De un tiempo a esta parte, la Juventus parece no tener rivales en Italia. Este domingo escribió una nueva página de su hegemonía al vencer 2-0 a la Sampdoria y alzar un nuevo título de Serie A, el noveno en línea y el 36° de la historia de la competición.
Desde la temporada 2011-12, los bianconeri han sido siempre los mejores. Milan, Napoli y Roma, hasta aquí los subcampeones en ese periodo de tiempo, apenas han sido una comparsa.
Y aunque el receso por la pandemia del coronavirus frenó el tranco que parecía invencible de la Juve, llegando a ponerse a tiro de cañón de sus rivales, de alguna forma los de Maurizio Zarri se las ingeniaron para sobreponerse. Los otros aspirantes a la corona tampoco quisieron tomar el testimonio.
Y así llegó el día en que la Juventus, de local en el Allianz Stadium de Turín, se enfrentó a la posibilidad de levantar la corona sin depender de nadie. Cristiano Ronaldo y compañía entraban a la cancha sabiendo que el Atalanta había dejado puntos en el camino y que de ganar alzarían la copa. Y no defraudaron.
A pesar de las tempranas lesiones de Danilo y Dybala, la Juve supo seguir adelante. Cristiano Ronaldo tuvo mucho que ver con ello. El portugués comandó al equipo y anotó la apertura de la cuenta cuando el descanso era casi una realidad, a los 45+7′, tras capitalizar una pelota detenida.
Bernardeschi, que había reemplazado a uno de sus compañeros lesionados, amplió el marcador a los 67′. El título ya era casi una realidad. Y la Juve se sintió incluso más cerca aún cuando a los 77′ se quedó en superioridad numérica por expulsión de Thorsby en la Sampdoria. El marcador pudo ser más expresivo, pero CR7 desperdició un penal a un minuto del final. Su disparo se fue al travesaño.
Así se resolvió un nuevo título del equipo más ganador de Italia. La estantería se amplía, al igual que la de Cristiano Ronaldo, el líder futbolístico indiscutido de un equipo que no tiene contrapeso.