Se absuelve al denunciado Francisco Gilabert y se ordena el archivo de los antecedentes a su respecto”. La primera frase del fallo que entregó el Tribunal de Disciplina respecto del caso que detonó la mayor crisis que recuerde el referato chileno y que, sin ir más lejos, le costó el puesto al presidente de la Comisión de Árbitros de la ANFP, Javier Castrilli, sorprende a varios. En su momento, el juez del partido entre Huachipato y Copiapó, que terminó resolviendo la permanencia de los acereros en Primera División, fue el centro de la polémica. La publicación del registro de una conversación con el juez asistente Felipe Jerez, su principal amigo en la actividad, dando cuenta de presiones para sancionar un penal en favor del equipo siderúrgico hizo estallar el escándalo y, posteriormente, dio inicio a una profunda investigación a cargo del oficial de Cumplimiento de la corporación, Miguel Ángel Valdés, que determinó que toda la actuación era parte de un complot para desestabilizar al argentino. El Tribunal comunicó los castigos y fue especialmente drástico con Jerez, Cristián Droguett, quien estaba en el VAR en el mencionado encuentro, y con Mario Vargas el Quality Manager del videoarbitraje en ese duelo. 40 fechas de suspensión para el primero y 30 para cada uno de los siguientes componen el lapidario veredicto. Gilabert, en cambio, no recibió sanción alguna.

Gilabert, naturalmente, celebró la determinación. “Estoy tranquilo, feliz; la verdad es una sola”, respondió escuetamente a El Deportivo apenas enterado de la decisión que, en la práctica, le permitirá volver a ejercer la actividad a la que ha dedicado su vida. Estaba preparando una referencia más formal respecto del caso, asesorado por un equipo de abogados y dijo que ofrecería una conferencia de prensa para profundizar respecto de la materia.

¿Por qué quedó sin sanción?

Sin embargo, la pregunta sigue ahí. ¿Por qué Gilabert quedó sin sanción? Un atisbo de respuesta está contenido en los considerandos de la sentencia que publicó el Tribunal en la jornada del martes. El sexto de ellos parte estableciendo que no le corresponde a la mencionada instancia comentar sus decisiones durante el partido, ni siquiera la cuestionada infracción que dio origen al lío. “En lo que concierne a don Francisco Gilabert, se debe establecer, antes que todo, que no le corresponde a este Tribunal bajo ningún aspecto emitir pronunciamiento acerca de la existencia o no de penal en la jugada producida en el minuto 69 del partido entre los equipos de Huachipato y Deportes Copiapó, ni de la seguridad, o no, que tuvo el árbitro para adoptar su decisión ni la pertinencia, o no, de haber aceptado y/o atendido la invitación cursada por el VAR”, consigna.

Luego aborda la conversación que, mediante la actuación de Felipe Jerez, fue difundida en la radio ADN. “Establecido lo anterior, y en lo que a la conversación sostenida con don Felipe Jerez, a través de la aplicación de WhatsApp se refiere, no se puede desatender que se trató de una conversación absolutamente privada con la confianza y terminología propia de dos personas ligadas por fuertes lazos de amistad, tal como lo reconocieron ambos partícipes. 13 Esta conversación, y los dichos que la conforman, de carácter íntimo, no formulada por ningún medio de comunicación público, sin intención de zaherir ni causar menoscabo a nadie, no puede ser merecedora de mayor análisis por parte de este órgano jurisdiccional/deportivo”. Es precisamente esa consideración la que exculpa a Gilabert.

Francisco Gilabert, dirigiendo en el Campeonato Nacional. (Foto: AgenciaUno).

De hecho, para el tribunal, Gilabert adquiere la condición de víctima de la actuación de Jerez. “De la misma manera, de todos los antecedentes tenidos a la vista, entre ellos la declaración de Felipe Jerez, este Tribunal se ha formado convicción que el denunciado Francisco Gilabert ninguna relación ni conocimiento tuvo de la entrega y posterior difusión de los audios de su conversación privada, sino que por el contrario, recogiendo la propia declaración del señor Gilabert, este Tribunal comparte que fue víctima de esta divulgación, causándole, además, un evidente menoscabo personal, a tal punto que hasta la fecha no ha sido nominado para cumplir función arbitral alguna. De esta forma, la ausencia de responsabilidad e ilicitud en el actuar de don Francisco Gilabert quedará reflejada en lo Resolutivo de esta sentencia”, sostiene el documento.

La sombra de Barroso

En efecto, para el tribunal resulta clave la privacidad de los dichos de Gilabert, que se produjeron en un contexto íntimo y de confianza con su amigo Jerez. De ahí que no haya sido castigado, pues se determinó que no hubo ánimo de menoscabar a la actividad ni a sus autoridades, lo que sí es objeto de sanción. El segundo, en cambio, traspasó esa línea, al entregar los audios en cuestión y es por esa razón que recibió 40 fechas de suspensión, el castigo más alto de los que aplicó la corte de primera instancia del fútbol chileno para el caso. Esta conclusión fue validada por su presidente, Exequiel Segall.

Hay que remontarse a otro ejemplo para encontrar una diferencia en el actuar de la Primera Sala. En diciembre de 2014, sancionó con ocho fechas de suspensión a Julio Barroso, entonces defensor de Colo Colo, quien puso en duda la transparencia del torneo. A diferencia de los dichos privados de Droguett, los del Almirante se produjeron en una conferencia de prensa en el Monumental.

En los casos de Jerez y Droguett pesa que, además ejercieron actos y planificaron una campaña para dañar a la gestión de Castrilli, incluso en medios de comunicación.

La crítica de Castrilli

Castrilli no quedó conforme con la absolución de Gilabert. “Se entiende que cuando se cumpla la sanción esa persona estará en condiciones de seguir siendo árbitro… después de haber incurrido en esa conducta se le volverá a dar la responsabilidad de dirigir un partido de alta competencia”, planteó el Sheriff a El Deportivo.

Se volverá a confiar en esa persona para que decide la suerte de terceros y pueda con eso afectar intereses deportivos y económicos. Sin palabras”, sentencia quien había llegado para transformar el arbitraje chileno y se fue envuelto en la polémica más intensa que ha vivido la actividad.

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