
“Ha sido súper rico volver a Chile y darse cuenta de todo lo que ha pasado mientras no estábamos. Sabemos que la situación sanitaria está complicada. Por eso, hemos cumplido con los protocolos que nos dijeron desde la Seremi, desde la Selección, desde los doctores de la Selección. Feliz, contenta. Todavía es complicado despertar de este sueño, caer en que estamos clasificadas a los Juegos Olímpicos, en que todos estos años han sido de harto esfuerzo, de hartos sacrificio y que llegamos a un objetivo súper importante. No calculamos, quizás, lo importante que es. Feliz, también, de ver a mi familia, aunque sea a distancia, porque todavía no los puedo ver de cerca. Y contenta, acomodándome al sueño, al horario. Dormir se complica. A veces despierto de madrugada, pero es cuestión de días”, dice Daniela Pardo (32) en la nueva edición de El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo. La volante de Santiago Morning es una de las piedras fundacionales del exitoso grupo que hoy comanda José Letelier. Desde 2006 integra la Selección. Es una de sus líderes y varias veces ha llevado la jineta de capitana.
Al margen de que no se podía, ¿les hubiese gustado recibir un homenaje masivo por lo que consiguieron? Si estaba todo normal, hasta a La Moneda pudieron haber ido.
Sí. Creo que lo importante era estar con la gente. Quizás, haber jugado el repechaje acá hubiese sido soñado. Con público. Habría sido súper lindo compartirlo con la familia también, pero nos tocó estar lejos. De igual forma, es algo soñado. Espero que en un tiempo más pueda volver la gente a las canchas y podamos estar todos felices.
No hubo reconocimiento público, pero al menos las redes sociales sirvieron para eso…
Sí, claro. En este momento, las redes sociales son los más cercano al afecto que puedes llegar a tener. No es lo ideal, no me gusta mucho, pero es rico ver que hay gente que se alegra por los logros que hemos conseguido. Que también ayuda mucho al desarrollo del fútbol femenino y al desarrollo social de la mujer. Es lo que nosotras estamos buscando. Ser ese puente entre los que te decían que no se puede y lo que sí se puede lograr. Tenemos que aprovechar este momento para conseguir cosas para el fútbol femenino, para el desarrollo social de este país y que concretemos cosas que necesitamos.
¿Se le toma el peso a lo que significa estar en unos Juegos Olímpicos?
Aún no. Aún no nos cae la teja de lo que conseguimos. Es un logro gigante. Viendo la gráfica de los equipos que están clasificados, es la elite de la elite del fútbol femenino. Muchas decíamos ‘en la que nos metimos’. Lo buscamos tanto. Claramente, vamos a ir a competir, a buscar lo mejor de nosotras, ajustándonos a las expectativas de lo que vamos a enfrentar, que es algo gigante. Con muchas ganas de vivir esa experiencia, de competir y de disfrutarlo al máximo.
¿Qué fue lo primero que se le pasó por la cabeza cuando lo consiguieron?
Muchas cosas, la verdad. La familia, el proyecto, el trayecto que llevó a la Selección a cumplir este sueño. Muchas conversaciones en que decíamos ‘algún día vamos a estar ahí’ o ‘qué pasaría si estuviéramos ahí’. Y muchas nos pillamos ese día en la cancha. Fue una mezcla de sensaciones súper rica, de extrañar a gente que no estaba. Fue todo alegría, todo orgullo. Independientemente de lo que pase después, esto es histórico.
“Que nunca más me digan que no se puede, que no es de niñas, que se ve feo… la pasión y amor con la que defendemos esta bandera no tiene límites para nosotras”. Eso escribió en sus redes sociales después de la clasificación. ¿A quienes iba dirigido el mensaje?
Representa mucho el proceso que me ha tocado, y el de muchas, hacia llegar a lo que estamos viviendo hoy. Hace 20 años era impensado para una mujer llegar a un Mundial, llegar a jugar fútbol siquiera, por la discriminación que existía, por lo feo que era ver a una mujer jugar fútbol o a una niña. Por las agresiones sicológicas, verbales que existían y por el machismo encarnizado que aún existe. Claramente, me representa mucho. Es lo que estamos buscando, que ninguna niña tenga que vivir esas etapas para poder ser lo que quieran ser, sea fútbol, astronautas o doctoras. En lo que crea y quiera.
