Carlos Alcaraz está en la final de Wimbledon. Se ganó el lugar después de vencer al ruso Daniil Medvedev. Sufrió al comienzo, pues dejó ir el primer set en el tie break. Luego se repuso notablemente y remató el duelo adjudicándose las tres mangas siguientes: 6-3, 6-4 y 6-4.
El oriudo de El Palmar estaba, naturalmente feliz. En Londres buscará el cuarto título de Grand Slam en su carrera y el segundo en la Catedral, después del que consiguió el año pasado. Si consigue el actual, se unirá a Boris Becker y Björn Borg como los unicos menores de 22 años que consiguen más de un título en el cesped inglés. Además, está a punto de conseguir otra marca: si levanta el trofeo dorado se convertirá en el sexto jugador que logra encadenar los títulos de Roland Garros y Wimbledon. Los otros son, ciertamente, ilustres: Rod Laver, Borg, Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic.
El chiste
Antes de la búsqueda de la gloria, Alcaraz arriesgó todo. Y no por algún motivo vinculado al deporte blanco, sino por una alusión futbolística. El domingo, justo después de la definición del tercer Grand Slam de la temporada, España e Inglaterra disputarán la definición de la Eurocopa, que se juega en Alemania. Naturalmente, su preferencia está clara.
El ibérico, aplaudido por dejar en el camino al ruso, uno de los jugadores más consistentes del circuito de la ATP, se llevó pifias por una singular intervención. “El domingo va a ser un buen día también para los españoles”, expresó, sonriente.
Cuando advirtió que, pese a lo flemático del lugar, estaba definitivamente en campo enemigo, echó pie atrás y realizó una particular aclaración. “No dije que España iba a ganar. Solo digo que será un día muy divertido”, manifestó para salir airoso del particular momento.
La ocurrencia, por cierto, fue aplaudida y en las redes suma reconocimiento por lo astuta, divertida y diplomática que, finalmente, resultó. Alcaraz, como si se tratara de un talentoso defensor central, puede jactarse de que logró salir jugando.