Palestino entraba a la cancha para enfrentar a Nacional de Paraguay con dos avales poderosos. Por un lado, los árabes tenían a favor la victoria que habían conseguido en el partido de ida. Por otro, la tranquilidad de que, pasara lo que pasara, ya habían asegurado, al menos, la participación en la Copa Sudamericana. Al final, terminaron sufriendo, pero girando a cuenta del primero. Aunque cayeron por 1-3 en Rancagua, el resultado les alcanzó para ir a la definición por penales. En esa instancia, al menos, estuvieron más sólidos que los guaraníes y terminaron abrochando una clasificación que, igualmente, se inscribe en el marco de lo histórico para el club de La Cisterna. Una vez más, jugará la fase de grupos de la Copa Libertadores, a la que no accedía desde 2019. Y parte embolsándose US$ 3 millones por hacerlo.
Había uno más, que sintetiza la solidez que ha alcanzado el equipo de Pablo Sánchez. La escuadra de Vitamina había logrado cinco triunfos en sus últimos seis partidos. Es decir, más allá de la excepción que representa el revés circunstancial de este martes, es un equipo que sabe a qué juega y lo ejecuta con una solvencia casi total. En La Cisterna se ilusionan con que, además, hay un margen importante para seguir creciendo. En el sector sur de la región Metropolitana también hay una certeza: nada de lo que está pasando es casual. De hecho, en el directorio que preside Jorge Uauy resaltan determinaciones que consideran fundamentales para entender el promisorio inicio de año que, naturalmente, esperan extender por el resto de la temporada. A nivel institucional, también sueñan en grande. Para cumplir esos proyectos, los recursos que ingresen por la vía de la participación internacional resultan fundamentales.
Continuidad
En avenida El Parrón atribuyen el actual momento a un factor clave: la continuidad del proyecto deportivo que encabeza Vitamina, que comenzó después de la salida de Gustavo Costas, cuando el estratega aceptó la banca de Bolivia (hoy dirige a Racing). En ese plano, por ejemplo, resaltan que el club pudo mantener la base del plantel que el año pasado remató en el cuarto puesto, detrás del campeón Huachipato, Cobresal y Colo Colo, después de una primera rueda marcada por la mediocridad en la que habían finalizado en el undécimo puesto.
“Hasta el primer semestre del año pasado, el rendimiento no era de los mejores, pero después, con un 60 por ciento de efectividad, Pablo Sánchez nos llevó a ser cuartos. Fuimos segundos en la segunda rueda. Eso habla de una evolución que se mantiene hasta ahora”, grafica Henry Abuawad, miembro de la Comisión Fútbol del club.
En esa línea, la dirigencia se planteó un objetivo clave: mantener al grueso del plantel para darle coherencia al proyecto. En ese contexto, logró retener a figuras clave como Joe Abrigo, Dilan Zúñiga y Fernando Cornejo, aunque vio partir al emblemático Agustín Farías y a Maximiliano Salas, dos elementos clave en la estructura anterior. Además, los de colonia sumaron a Gonzalo Sosa, Junior Marabel, Nicolás Linares, Michael Fuentes y Pablo Palacio. La nueva amalgama está en pleno proceso de preparación, aunque, hasta ahora, ha garantizado efectividad.
Pragmatismo y mesura
La figura de Sánchez suma elogios. “Es un tipo muy pragmático. No inventa cosas. Pone a cada jugador en su puesto, trabaja bien en la semana”, grafican en la convivencia árabe. Además, le valoran otro aporte fundamental. “Algo que nos deja muy tranquilo es que hace jugar a los juveniles. Ha hecho debutar a un chico de 17 años en copa internacional, Iván Román. Eso va en la línea del club. Si nos llenamos de jugadores foráneos, no les damos cabida a nuestros chicos, que pelean torneos en cadetes. Pablo ha implementado muy bien eso”, valora Abuawad. El zaguero entró en la historia al marcar en la serie frente a Portuguesa: se transformó en el chileno más joven en marcar en la Copa Libertadores.
Igualmente, en el club tricolor prefieren tomarse todo con tranquilidad. “Iremos paso a paso. El año pasado, partimos cuatros de abajo hacia arriba y en la segunda terminamos cuartos de arriba hacia abajo. La temporada está recién empezando”, sostiene el directivo.
Inevitablemente, eso sí, la mirada se sitúa en lo económico. “Era importante pasar a la fase de grupos, por las lucas, obviamente. Son tres millones de dólares más un buen premio por partido ganado (US$ 300 mil). Y vamos mostrando a nuestros chicos, también. Tenemos en el equipo a un chico de 17 años que juega de central, nada menos. Es decir, se va justificando cada esfuerzo que podamos realizar”, puntualiza.
El sueño
La inyección de recursos provenientes del ámbito internacional es crucial por otra razón igualmente potente: la cristalización de los proyectos institucionales. En ese sentido, hay uno que ilusiona a los palestinistas: la iluminación del estadio Municipal de La Cisterna, la comuna en la que están afincados hace largos años. El recinto se inauguró en 1988.
Antes de concretar la inversión, eso sí, se debe producir un hito clave: al actual comodato le quedan apenas cuatro años de vigencia, por lo que resulta fundamental extender la relación con la comuna por un nuevo período. En el club admiten que las negociaciones con la gestión edilicia que encabeza Joel Olmos avanzan por buen camino. Sin embargo, hay un elemento que genera cierta incertidumbre: las elecciones municipales, que están programadas para octubre de este año. En ese sentido, la intención es que los compromisos se suscriban antes de los comicios.