Es probable que, a partir de ustedes, las condiciones cambien. Desde el germen de este proceso, que usted integró, ¿ha cambiado el fútbol femenino o no tanto?
Sí. Hay cosas que han ido cambiando muy lento. Como te digo, encuentras trabas, barreras que a veces logras derribarlas y las ponen de nuevo en el mismo lugar. Y es porque estamos en un sistema patriarcal y machista donde no dejan espacio a que las mujeres se metan en el fútbol, se metan a tomar decisiones, que es súper importante. A veces es un poco contradictorio que las decisiones del fútbol femenino las tomen los Consejos de Presidentes, que son puros hombres. Uno dice ‘cómo va a hacer un protocolo para una mujer que está embarazada o un protocolo de acoso’. Es súper contradictorio. Son cosas que queremos ir derribando. Hay muchas mujeres capaces que trabajan en el fútbol femenino que deberían estar esos cargos y que claramente deberían beneficiar a la niñas que vienen atrás. La idea es dejar algo tangible, concreto para ellas. Que se creen campeonatos desde la Sub 12, como los de los niños y de ahí hacia arriba. Estamos buscando y hemos conseguido logros donde se sustente el fútbol femenino.
¿Cuál es el principal enemigo del fútbol femenino en Chile?
Uff. Muchas cosas. Tiene una parte aún de discriminación, de machismo, de cerrar puertas, de no querer que en ese círculo tan cerrado, que no sé como llamarlo, entren más personas y menos mujeres. Y también es económico. El fútbol femenino podría ser sustentable si existieran personas que invirtieran en él. En este momento quizás no somos tan rentables como lo necesitan y eso ha detenido el desarrollo del fútbol femenino.
“Que los clubes se la jueguen por sus ramas femeninas”
Ahora, el boom que ustedes están generando y que incluso produjeron antes, con ir al Mundial, ¿puede ayudar?
Es lo que esperamos. Queremos hacer tangibles todas las propuestas que podamos llegar a tener. Más clubes están profesionalizando a sus jugadoras y eso es súper bueno. Les están dando un apoyo más que económico, legal. Es fundamental. Darles todas las condiciones económicas, sanitarias y de vida. Ojalá que los clubes se la jueguen por sus ramas femeninas y que el desarrollo del fútbol femenino no sea un proyecto a 20 años. Y que sea real.
¿Cuadra esa definición con la declaración de José Letelier en el sentido de que hay que ser mesurados en las expectativas relativas a los Juegos Olímpicos, porque Chile está en una cuarta línea del fútbol femenino a nivel mundial?
Sí, claramente. Nosotras tenemos clara la película, nuestro papel. Hemos sido respetuosas con nuestras expectativas, sobre todo porque sabemos lo que nos ha costado llegar donde estamos y sabemos lo que vamos a ir a enfrentar, que es brutal. Y también sabemos que no va a ser fácil. Entonces, no tenemos intenciones de ponernos metas como ser cuartas, quintas o llegar a semifinal. Vamos a ir partido a partido. Y veremos qué pasa, pero todo desde el trabajo, la humildad, desde ser inteligente en lo que se dicen, en lo que se promete. Todas tenemos clara esa película y también el cuerpo técnico.
En ese sentido, ¿cómo recibieron las palabras del presidente de la ANFP, Pablo Milad, quien después de la clasificación les pone como objetivo estar entre las primeras cuatro selecciones del torneo, pelear por una medalla?
Yo creo que actuó de feliz nomás. A veces el exitismo hace decir cosas que no sé si no se saben, pero que no tienen tan claro de a lo que vamos. Actuó porque estaba muy contento, muy feliz, pero no creo que en la realidad nos vaya a poner ese piso, si se puede decir de alguna forma.
¿Pecó de desconocimiento, derechamente?
No se si de desconocimiento. Espero que no. Espero que haya sido de feliz.
