Un complicado partido debió enfrentar el belga David Goffin en la primera ronda de Roland Garros. El actual 115° del ranking ATP no solo debió luchar contra su rival, el francés Giovanni Mpetshi Perricard, sino también contra el público presente en el recinto.
Tal como ocurrió en el duelo entre Nicolás Jarry y Corentin Moutet, Goffin fue recibido en un ambiente hostil durante las tres horas y media que tuvo que competir para derrotar por 4-6, 6-4, 6-3, 6(4)-7 y 6-3 al galo.
Ante esta situación, una vez que se concretó el triunfo, el belga celebró con todo, realizando gestos apuntando a su oído, lo que le significó llevarse nuevos abucheos mientras se retiraba.
Ya después de retomar la calma, explicó las situaciones que desataron su actitud sobre la cancha. “Cuando te están insultando durante tres horas y media, esperas que intervenga el juez de silla. Lo de hoy fue demasiado lejos, hay personas que están ahí con el único objetivo de molestar”, indicó.
Luego acusó que “llegaron a escupirme un chicle. Mucha gente se queja de esto, en el eco que hay en el vestuario y en las autoridades de la ATP. Creo que esto solo ocurre en Francia. En Wimbledon no pasa. En Australia tampoco. En el US Open es bastante tranquilo”.
“Claramente, esto va demasiado lejos, es una falta de respeto total. Realmente es demasiado. Esto se está convirtiendo en fútbol. Pronto habrá bombas de humo, hooligans y peleas en las gradas. Esto está empezando a volverse ridículo. Algunos están ahí más para crear un desastre que para crear el ambiente”, cerró sobre el tema.
El show de Moutet
Algo similar enfrentó Nicolás Jarry, también en la primera ronda de Roland Garros contra el francés Corentin Moutet. Claro que en este caso, el galo lo tomó como una revancha de lo sucedido en el ATP de Santiago cuando fue recibido con un ambiente de Copa Davis.
“Revancha contra Jarry. Recuerden la acogida que me dieron en su casa. Espero que todos tengan ganas de mostrarle que esta vez estamos en casa. Esto es París”, había escrito en la previa en Instagram.
Jarry, entonces, respondió con mesura. “Como en Santiago, voy a ser un jugador respetuoso, mi trabajo es jugar al tenis. A mí me enseñaron que hay que tener buenos valores y lo cumplo. Sé que el público va a estar a su favor, así que intentaré concentrarme en lo que pase en la cancha y cuando le animen a él, yo me animaré a mi mismo”, lanzó.
Y además de la actitud del público, Moutet sacó su propia artillería al realizar saques de cuchara, drops, festejos con el puño cerrado, passings que incluso sorprendieron al propio autor, entre otros actos.
Tras la victoria, el galo festejó la revancha. “(Los hinchas) no fueron irrespetuosos. Decir eso cuando disfruté el partido no está bien. De hecho, lo aplaudieron cuando salió de la cancha. En Chile me abuchearon de principio a fin del partido. No sé si es una cuestión de respeto. Para mí no lo es, pero cada quién tiene su punto de vista”, apuntó.