En medio de la discusión por el regreso de Arturo Vidal a Colo Colo, aún está fresco el recuerdo de otros ídolos del Cacique que retornaron al club en los últimos años de su carrera.

En los últimos años, uno de los que llegó con más pompa fue Jorge Valdivia, quien retornó en 2017 desde el Al Wahda de Emiratos Árabes Unidos.

El Mago firmó un costoso contrato, que obligó a Blanco y Negro a pagar un salario de 100 mil dólares mensuales, menos de lo que hoy ofrecieron al King en la primera negociación.

Sin embargo, el 10 no logró brillar como antes de su partida a Palmeiras, en julio de 2006. En dos temporadas y media, el volante solo jugó el 52% de los minutos de los blancos, con un balance de 5 goles y 16 asistencias.

“Yo soy partidario de que estas grandes figuras se queden afuera hasta cuando puedan jugar. Después hacerles un partido de despedida, que sientan el agradecimiento de toda la gente”, asegura Leonel Chuflinga Herrera, exzaguero de los albos.

En insiste en que “es penoso cuando están terminando su carrera y se tiene retornar mayores, pasan cosas difíciles y raras. Así ocurrió con Iván Zamorano o con Elías Figueroa lo mismo”.

Incluso, Valdivia tuvo un tercer paso por Macul, pero fue decepcionante, con apenas 89 minutos en tres partidos jugados.

El triunfo del Chino

Uno de los retornos más recordados por los albos es el de Carlos Caszely. El Chino se marchó en 1973 al Levante, después de perder la final de la Copa Libertadores con el Cacique. Le fue tan bien que en 1975 fichó por el Espanyol, donde es un ídolo.

En julio de 1978, el Rey del Metro Cuadrado regresó a Macul y realizó una campaña brillante. Solo con la camiseta de Colo Colo anotó 208 tantos en 374 partidos en todas las competiciones, es decir, más de 0,55 gol por encuentro, todo un récord para el atacante que jugó en Macul hasta 1985.

El 9 de los albos escribió las paginas más brillantes del elenco de Pedreros a finales de los 70 e inicios de los 80. En su regreso, el santiaguino consiguió seis títulos, tres en Primera División y el resto en Copa Chile.

Un pobre Matías

Peores son los números de Matías Fernández, quien re debutó en 2020, el primer año de la pandemia y el campeonato en el que los albos estuvieron muy cerca de descender.

Las lesiones marcaron la estadía del 14, quien nunca pudo tomar ritmo. El calerano apenas jugó un quinto del tiempo en que su equipo estuvo en cancha, sin goles y con dos asistencias.

“Como jugador uno sabía cuánto podía dar, o decir ‘ya no voy a estar para rendir lo que uno quiere’. Entonces, muchas veces el club le exige y no alcanza el físico para igualar lo que hicieron en su etapa anterior”, advierte Guillermo Páez.

Asimismo, confirma que “el futbolista tiene que hacer un autodiagnóstico, ver si está en condiciones. Después es muy fácil hablar mal de él y criticarlo cuando no cumple las metas”.

En 2015, Humberto Suazo sellaba su vuelta al Monumental. El Chupete no alcanzó a estar diez meses en la disciplina del equipo de Macul, tras sostener una bullada discusión con el técnico José Luis Sierra.

El exjugador de Monterrey consiguió disputar menos del 48% de los minutos de los albos con un rendimiento de solo siete goles y dos asistencias.

“Es cierto que Humberto Suazo sigue jugando, pero seamos claros, Chupete ya no está para un equipo de categoría, por eso está jugando en la B. Es solo por un tema de edad. Este año Paredes ya no llegará en San Antonio Unido al nivel que tenía y eso está claro”, reconoce Páez.

En la misma línea, el Loco aclara que “el cuerpo no está preparado a cierta edad. La responsabilidad que tiene el técnico, el PF igual; no pueden llegar y hacerlos trabajar, porque ya tienen otras características. Si queremos llegar a otro nivel, debemos hacer un mejor reforzamiento”.

Explosión de Paredes

Uno de los pocos que escapa de este ocaso es Esteban Paredes. El goleador histórico del fútbol chileno regresó a mediados de 2014 y fraguó el mejor momento de su carrera hasta que se fue de Pedrero, hasta que se fue a Coquimbo Unido, después de que Colo Colo zafara del descenso.

En seis temporadas y media, el artillero jugó casi dos tercios del tiempo en que e Cacique estuvo en cancha en todas las competencias (63,7%). Con un registro récord 140 goles entre el Campeonato Nacional, Copa Libertadores y Copa Chile.

Si bien en los últimos dos años con la camiseta blanca no fueron los mejores, con 8 goles en 2019 y solo 4 en 2020, el mismo año en que el club estuvo cerca del descenso.

“Esteban Paredes pudo jugar uno o dos años más, pero el respaldo que tiene de la gente en provincia es increíble, llena todos los estadios. A los ídolos se les critica por cualquier cosa. Los chilenos somos muy malagradecidos, somos chaqueteros. Pero ellos deben de darse cuenta cuándo retirarse”, dice Herrera.

Sin embargo, en 2015 sumó 35 goles y jugó casi tres cuartos de los minutos del equipo, tomando en cuenta el Campeonato Nacional, la Copa Chile y la Libertadores. Dos años más tarde, el máximo artillero histórico del torneo chileno jugó más del 81% de los minutos en el cuadro de Pedrero, el mejor registro de tiempo en su segunda estadía con el cuadro popular. Una regularidad que adornó con 33 conquistas.

Asimismo, Chuflinga agrega que “estos jugadores merecen ser bien despedidos. Si no están al ciento por ciento, prefiero que se retiren. Ya tienen un futuro asegurado económicamente, Que el público se quede con esa imagen, que los empiecen a pifiar no es bueno, porque ya dieron mucho”.

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