¿Siente que la Selección ha ido evolucionando en su juego, que se vieron más agresivas que en el Mundial?
Sí, creo que hay un antes y un después del Mundial. Nos sirvió mucho como apretón y para saber donde estamos paradas y a qué tenemos que aspirar. También para mantener una línea siendo inteligentes. No sacas nada con decir ‘soy un equipo súper ofensivo y voy a todas’ y atrás te hacen ocho goles. Hemos aprendido todos a manejar ciertas cosas, tiempos del partido, a entender que somos un plantel y que todas estamos para competir. Hemos avanzado muchísimo en la madurez y eso ha llevado a que los niveles se eleven. Individual y colectivamente. Y sicológicamente también.
Hacia afuera, parece que el discurso de Letelier es un poco conservador. ¿Internamente les transmite lo mismo?
Todos teníamos claro que el primer partido era importante, pero que el segundo lo era más todavía. Cuando juegas un partido de 180 minutos lo táctico, sicológico juega mucho más a favor a salir a ganar, algo más emocional. Sabíamos que en el primero estábamos de visita y debíamos jugar más agresivas y así fue. En el segundo sabíamos que teníamos una ventaja, pero que no era tan alta, entonces debíamos estar atentas. Claramente, el partido se dio como pensábamos. Ellas se vinieron encima y tuvimos que ponernos el overol todas y trabajar por el partido. Mantuvimos la conexión, la concentración, aparte que tenemos una gran arquera. Fue positivo lo que nos fue planteando el cuerpo técnico. Lo entendimos muy bien y lo pusimos en práctica.
¿A ustedes no le incomoda esa postura conservadora?
¿Conservadora en qué sentido? ¿En que había que llegar vivas al segundo partido?
Claro. Daba la sensación de que había que cuidarse más que ser protagonistas.
Depende de lo que veas como protagonistas. Yo creo que en el primer partido lo fuimos y él no nos dijo ‘vayan, salgan y hagan ocho goles’. Cada una sabía lo que tenía que ser. Fue el trabajo no solo de la última semana, sino desde la última fecha en que nos habíamos visto. Quedamos conformes, felices, se cumplió el objetivo.
¿Qué falta para dar el paso siguiente? En palabras de Letelier, para saltar del cuarto al tercer o segundo nivel mundial…
Creo que el desarrollo de la actividad en Chile. Es súper importante tener una competencia de calidad, que las jugadoras se dediquen a esto, porque si no no sirve. No hay jugadoras. Las jugadoras prefieren estudiar o trabajar, porque el fútbol no da nada. Entonces, no hay donde elegir. No hay un universo de jugadoras como tienen Brasil o Colombia. En eso nos quedamos atrás. Somos una base de jugadoras que llevamos 10 o 15 años manteniéndonos, pero necesitamos más, porque es necesario para el desarrollo. En las Copa Libertadores se han dado buenos resultados y es bueno, pero son los mismos equipos que están invirtiendo en el desarrollo. Necesitamos que sean más. Que más jugadoras se vayan a jugar afuera, pero también que queden buenas jugadoras para haya un campeonato de calidad. Mientras eso no se dé, mientras la liga no sea potente, es complicado dar ese salto.
Igualmente, es importante que vayan más jugadoras a Estados Unidos, a Suecia o al resto de los países europeos.
Mientras se vayan a jugar, es importante. Que no se dé esa dualidad de ‘me voy afuera, pero no juego’. Si nuestra liga fuera competitiva, quizás sería mejor quedarse acá, pero como no lo es, hay que salir.
Siempre se habla de la Tiane Endler como el gran símbolo. Sin embargo, da la sensación, y no sé si lo comparte, de que sus logros eclipsan la realidad del fútbol femenino chileno.
Lo de la Tiane es algo totalmente personal, gracias a su trabajo. También se desarrolló en la Selección. Se atrevió, dio el salto al ir a jugar afuera y mira lo que ha pasado. No sé si sus logros eclipsan, pero dan a pensar que si ella salió de Chile, en Chile está todo bien y no es así. Por eso, necesitamos una mejor liga, más clubes profesionales. Esperamos que salgan más Tiane Endler o más Camila Sáez, Pancha Lara o Yanara Aedo. Que los logros de la Tiane se traduzcan en algo. Al fútbol chileno no le sirven de mucho, pero a ella la elevan a la elite.
