De jugar un Mundial a pedir dinero en las calles de Londres: la conmovedora historia del canadiense Paul James que remece al fútbol

Jugar un Mundial de Fútbol da fama, luces y dinero. La mayoría de los jugadores que han estado en esta cita han terminado gozando de un buen pasar después de su carrera, pero no es algo que sucede siempre, aunque nunca a límites tan extremos como el del canadiense Paul James, quien jugó en México 86 y hoy, a los 59 años, vive en las calles de Londres pidiendo limosna.

Así lo constató el periódico británico Daily Mail, que encontró al exmediocampista nacido en Gales en esta condición. Las adicciones, especialmente al crack, lo llevaron a dejar a Canadá. Allá dice que se sintió discriminado por estos problemas y decidió cruzar de vuelta al Reino Unido. Lleva 13 años sin un empleo y seis sin hogar. Actualmente vive en un albergue.

“Si quieres saber cómo se ve la mirada de absoluto desprecio y disgusto, haz esto”, le dijo James a The Mail el domingo. “Pero si quieres ver momentos de asombrosa bondad y humanidad, haz esto también”, agregó, sobre su rutina por las calles de la capital inglesa.

¿Para qué recauda fondos? “Para ser independiente. Para recuperar una apariencia de normalidad. Poder llevar ropa y zapatos propios y no de segunda mano. Para no tener que recaudar fondos para comprar mis propios artículos”, respondió ante la pregunta del periodista que lo descubrió en esta dura realidad.

“Recuperar la independencia de la prisión metafórica condenada como inocente durante trece años perdidos, no por el Reino Unido, con quien me siento en deuda, sino por Canadá como nación. Para encontrar y reavivar la pasión, el entusiasmo y la positividad que alguna vez tuve. Y, además de todo, encontrar una vía para conectar con la gente”, explicó sobre su motivación.

James disputó los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 con la selección de Canadá, llegando a cuartos de final y perdiendo por penales ante Brasil, y luego el Mundial de México 86, donde participó en todos los partidos. En total, vistió la camiseta de su selección en 46 ocasiones, anotando dos tantos. Jugó en diversos equipos canadienses hasta 1993, cuando se convirtió en entrenador.

Como DT tuvo una carrera más que aceptable, ya que clasificó a la Sub 20 masculina de Canadá al Mundial de Argentina 2001, convirtiéndose en el primer canadiense en representar a esa nación como jugador y entrenador en un certamen planetario. Además, fue elegido seis veces el mejor entrenador del año y su nombre está en el Salón de la Fama de su país y también en su natal Cardiff.

Su último trabajo fue en la Universidad de York, donde se desempeñó por seis años como técnico del equipo, ganando numerosas distinciones. No obstante, él acusa que fue despedido por su adicción a las drogas. “Cuando ofreció renunciar en 2009 debido a que su condición mental y el consumo de drogas empeoraron, cree que York tenía el deber de brindarle apoyo. Dice que York le pidió que formalizara su renuncia. James afirma que anteriormente les confesó a sus colegas que necesitaba un tiempo libre y fue a rehabilitación. Dice que lo obligaron a renunciar”, describe el Daily Mail sobre esta situación, que el plantel universitario descartó.

No ha visto a su familia en cuatro años. Su madre falleció en junio, pero James solo se enteró dos meses después. Espera que la entrevista que le dio al Daily Mail pueda ayudarlo a reconectarse con su padre.