De cortado a convertir el gol del triunfo ante la UC: el renacer del Chorri Palacios de la mano de Sebastián Miranda

Cristian Palacios entró en desgracia la tarde del 31 de julio de este año. Ese día el delantero uruguayo fue el villano de la U en el Superclásico ante Colo Colo en Talca. En esa jornada el atacante volvió a fallar un penal ante el eterno rival y si bien luego participó en el empate parcial de la U tras recuperar un balón en la salida alba, Diego López, el DT en ese momento, no le perdonó los errores y lo condenó a la suplencia.

Así, el Chorri apenas jugó escasos cinco minutos contra Unión Española, tres ante Curicó Unido, ocho ante Coquimbo y no ingresó ante la UC, mientras que en la Copa Chile había jugado 84′ y 68′ respectivamente frente a Cobresal. Sin embargo, no anotaba desde el 14 de mayo, en la derrota 2-1 ante Everton en Viña del Mar. Ahí el charrúa convirtió mediante lanzamiento penal, a los 49′.

En varios partidos se vio algo displicente y también exasperó a su anterior entrenador con varias situaciones, como la expulsión ante La Calera, por la que le dieron una suspensión de tres fechas a comienzos de julio. Eso, más el penal fallado ante el Cacique, fueron suficiente motivo para que los hinchas comenzaran a resistirlo.

El despido de Diego López y el regreso de Sebastián Miranda a la banca estudiantil significó un nuevo aire para un plantel sumamente cuestionado, y en especial para Palacios, quien volvió a recobrar el protagonismo que había perdido. De hecho, frente a Palestino, recuperó la titularidad y se vio bastante mejor en la victoria 2-1 en La Cisterna, que le permitió al equipo azul escapar un poco de la amenaza del descenso.

Su buena actuación le valió al Chorri una nueva oportunidad ante Universidad Católica en la Copa Chile y lo retribuyó con goles. Nuevamente la viveza para estar atento le permitió anotar un gol clave en Santa Laura. El artillero se quedó esperando la salida de Matías Dituro y logró interceptar el pase del arquero y definió con categoría para abrir la cuenta, a los 11′, y darle una alegría a los 15 mil espectadores que llegaron al recinto de Plaza Chacabuco.

En el primer tiempo, el ariete fue una pesadilla para la defensa cruzada. Sus movimientos complicaron a los centrales y, además, siempre se las arregló para encontrar espacios y conectarse con Ronnie Fernández o con Lucas Assadi, sus otros compañeros en el circuito ofensivo. No se limitó a quedarse en un solo sector, ya que se movió por todo el frente de ataque y eso fue una complicación notoria para el cuadro precordillerano.

En el complemento, estuvo a punto de anotar a los 52′, cuando su remate pasó muy cerca del arco de Dituro. Fue la última acción de peligro que tuvo, ya que fue reemplazado a los 64 minutos, llevándose un merecido aplauso del público tras la actuación que cumplió, en la que registró un 70% de precisión de los pases que efectuó y tocó 23 veces el balón. Su único tiro fue el gol del triunfo.