Tu has sido parte de todo el proceso, desde 2006, ¿en qué ha ido creciendo el equipo?
Siempre separo el Campeonato de la Selección. En la Selección el cambio ha sido grande. Mucha gente se dio cuenta de que las mujeres jugábamos. La Copa América fue un antes y un después. La gente entendió que le hace bien al país que las mujeres jueguen fútbol. Después vino el Mundial, ahora los Juegos. El desarrollo ha sido gigante, pero en el campeonato nos falta mucho. Hay que dar pasos para que todas crezcamos.
¿La Generación Dorada?
¿Les gusta que se hable de ustedes como la Generación Dorada del fútbol femenino?
Siempre nos han dicho que no hemos tenido el mismo desarrollo. Nuestro camino ha sido más duro, más pedregoso, pero eso no les quita el mérito. Ellos han hecho cosas importantes, han cambiado la mentalidad no solo en lo futbolístico. Nosotras también. Hemos dado un mensaje a la mujer chilena que es fundamental. Se ha juntado con la explosión del feminismo, del empoderamiento de la mujer. Nos lleva a un sitial, no sé si de Generación Dorada, pero sí de jugadoras con mucha posición social, con mucha voz que también es complicado llevarlo. Que lo que dices tenga sentido, o no, para mucha gente. Queremos transformar esto en algo positivo para las mujeres o las niñas. Yo creo que sí somos una generación dorada.
¿El reconocimiento es proporcional a lo que han conseguido?
Hemos conversado harto con la ANFP. Tenemos una comitiva de jugadores y dejamos claras nuestras necesidades. Ya dejamos de ganar por arte de magia. A veces, conseguimos cosas con lo mínimo. Ahora queremos conseguir más cosas, pero con las mismas condiciones que cualquier trabajador de la Selección. En este caso, de nuestros compañeros hombres. Eso se ha llevado súper bien, hemos tenido buena recepción. Los medios también tienen que educarse en el mensaje, en el tiempo que le dedican al fútbol femenino. No que la Tiane es bonita, sino que es la mejor arquera del mundo. O que le den los últimos treinta segundos.
¿Recibieron premios por clasificar?
No puedo decirte eso.
Es un elemento importante a la hora de hablar de desarrollo y de reconocimiento.
Sí. Tenemos negociaciones. Tenemos conversaciones con cada directorio. Lo hemos visto con cada una de ellas. Hay. Hubo una gestión. Un premio por clasificar. Por nada más. Por eso dije que hay una buena recepción. Con nuestros compañeros varones no nos unen los montos, pero sí la disposición a que las condiciones sean las mismas.
A modo de conclusión, ¿qué expectativas tiene para el futuro y qué hay que esperar de la Selección en los Juegos?
Como dije, tenemos claras nuestras expectativas y objetivos. Vamos a ir a pelear con todo contra el equipo que nos toque, a dejarlo todo, que es lo más importante . Y espero que en un futuro no muy lejano el fútbol femenino sea profesional, que haya un campeonato de calidad. que haya jugadoras profesionales, que haya un campeonato Sub 17, que se reanude la Segunda División de mujeres y para eso necesitamos más de los clubes que de la ANFP. Nosotras competimos por los clubes, no por la ANFP, y eso hay que dejarlo claro. Necesitamos la voluntad de los clubes, que apoyen a sus jugadoras para que esto se desarrolle, porque, si no, a esta generación le queda poquito, unos cuantos años más, y la idea es que esto no acabe. Hay mucho talento en Chile, niñas que lo tienen, pero no tienen donde jugar, no tiene donde desarrollar ese talento y no puede ser que lleguen a la Selección a desarrollarlo. Necesitamos que sea en los clubes. Eso va a pasar con voluntad. Económica, social, política, lo que quieran. Necesitamos que crean este proyecto, porque conseguimos cosas. Con poco hemos conseguido tanto. Esperamos que después estemos hablando de otras clasificaciones, otros logros.