De las muletas a la corona del Australia Open: los meses de sufrimiento de Nadal antes de alcanzar la gloria máxima
Una enfermedad en el pie obligó a Rafa a pasar por el quirófano y a ausentarse parte de la temporada 2021, lo que le hizo llegar con poca actividad a la de 2022, un año en el que, pese a que no comenzó de la mejor forma para la Fiera, quedará marcado por su Grand Slam número 21. Histórico.
Rafael Nadal es historia pura. El tenista español se quedó este domingo con el Abierto de Australia, tras vencer en la final a Daniil Medvédev, y sumó su Grand Slam número 21, uno más que los que registran Novak Djokovic y Roger Federer. Su victoria, seguramente, tiene un sabor especial y único para la Fiera, quien pasó de pensar en el retiro y de sufrir con el Covid-19 a alcanzar la gloria máxima. El más grande entre los grandes.
Su participación en el torneo llegó a estar en duda. Esto, por una enfermedad congénita en el pie, bautizada como Müller-Weiss, la cual lo obligó a pasar por el quirófano y que el 2021 le impidió estar en Wimbledon, los Juegos Olímpicos de Tokio y el US Open. Su problema en el escafoides lo acercó de lleno al adiós, según manifestó el propio Nadal tras doblegar a Matteo Berrettini e instalarse en la final del AO, que, finalmente, terminó adjudicándose.
“Pasé muchos momentos difíciles, sin ver la luz. Fueron muchas conversaciones con el equipo, la familia, sobre qué podía pasar si las cosas continuaban así, que quizás era el momento de decir adiós”, expresó Rafa en diálogo con los medios de comunicación.
“La gente de fuera quizá no lo crea, pero mi equipo sabe lo que he pasado estos últimos seis meses. No sabía si volvería a competir a este nivel. Soy un afortunado, vuelvo a sentirme vivo y me estoy divirtiendo. El domingo tengo una gran oportunidad. Hace poco tiempo parecía que no habría otra”, complementó.
La Fiera tuvo un 2021 muy difícil producto de la lesión. El haberse perdido los torneos fue un golpe importante. Aquello, sin embargo, también fue un impulso para poner todo su foco en el 2022, un año que, quizás sin saberlo, sería muy especial, pese a lo complicado que se veía en el principio.
En Abu Dhabi, donde terminó cuarto en el World Tennis Championship, inició la temporada lejos de su mejor nivel. Y, para empeorar las cosas, se contagió de coronavirus. “Estoy pasando unos momentos desagradables, pero confío en ir mejorando poco a poco. Ahora, estoy confinado en casa y he informado del resultado a las personas que han estado en contacto conmigo”, señaló en ese entonces Nadal.
Pero Rafa no se rindió. Y comenzaron las buenas. En el ATP de Melbourne, volvió a los festejos y logró quedarse con el título, días antes del arranque de un Australia Open que fue polémico en los días previos a su arranque por el caso de Novak Djokovic, quien fue deportado del país oceánico por no contar con la vacuna contra el coronavirus. “Djokovic ha tomado decisiones y debe pagar las consecuencias”, dijo el nacido en Manacor.
Lo extradeportivo solo le sacó una piedra del camino a Nadal. La baja de Djokovic, el número uno del mundo, ya estaba confirmada y el camino hacia el Grand Slam 21° estaba más limpio. La Fiera no lo desaprovechó. Remontó un duelo increíble ante el ruso Medvedev y se hizo más grande que Djokovic y Federer. Soberbio.
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