Juan Carlos Garrido se inscribe en la historia grande los Juegos Parapanamericanos. El levantador de potencia adaptada logró quedarse con el primer lugar luego de alzar 195 kilogramos en su segundo intento. Con eso aseguraba la medalla de oro. Luego fue por una meta más ambiciosa: 200 kg. No lo logró, pero eso no le amargó la jornada.

Entre lágrimas y con la presencia de su familia, el histórico atleta sigue agigantando su leyenda. La presea dorada ya la había conquistado en Toronto 2015 y Lima 2019; ahora tiene un sabor especial, porque fue en casa. Algo que él reconoció después de la premiación. “Estoy contento a más no poder. Competir con tu gente y cantar el himno nacional completo es algo que no suele pasar. Esto me llena de emoción. Haber visto a mi familia. Estoy más que pagado”, dijo desde Peñalolén.

También ratifica que la edad no es un impedimento para seguir cosechando logros. A sus 43 años logra ser el mejor del continente por tercera vez en su carrera. Una carrera que empezó tras pasar desde otra disciplina. Garrido entró al deporte paralímpico en 1995, pero jugaba básquetbol en silla de ruedas. Tres años después ya estaba junto a la selección.

Juan Carlos Garrido con su medalla de oro en Santiago 2023. Foto: AgenciaUNO

Sin embargo, apenas tuvo la oportunidad de pasar a las pesas, la tomó. Ahí se dio cuenta que su camino iba por aquel carril. En tres meses fue a un mundial. A Dubái. Cuando le dijeron el destino al que iba preguntó que micro debía tomar para llegar. Una situación que hoy relata entre risas. A sus 18 años no imaginaba lo que lograría décadas más tarde.

“Tuve un poco de fortuna. No habíamos muchos para deportistas en la disciplina en esa época. Víctor Rubilar me ofreció entrenar y nada más que eso. Después competir en otro país, donde no te regalan nada y no te ven como un discapacitado, sino como un deportista de alto rendimiento, es fuerte”, rememoraba hace un tiempo.

“Uno entrenaba como deportista de alto rendimiento, pero muchos te veían como una persona en rehabilitación. La visión del deporte paralímpico cambió después de Santiago 2014. Lo que se conocía de discapacidad era lo que se ve en la Teletón, no se hacia justicia a lo que realmente hacíamos”, indicaba.

Al competir en Emiratos Árabes Unidos se dio cuenta que el alto rendimiento era cosa seria. El hoy tricampeón parapanamericano siempre ha tenido el lema de que da lo mismo la discapacidad que tenga, cada persona tiene un deporte. En su caso es uno que ha inspirado a colegas a seguirlo. También completando un recorrido que ha sido de romper barreras permanentemente. Desde salir de la casa de unos padres sobreprotectores hasta competir en Santiago 2023 pese a los dolores que lo aquejaban en la antesala.

“Era muy porfiado, siempre fui así”, recuerda. Garrido nació en 1980. Fue diagnosticado con un síndrome poco frecuente: artrogriposis. Siempre tuvo que movilizarse en silla de ruedas. Sabe que sus progenitores lo protegían por temor, pero con buenas intenciones. También rememora que en aquellos tiempos aún no existía mucha información al respecto de la discapacidad. Menos de los deportes paralímpicos. Hoy, dice, sigue faltando conocimiento. Pero se ha logrado avanzar.

“Yo soy de los que cree que las oportunidades hay que creárselas. Aquí en Chile falta apoyo al deporte. Pero nosotros tenemos muchas mejores condiciones y facilidades que en otros países. Eso debe ser aprovechado. Hay que sacarse la mugre, sacrificarse al ver que tus compañeros lo hacen. Hay que estar buscando el logro. Más que el dinero, algo que nos llene desde adentro”, sostiene.

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