Marcelo Espina sabía que su tarea en Colo Colo no iba a ser sencilla. Sin embargo, decidió dejar la estabilidad de la televisión, donde se convirtió en un reconocido comentarista, para asumir el desafío de llegar a un club difícil, en el que triunfó como jugador y fracasó como técnico. Un lugar en el que no todos reman hacia el mismo lado y en el que ocuparía una función clave: ser gerente deportivo, con "plenos poderes", según Gabriel Ruiz Tagle.
La intestina guerra entre el presidente de ByN y su antecesor, Aníbal Mosa, dejó en una posición complicada a Cabezón. La naturaleza de su cargo, donde tiene que definir el futuro del cuerpo técnico y de varios jugadores, y la cercanía de algunos futbolistas del equipo con el extimonel han generado una distancia, la que se acentuó tras la reunión donde se analizó el futuro de Héctor Tapia.
Sobre este hecho circularon distintas versiones. Una de ellas, difundida por Mosa, en la que se decía que Espina había sido el impulsor de un eventual despido del DT, lo que fue negado por otros directores. Incluso, los de la corporación. Posteriormente, circuló un audio en el que el empresario se refiere en malos términos al excapitán del Cacique.
Y si bien el entrenador y Espina se reunieron en un encuentro en el gerente deportivo le reiteró a Tito que jamás había pedido su cabeza. "Hubo un almuerzo, me vine a entrenar. Se dio todo lo que se dio, las cosas se conversaron, se habló lo que se tenía que hablar. Tenemos la misma relación de siempre, relación de trabajo. Cada uno en su rol y tratando de hacer todo para salir de ese momento. Esa es la verdad", diría el adiestrador, días después sobre ese encuentro.
"La relación está tranquila, aunque siempre todo lo que se fractura no queda igual", cuentan desde el círculo del estratega. Y, de hecho, un grupo de jugadores considera que el transandino no actuó con transparencia, al punto de que hay versiones encontradas sobre un apodo que circula: Falcioni. "Es como un sinónimo de falso", afirman desde Macul. Mientras que un jugador niega que sea así. "Con suerte le dicen Cabezón", señala.
Igualmente, el exvolante comparte con los jugadores y los acompaña en los encuentros, más allá de que la relación sea algo fría, pero nunca al límite de estar vetado por el plantel. "Entra al camarín como el gerente deportivo, en caso de cualquier situación él va y nos habla. Es totalmente mentira", señalaba Esteban Paredes hace unos días. "De todas maneras, Espina es introvertido y se relaciona lo justo y necesario", aclaran desde el camarín.
Más allá del ruido de la convivencia, el gerente deportivo realiza su rutina habitual. Es decir, llega todos los días cerca de las 8.30, en una jornada que se extiende hasta las 18.30. Luego, cuando no está en reuniones, su actividad se desarrolla en la cancha, con el primer equipo, o visitando a las divisiones menores. Pasa a saludar al cuerpo técnico y conversa con Tapia, aunque sólo lo preciso.
Eso sí, en los últimos días, antes de ir al entrenamiento, ha estado abocado a trabajar los presupuestos de la pretemporada 2019.
Por las tardes, se instala en las oficinas de gerencia, participa en encuentros y realiza planificaciones con su recién creada oficina técnica, la que estará encargada de llevar a cabo un exhaustivo análisis de jugadores, técnicos y de implementar los cambios futuros del club. Mientras que los fines de semana, va a los encuentros del Fútbol Joven.
En esa línea, el exseleccionado argentino también ha impulsado algunas mejoras en las dependencias de cadetes, pequeños detalles que son valorados en esa área de la institución.
Por estos días, también, el gerente deportivo ha tenido que encabezar reuniones para comenzar a definir la continuidad de algunos jugadores, entre ellos Agustín Orión, Julio Barroso, César Pinares y Gonzalo Fierro. Además, se ha dado tiempo para recibir a algunos representantes. Uno de los agentes que ha estado con él, lo describe así: "Me parece que es muy serio, solemne, en el sentido de cómo lleva una reunión o una interacción. No da mucha información, solo lo justo y necesario".
Otro empresario que ha sostenido reuniones con él, coincide con su colega y comenta: "Siempre que lo he requerido, me ha atendido de excelente forma".
En su entorno, Espina es definido como una persona silenciosa para hacer su trabajo. De hecho, trata de cuidarse para evitar especulaciones como las que surgieron sobre una posible salida de Tapia. A sus cercanos les ha dicho que no va a avanzar mientras Tito u otro DT estén en el cargo, porque eso no va con sus principios.
Los próximos días aparecen como claves para el formado en Platense, pues deberá entregar sus conclusiones de este semestre, las que deberán definir el sentenciado futuro de Tapia, el plan para conformar el plantel de la siguiente temporada y los esperados cambios en las series menores, decisiones que deberán ser presentadas a un directorio, que está enfrascado en una guerra de trincheras.