La transferencia de Nicolás Castillo al Benfica era una buena noticia, una nueva oportunidad en la élite. Luego de la notable campaña del delantero en los Pumas de la UNAM, ganando notoriedad y relevancia en la competencia azteca (se transformó en uno de los nombres propios de la Liga MX, con 25 goles en 39 presentaciones), uno de los grandes de Portugal se fija en el renquino y lo adquiere hasta 2023, siendo la segunda incorporación más costosa del club para la temporada: casi ocho millones de dólares.

No obstante, el inicio de la campaña 2018-2019 para el otrora artillero de Universidad Católica ha sido complejo, porque una lesión alteró su continuidad, sumado esto a la fuerte competencia que tiene por el puesto de centrodelantero en las Águilas.

Castillo ya tiene a su haber tres experiencias previas en Europa, en una época distinta en su carrera, más joven e inmaduro: Brujas (Bélgica), Mainz (Alemania) y Frosinone (Italia), respectivamente. Su retornó a la UC y la posterior experiencia en México revitalizó la carrera de un jugador llamado a ser carta para Reinaldo Rueda en la Selección, sobre todo cuando los delanteros no están anotando en la Roja. De hecho, es uno de los 24 nombres citados por el colombiano para los amistosos en Norteamérica. Llegó a la Primeira Liga portuguesa con otro cartel y tuvo una activa pretemporada, convirtiendo. Pero las buenas sensaciones cambiaron el 14 de agosto.

En Estambul, por la vuelta del duelo de la tercera fase previa de la Champions, duró 34 minutos en la cancha del Fenerbahçe debido a una lesión en el gemelo de la pierna derecha. Estuvo un mes sin actividad, retornando el 15 de septiembre, sumando cuatro minutos ante el Rio Ave por la Copa de la Liga. El problema para Castillo es que superada la lesión, quedó relegado en la consideración del técnico Rui Vitória.

El ataque de los lisboetas sufrió cambios. El mexicano Raúl Jiménez partió al Wolverhampton inglés, con lo cual arribaron dos delanteros al equipo. Con Castillo llegó el argentino Facundo Ferreyra, ex Shakhtar Donetsk. A ellos se suman dos que ya estaban en el plantel. Uno es el mundialista suizo Haris Seferovic, el titular en los últimos partidos. El otro es un ídolo de las Águilas, el brasileño Jonás, de 34 años, goleador de la pasada liga con la misma cantidad de tantos que su edad.

La complicación para el chileno es que Rui Vitória juega con una referencia de área (el esquema base transita desde el 4-1-4-1 al 4-3-3). En otras palabras, son cuatro opciones para un puesto. De momento, es la cuarta carta de ataque. Un ejemplo se vio en el pasado juego del Benfica por la liga, bajo la lluvia, visitando al Chaves. Ante la ausencia de Ferreyra, Seferovic estuvo del inicio, mientras que Jonás ingresó en el segundo tiempo. Castillo aguardó por su opción, pero no entró. Misma situación se repitió ante el AEK de Atenas por la Liga de Campeones.

El seleccionado nacional acumula 65 minutos en la temporada, de los cuales 61 fueron por la fase previa de la Champions. Todavía no tiene presencia en el torneo luso, que está en su séptima fecha. De hecho, se perdió la jornada inaugural por una sanción que acarreaba desde México. Por otra parte, los arietes tampoco han destacado en el área rival. Seferovic (el que suma mayor actividad, con 651 minutos en nueve cotejos) tiene dos goles en el curso y Ferreyra, uno. De los 26 goles del equipo, apenas tres son de los centrodelanteros.

Hoy se disputa uno de los encuentros más importantes de la liga, porque en el Estadio Da Luz, Benfica recibe al Porto de Iker Casillas (13.30). Es una nueva oportunidad para que Castillo, a quien apodaban killer en México, comience su despegue en el Viejo Continente. Lo espera él y también Rueda.