Es 1949. La UC acaba de conseguir el título de Primera División. Nunca antes lo habían logrado. El fútbol es el deporte más popular del país. Pero también hay otras disciplinas que ganan terreno. El boxeo, que ya hace varias décadas tuvo su auge, sigue generando interés. Hace algunos decenios que el ejercicio es promovido por las autoridades. En 1925, en el primer gobierno de Arturo Alessandri, se creó el Consejo Superior de Educación Física y Moral. La revista Los Sports, publicada entre 1923 y 1931, fue el primer medio especializado que buscó masificar la actividad física. Ahora esa misión la tiene Estadio, semanario de la editorial Zig Zag que se lanzó en 1941. La publicación cubre diversas actividades, desde el atletismo, al ciclismo.
Ahora es 2024. Colo Colo ganó su 34° estrella en el Campeonato Nacional. Los últimos meses han sido especiales para el deporte nacional. Luego de 16 años, la delegación local que fue a los Juegos Olímpicos volvió con medallas. No ocurría desde Beijing 2008, cuando Fernando González se colgó la presea plateada en el tenis. Francisca Crovetto ganó el metal dorado en tiro skeet y Yasmani Acosta se llevó la plata en lucha grecorromana. La cobertura es distinta a la que se realizaba a mediados del siglo pasado. Hace 68 años, Marlene Ahrens se había llevado la plata en el lanzamiento de la jabalina en Melbourne 1956. Cuando eso ocurrió, el único periodista chileno presente era Julio Martínez, quien redactó su crónica para la revista Estadio. Ahora el hito de la tiradora se pudo ver por televisión, leer en internet y escuchar por la radio.
¿Cuánto ha cambiado el deporte en Chile? “Yo me crié con la revista Estadio, donde se les daba cabida a todos los deportes”, recuerda Julio Salviat, periodista de dilatada trayectoria en medios de comunicación y quien trabajó en el tradicional semanario. En esos tiempos los arqueros no utilizaban guantes, el balón era de cuero real, el ciclismo y el boxeo eran populares. Hoy ha cambiado el panorama. Mirando hacia atrás y haciendo una comparativa entre ambas etapas en lo que al alto rendimiento respecta, el profesional no duda. “Creo que la década del 50 fue privilegiada para el deporte chileno. Tuvimos representantes peleando cosas importantes en muchas disciplinas. Hoy día son poquísimas en las que podemos aspirar a alguna medalla, incluso las medallas panamericanas están muy difíciles. Son poquitas las posibilidades que hay. En cambio, en los años 50 tuvimos destacados en ciclismo, en boxeo, en atletismo, en fútbol”, dice.
“Se olvida que en fútbol Chile fue subcampeón panamericano en 1952, subcampeón sudamericano en 1955, subcampeón sudamericano en 1956. Fue parecido a la Generación Dorada. Teníamos automovilistas, teníamos un tenista que era el mejor arcillero del mundo, Luis Ayala. En fin, te puedo enumerar un montón más. Teníamos una golfista desconocida, Sara García, que ganó todo el circuito sudamericano. Medallas olímpicas con Marlene Ahrens, con los boxeadores y los equitadores. Creo que gana por lejos la década del 50. Le gana a cualquier época, incluida la actual, del deporte chileno”, añade.
Si bien lo que relata el periodista se daba en un período específico, hubo disciplinas que en su momento gozaban de mucha popularidad por varias décadas posteriores. Como el ciclismo, que tuvo un crecimiento con la Vuelta Ciclista de Chile. O el boxeo, que ha sido intermitente, pero que tuvo su paso por la televisión abierta en el mejor momento de Martín Vargas.
