La fiesta estaba preparada en la Arena Cavancha. Chile buscaba el único cupo olímpico disponible en la final de la Continental Cup, el certamen clasificatorio del vóleibol playa para París 2024. El balneario iquiqueño estaba repleto para alentar a los nacionales en su búsqueda de la tercera clasificación consecutiva a la cita de los anillos, luego de haberlo conseguido en Río 2016 y Tokio 2020. El rival era Argentina y la serie se terminó definiendo de manera angustiante en un golden set tras igualar 2-2.
Esteban y Marco Grimalt se transformaron en los héroes de esta infartante definición, luego de haber caído en el primer turno frente a la dupla números de Argentina, compuesta por Maciel Bueno y Bautista Amieva, quienes se habían impuesto a la mejor dupla nacional en el primer turno. Y precisamente estos mismos binomios terminaron enfrentándose en este set a 15 puntos por el boleto a París.
Con sed de revancha y apelando a su mayor experiencia la mejor dupla de la historia del vóleibol playa chileno, los primos salieron por el premio máximo. Y lo consiguieron, producto de muchísima concentración y de una mejor lectura de las jugadas que en el primer encuentro. Los nervios de los transandinos también aportaron lo suyo y la pareja chilena se quedó con la clasificación tras un gran remache de Esteban Grimalt para terminar 15-11.
“Este fue un trabajo que se sacó en equipo. Sin los Pollos, esta serie no la habríamos ganado. Nosotros pusimos cuando había que poner y ellos pusieron cuando había que poner y lo logramos cerrar en un trabajo en equipo. Jugar torneos en este formato es hasta más emocionante, porque hay más gente involucrada y eso es muy rico: sentir que somos un equipo y hay mucho futuro es algo que nos apasiona”, expresó Esteban a DSports, tras el triunfo.
Sorpresa inicial
En el primer turno, los Grimalt se midieron con Bueno y Amieva, dos voleibolistas que han demostrado sus grandes progresos en el circuito sudamericano y que ante los nacionales no estaban dispuestos a dejar pasar la oportunidad de dar una sorpresa.
El encuentro comenzó con una ventaja rápida de los transandinos, quienes se escaparon en el marcador. No obstante, los primos lograron emparejar el marcador y forzaron a una definición bastante emotiva de la primera manga, que se cerró con un ace de los argentinos.
Perder el primer parcial fue un golpe duro para los Grimalt. Nunca pudieron sacudirse de ese impacto y nuevamente Bueno y Amieva se adelantaron en el marcador gracias a un sólido saque y también a su buena presión en la red, algo que fue insalvable para los nacionales, que terminaron inclinándose por 21-19 y 21-17.
El segundo punto asomaba clave para mantener la ilusión. Vicente Droguett y Noé Aravena debían medir fuerzas con la mejor dupla argentina compuesta por los hermanos Nicolás y Tomás Capogrosso, un duelo que tenía antecedentes que permitían ilusionarse.
Al comienzo todo fue muy igualado, pero la dupla nacional estuvo muy firme en el bloqueo y en el ataque, lo que le permitió sacar una diferencia en el primer parcial. Eso sí, con el correr de los puntos esa distancia fue desapareciendo. No obstante, supieron aguantar la presión y en una dramática definición ganaron el primer set por 24-22.
Con la motivación a tope, los chilenos mantuvieron el orden del primer set y fueron trabajando punto a punto el segundo capítulo. Con muy pocos errores y bastante solidez en las facetas ofensivas y defensivas, los nacionales cerraron la victoria con un ajustado 21-19, que dejó todo igualado para los dos duelos de la tarde.
“Fue un partido complejo, un partido que se complicó más de la cuenta, pero supimos hacer lo correcto en los momentos adecuados y eso pudo marcar la diferencia”, sostuvo Droguett. Mientras que su compañero agregó: “Se complicó el partido de los primos, pero para eso estamos nosotros”.
Los Grimalt se recuperan
Después del amargo partido de la mañana, los primos Grimalt enfrentaron a los hermanos Capogrosso, en un duelo que asomaba como fundamental para el desarrollo de la serie. Está vez no fallaron y desde el inicio se notaron en una mejor sintonía y mucho más activos. Sacaron a relucir toda su jerarquía para quedarse con el primer set por 21-16.
Con la tranquilidad del marcador favorable, los nacionales fueron con todo por la victoria. Sólidos en ataque y con una gran lectura defensiva, pasaron al frente ante los transandinos que poco pudieron hacer para contrarrestar su poderío. Prueba de ello fue el resultado final del parcial que les dio el triunfo y la ventaja en la serie: 21-9.
Inesperadamente, Aravena y Droguett se convirtieron en los protagonistas. Discípulos de los Primos Grimalt, quedaron con la chance de definir el paso a París ante la pareja número dos transandina compuesta por Maciel Bueno y Juan Bautista Amieva, quienes a primera hora habían dado la sorpresa venciendo a la mejor pareja chilena de todos los tiempos.
El partido fue muy cerrado en el comienzo, con el binomio nacional sacando ventaja. No obstante, los transandinos se recuperaron y pasaron al frente sobre el final del parcial, mostrando la misma solidez del primer encuentro. Y si bien, estuvieron a un paso de igualar, un servicio de Aravena a la red le dio el primer parcial a sus rivales por 21-19.
El segundo capítulo mantuvo esa tónica pareja del arranque, con una leve ventaja para los albicelestes. Varios errores con el saque de los chilenos complicaron el trámite y pusieron a los argentinos con la primera opción de igualar la serie. No fallaron y cerraron la victoria, con un claro 21-17.
Pero eso no importó, porque los primos se recuperaron y le dieron una gran alegría al país. Ahora, mediante un selectivo organizado por la Fevochi se definirá qué dupla será la que represente al país en París.