Todos los ojos estuvieron puestos en él. De un momento a otro, Martín Parra, tercer arquero del renovado Huachipato, se encontró con la oportunidad de su vida. Pasar de ser pasapelotas a titular ante la U por Primera División. Era el debut profesional en el club de su vida, con la camiseta que vistió desde pequeño cuando salía de la mano de Rodrigo Millar a la cancha. Más relajado y dejando atrás la adrenalina vivida en Rancagua, el joven arquero de 20 años repasó con el deportivo una experiencia tan sorpresiva como inolvidable. “El club me dio una enorme oportunidad y sólo me queda agradecer las enormes muestras de cariño que he recibido. Mi familia armó una fiesta en la casa viendo el partido, dentro de lo que se podía, claro”, cuenta.
¿Cuándo se enteró que jugaría?
Fue una semana normal donde preparamos el partido con Castellón de titular. Hasta el viernes. Estábamos almorzando en el estadio cuando se supo su situación (contacto estrecho) y me informaron que tenía que jugar. Sentí nervios y me puse muy ansioso, pero con el viaje y llegando al hotel en Santiago empecé a concentrar y prepararme sicológicamente para lo que pudiese pasar.
¿Cómo se imaginaba el partido?
Tal como se dio, con mucho juego de pies, sometiendo al rival y jugando en campo de ellos. No tuvimos tantas complicaciones. En el primer tiempo la “U” tuvo dos remates, pero afuera. Y en el segundo, sólo un tiro de Luján y el gol. No fui tan exigido.
Usted fue “mascota” del equipo cuando chico, ¿fue especial el debut?
Soy hincha desde pequeño, mis papás son abonados, siempre están en la galería y no se pierden ningún partido. Mi papá en esos años (2006) trabajaba en el banco, se hizo amigo del “Chino” Millar, Cristian Reynero y así se dio la oportunidad de entrar a la cancha con el equipo. Ellos fueron a mi cumpleaños cuando cumplí 4. Algunos recuerdos tengo de ese momento, fue una tremenda sorpresa.
¿Qué recuerda de esos partidos cuando salía a la cancha con el plantel?
Uh, en Collao e Higueras. Eran partidos donde no me fijaba tanto en el fútbol. Me llenaba simplemente con la emoción de entrar a la cancha y compartir con los jugadores. Obvio quería que Huachipato ganara, pero no estaba tan pendiente de eso o si perdía o empataba. La mayoría de las veces salía con el “Chino”, sino con Cristian Reynero o Gabriel Sandoval.
¿Le escribió alguno de ellos en estos días?
Sí, Reynero. Tuve la oportunidad de hablar con él hace dos meses cuando vino Santiago Wanderers a jugar a Talcahuano. Ese día estuve de pasapelotas, conversamos y se acordaba de mí. El viernes antes del partido me habló y me dijo que lo haría bien, que sólo me concentrara, descansara y estuviese tranquilo.
De pasapelotas a jugar en corto tiempo, ¿pensó en debutar tan temprano?
No, nunca lo pensé. Me sorprendí con mi primera citación incluso, no sabía ni cómo ni cuándo se daría el momento. Ha sido todo inesperado, pero estaba preparado. Entrené siempre esforzándome el doble para estar listo para la oportunidad
¿Se siente distinto jugar por el club del cual es hincha?
Sí, es muy diferente. Los partidos se viven de otra manera, no es solamente jugar por jugar. Tratas de defender con todo a la institución y dar lo mejor. Me dijeron que hiciera lo mismo que venía realizando por años en el fútbol joven y traté de aprovechar la oportunidad.
Le dedicó la actuación a su abuelo …
Sí, Juan Plaza. Murió el 25 de diciembre, por el virus. Desde su fallecimiento cambié mi mentalidad y me empecé a preparar rápido para que llegara rápido el debut, ya que verme jugar era uno de sus sueños. Mi abuela ahora no lo ha pasado bien tras su partida y mi debut también va dedicado a ella.
¿Tiene algún referente?
Claudio Bravo es el referente de todos los arqueros chilenos hoy en día. A todos los porteros que he visto pasar por acá los admiro, de todos he aprendido algo para crecer. No tengo un favorito, he compartido con Gabi (Castellón), Yerko (Urra), Brayan (Manosalva) y el mismo Carlos Lampe, que es una tremenda persona.
Su técnico destacó su buen juego con los pies, ¿es vital aquello hoy?
Es muy necesario que los arqueros sepan jugar bien con los pies, ayuda mucho al desarrollo del juego del equipo. Siempre busco ser una opción de pase para mis compañeros. El primer año que llegué al club fui delantero, pero después me cambié al arco y me gustó.
Del ataque al arco y sin escalas, ¿por qué?
Me compré unos guantes en el supermercado y me puse a atajar. Ni siquiera en la casa era arquero, pero me sentía más seguro atajando y así no tenía que recorrer tanto la cancha. Fue idea mía más que de algún profe. Tenía 9 años y nadie me llevó la contra. Ya ni sé donde quedaron esos guantes.
¿Cómo se ve en 5 o 10 años?
El sueño de todos es jugar en la selección y el extranjero. A eso uno aspira, entrena y trabaja, para sumar minutos y seguir siendo frecuente en las citaciones. Ojalá sumar la mayor cantidad de tiempo en cancha, sea en Copa Chile o el torneo, si es que se puede. Quiero jugar lo más posible para cuando llegue el momento, ser el 1 fijo, consagrarme en el club y en Primera División.