En esa línea, Eduardo Santa Cruz, periodista y docente de la Universidad de Chile, analiza cómo ha cambiado el panorama en el ámbito social desde entonces. “El deporte en los años 50 o 60 era una intervención, no solo una práctica en sí, era una práctica masiva que se desarrollaba a lo largo y ancho de toda la escala social y de todo el territorio. En universidades, en barrios, en lugares de trabajo, etc. Por su propia naturaleza, era algo para ser visto. Era un espectáculo, una entretención masiva, una de las principales, junto al cine, por ejemplo. Y ahí teníamos otra cosa que se desmasificó. Algo de eso hubo y se logró recuperar con los Panamericanos en el pasado. Yo lo viví de niño, porque mi padre me llevaba al Estadio Nacional repleto a ver un Sudamericano de Atletismo repleto. Era algo normal. Ahora eso desapareció. El deporte hoy es un asunto de segmento”, establece.
Entre el ayer y hoy
Los clubes deportivos hoy cada vez son más escasos. La gente entrena deportes por su propia cuenta. “Se ha avanzado mucho en el trote, en el trekking y en los gimnasios. Hay mucha gente, mucha demanda de gimnasios. Pero yo creo que es porque no tienen dónde practicar, dónde hacer deporte. A lo mejor no es tan riguroso. Tienes un horario más flexible, puedes ir o no, depende de cómo amanezcas. Es más amateur. Ahora, yo conozco un montón de gente que lo toma con absoluta disciplina”, indica Salviat.
De acuerdo a datos entregados por una encuesta realizada por Chile Activa, en octubre de 2023, “un 46,6% de la población, mayor de 18 años, declara realizar algún tipo de actividad física, y un 53,4% dice no hacer ningún deporte. Entre quienes realizan deporte o realizan alguna actividad física, la frecuencia promedio alcanza a nueve veces al mes”.
Un dato llamativo es que los jóvenes se sienten menos saludables. “Por edad, los rangos con mayor actividad física son las personas entre 18-30 años y 31-40 años, 51,4% y 49,3%, respectivamente. El grupo etario que se siente más saludable es el de 51 años o más, con un 40,5%. Por el contrario, el grupo que se considera nada saludable es el de entre 18 y 30 años, con un 24,5%”, incluyen.
En el pasado era común participar de clubes sociales y deportivos. Hoy todo es más individual. En esa línea, Santa Cruz le pone fecha a la modificación en el paradigma. “Desde la década de 1980, los compañeros de trabajo se van a la salida del turno a jugar a una cancha arrendada, o se van al gimnasio, porque quieren mejorar su salud, su apariencia, lo que sea. Pero es una actividad individual. En cambio, lo social, lo masivo, ha retrocedido, se fue segmentando también, y esto otro ha crecido mucho. En ese sentido hay un cambio radical de raíz con el deporte. Cambia de carácter”, profundiza.
“Cuando yo era joven no existían los gimnasios. ¿Y a dónde iban a entrenar? A los clubes deportivos. Ese club deportivo podía estar en tu trabajo, en tu universidad, en tu barrio, en las Fuerzas Armadas, podía estar en los más diversos lugares de la sociedad. No era que tú te ponías a jugar con tus amigos al pádel, como lo hacen ahora. Juegas, pero no eres parte de nada. Porque ser de esos clubes implicaba no solo pagar una cuota, sino que había que ir a la asamblea. Participar activamente”, recuerda.
El análisis competitivo
Pese a que el deporte nacional ha cosechado variados éxitos en las últimas siete décadas, el análisis de Salviat apunta a que son muchas situaciones aisladas las que han llevado a los triunfos: no ve un trabajo que exista desde el Estado para masificar la actividad deportiva. Menos para profesionalizarla. “Yo creo que hubo un descuido generalizado en la práctica deportiva, partiendo por la educación. Es decir, en todos los colegios había una cancha de baby fútbol y un aro de básquetbol. Entonces los muchachos se criaban practicando esos dos deportes. Se descuidó lo del básquetbol, se terminaron los cestos en los patios de los colegios y se acabó también la actividad por muchos años”, sentencia.
Según explica, fue esto lo que perjudicó la popularidad de algunas disciplinas y a ello se suman los problemas federativos de las últimas décadas. “Con el ciclismo yo creo que es cosa de clubes, de dirigentes, más que nada. A lo mejor los precios de las bicicletas han cambiado. No me consta. Yo lo atribuiría más a una falta de dirigencia, como en tantos deportes que fueron disminuyendo. No hay una planificación. En cada disciplina debería haber una meta”, propone.
