De domadores y leones

Modric-Rakitic-Vida

Tras más de dos decenios y en un duelo inédito, Croacia e Inglaterra vuelven a disputar una semifinal mundialista. Lo harán como estandartes de dos estilos opuestos.



Difícilmente habrían podido imaginar hace tres semanas Croacia e Inglaterra un enfrentamiento como el que protagonizarán esta tarde en el estadio Luzhniki; un cara a cara inédito en citas planetarias para dirimir al segundo finalista de la Copa del Mundo. Pero aunque ni balcánicos ni británicos figuraban al comienzo del certamen en las principales quinielas, hoy, 27 días más tarde, nadie duda ya de sus firmes candidaturas al título. Construidas a pulso en Rusia, por cierto, en torno a dos estilos diametralmente opuestos.

Y es que basta con revisar al azar cualquiera de los cinco encuentros disputados por ambas selecciones en territorio ruso para darse cuenta de que Croacia e Inglaterra comparten poco más, a estas alturas, que el rótulo de semifinalistas. El fútbol desplegado para lograr sus objetivos, la tendencia adoptada con el devenir de los enfrentamientos e incluso el estado físico y anímico con el que enfrentarán el compromiso decisivo de esta tarde, habla de dos combinados totalmente diferentes, distintos incluso a la hora de pararse sobre el terreno de juego.

El clásico e inamovible 4-2-3-1 de Dalic, construido en torno a sus extraordinarios volantes centrales (generalmente Brozovic y Rakitic con Modric orbitando a su alrededor en función de las necesidades) luce, sobre el papel, mucho más equilibrado que el 3-5-2 con el que Southgate ha conseguido dotar de cierta personalidad a su equipo durante la Copa del Mundo. Pero es precisamente en el desequilibrio, sobre todo en el generado por sus laterales de largo recorrido por los costados, en donde han encontrado los Tres Leones su principal arma de ataque. En el vértigo y en la pelota detenida, claro, capítulo del juego que lideran de manera autoritaria con nada menos que ocho de sus 11 goles nacidos de dicha variante.

Otro de los aspectos llamados a marcar la diferencia en el partido será el desgaste acumulado, apartado que podría penalizar al combinado croata (invicto en la Copa del Mundo), cuyas eliminatorias de octavos y de cuartos acabaron alargándose más de la cuenta y decidiéndose desde los 12 pasos. Una modalidad de definición, por cierto, que de volver a producirse, no dejaría de ser interesante, considerando que Inglaterra es la selección que más goles ha anotado de penal (3) y que Croacia ya ha superado por esta vía sus dos llaves.

También presentará la segunda de las semifinales un duelo individual entre dos de las grandes figuras de la cita; Luka Modric, el cerebro de Croacia y el domador de leones, por un lado; y por el otro Harry Kane, el justiciero inglés y el futbolista más voraz del certamen (6).

Veinte años después, en el caso de Croacia, de su última aparición entre los cuatro mejores (Francia 98) y con la posibilidad de pelear por primera vez el título; y a 28 de la última presencia inglesa en dicha instancia (Italia 90) y a más de medio siglo de su única corona; dos de las revelaciones de Rusia luchan por inscribir, contra pronóstico, su nombre en la final más grande.

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