La nómina de la Selección para la gira por Asia estaba dividida en dos secciones. Por un lado estaban los jugadores que tenían carácter de convocados para el combinado que pasó primero por Corea del Sur y ahora disputa la Copa Kirin, en Japón. Por otro, aparecían las figuras de proyección, un contingente alternativo compuesto por los nóveles valores que el técnico Eduardo Berizzo pretendía observar para ampliar las opciones elegibles en un proceso que, hasta ahora, mientras no se resuelva definitivamente la controversia por Byron Castillo, tiene dos alternativas de proyección: el Mundial de Qatar, una vía que el propio técnico ve con cierta distancia, o, definitivamente, el que organizarán conjuntamente Estados Unidos, Canadá y México en 2026, el objetivo para el que, verdaderamente, fue fichado.

Berizzo rompe un molde para referirse a uno de los juveniles que trabaja con la Roja. Habitualmente, los entrenadores no suelen singularizar sus análisis en algún jugador, Sin embargo, al ex técnico del Celta de Vigo y O’Higgins, hay uno que lo hace transar ese principio: Darío Osorio. Como en su momento Marcelo Bielsa pudo disfrutar de la irrupción de Alexis Sánchez, el flamante adiestrador de la Selección tiene a su propio Niño Maravilla.

El mediocampista de Universidad de Chile motiva un auspicioso análisis del oriundo de Cruz Alta. “Es un futbolista de gran proyección. Lo queríamos tener cerca. Queríamos verlo entrenar en el grupo, ver su potencial. Es un futbolista que va a tener posibilidades, que va a tener minutos y va a ser parte de nuestro plan de futuro también”, reconoce el estratega, dando cuenta del conocimiento que ya tenía del jugador de 18 años, cuya velocidad ya había deslumbrado a los azules. En los laicos lucieron con asombro el registro que el nacido en Hijuelas marcó en el Superclásico ante Colo Colo: según la medición realizada por GPS , el futbolista alcanzó los 33,6 kilómetros por hora con el balón en los pies. La marca, de por sí, generaba ilusión.

Seguimiento constante

El técnico de la Selección ejemplifica en Osorio uno de los sellos que tendrá su gestión en Juan Pinto Durán. “Esa es la idea de él y sobre todo de los jóvenes que hemos traído. Es un futbolista que juega en diferentes posiciones, de aceleración, muy interesante de cara al futuro, joven”, valora, respecto de las condiciones que motivan su presencia en el recorrido por Oriente. “¿Con capacidad de integrarse al universo de futbolista que seguimos? Sí, por eso está aquí”, se autoresponde.

El seguimiento a Osorio no es nuevo. De hecho, hace rato que su nombre está registrado entre los que la gerencia deportiva de la Selección sigue con mayor ahínco. En el departamento que lidera Francis Cagigao conocen, virtualmente, todo lo que tiene que ver con él. De hecho, su explosivo avance explica que hayan apurado su inserción incluyéndolo en la Roja Sub 20 para el torneo que se disputó en La Calera, donde confirmó sus condiciones y anotó un golazo. Fue en ese certamen donde se generó la convicción de acelerar su inclusión en el trabajo de la Adulta.

Darío Osorio supera a Carlos Labrín en el duelo entre la U y Audax Italiano (Foto: Agenciauno)

Son varias las virtudes que deslumbra. La más notoria es la velocidad, pero también llama la atención su estructura física y el margen de desarrollo que tiene en ese sentido. Que sea zurdo y que ya haya demostrado que tiene un buen disparo son dos cualidades que Berizzo y sus colaboradores le valoran. Finalmente, apuntan que sus condiciones técnicas lo convierten en un jugador plenamente proyectable al más alto nivel. “Es un diamante en bruto, el futbolista con más posibilidades de ir a Europa, por su capacidad técnica y física”, se entusiasman.

Introvertido

Las condiciones futbolísticas y el origen provinciano no son los únicos elementos que hermanan a Osorio y Sánchez. Hay otro que igualmente motiva la comparación: la personalidad que caracteriza al volante azul. Quienes lo conocen lo señalan como “tímido e introvertido”, condición que ya motiva la posibilidad de brindarle apoyo para fortalecerlo, considerando que esa cualidad es clave para la formación de un deportista de elite.

De hecho, una de las opciones que está en estudio es realizar un trabajo conjunto con Universidad de Chile para brindarle a Osorio todo el apoyo profesional que necesite. Tampoco se concibe que se trate de un problema, sino de una condición que, perfectamente, se puede trabajar con sicólogos especializados en deportistas de alto rendimiento. Sánchez es el mejor ejemplo de que ese factor no es especialmente decisivo cuando se trata de un futbolista de un talento inagotable.

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