Otro aspecto que ha cambiado es la llegada de marcas. Muchas compañías auspician a deportistas, clubes e incluso competencias. Esto se da desde la década de los 70, pero entonces no era común ver a los atletas lucir artículos de las mejores empresas. “No es que no hubiera publicidad, pero era una publicidad modesta. En Santa Laura tenían una publicidad en una ferretería que quedaba en la Plaza Chacabuco, o en una zapatería, por ejemplo. Algo que provocó no mucho debate, porque estábamos en dictadura, pero se comentó, fue la publicidad de las camisetas. Eso aparece en el 75, cuando la UC apareció con la Financiera Cash en su camiseta, en la franja. Para muchos eso fue una perversión, una herejía”, relata Santa Cruz.
En el lado reglamentario también han existido modificaciones en las últimas décadas. En el fútbol es notorio. El offside, los pases al arquero, incluso la cantidad de cambios ha ido variando. Una de las implementaciones cercanas fue el VAR, que está próximo a cumplir una década de uso. “Es beneficioso si está bien aplicado. Igual depende del criterio humano. Pero es una cuestión que se estaba pidiendo a gritos, no podía depender todo del ojo humano. El Mundial de 1966 se definió por un gol que no entró. No deberían suceder esas cosas, pero sucedieron. No te digo nada, en los campeonatos sudamericanos, en las Copas Libertadores, las aberraciones referiles eran enormes. Esto algo ha aminorado todo eso”, compara Salviat.
Grandes nombres
Desde 1956 a 2023 no había duda de que Marlene Ahrens era la deportista más importante de Chile en su historia. Hoy es casi un consenso que ese título le pertenece a Francisca Crovetto. Aunque la propia atleta intenta bajarle el perfil. “Es difícil decirlo, hablar de ese tipo de cosas sobre una misma. Yo pude conocer a Marlene, fue un honor poder haber compartido con ella. Era alguien que hasta sus últimos días siempre fue una referente en el deporte nacional, tanto para mujeres como para los hombres. Era un ejemplo a seguir para todas las generaciones que venimos después de Melbourne 1956. Encuentro bonito poder seguir ese legado y tomar la posta de Marlene”, señaló la campeona olímpica en París 2024 a La Tercera.
Para Salviat, el logro de la tiradora es una oportunidad para reposicionar al país en el plano deportivo. “Muchas chiquillas deben estar pensando en aprender tiro skeet. Lo otro es el ejemplo que da. La constancia, la preparación, la seriedad con que se toma la cosa. Eso es aplicable a cualquier disciplina. Como sucedió con los tenistas, primero con Luis Ayala, después con Jaime Fillol y Patricio Cornejo, luego con Nicolás Massú y Fernando González. Este tipo de logros es un buen estímulo para mejorar el deporte. Hay un afán de imitación que da resultados”, enumera.
Luego da su opinión sobre la comparativa entre las dos históricas deportistas: “Crovetto ahora está en el centro de la historia. Lo de Marlene Ahrens fue súper meritorio. Las condiciones en que ella llegó allá, los implementos que tenía. No tenía nada que hacer frente a las rusas y las checas, que eran las favoritas. Se las arregló y daba que hablar. Era la gran mujer del deporte chileno. Hoy día la gran mujer del deporte chileno es Crovetto, por el brillo de la medalla”.
Finalmente, Salviat analiza las fortalezas de los atletas chilenos, las cuales, dice, se han mantenido en las décadas. “Creo que más que cultura deportiva, yo hablo de condiciones deportivas. El deportista nacional las tiene. En cualquier especialidad. Cuando el boxeo era popular, teníamos muy buenos boxeadores. El chileno tiene condiciones. Si lo toma en serio, le va a ir bien. No es el más privilegiado físicamente, pero es el más disciplinado. El fútbol chileno se defendió durante años gracias a su aplicación táctica. Los deportistas entendían el juego y cumplían papeles decorosos. Es cuestión de encauzar todo esto. Pero desde niños. Hoy día los chicos están absolutamente abandonados deportivamente”, cierra.