Es un mal de nunca acabar en Chile. Especialmente, en los últimos años, se ha hecho una costumbre la suspensión de los partidos por no contar con las condiciones adecuadas para desarrollarlos, ya sea en términos de aforo o por motivos de seguridad. Las cada vez más sobregiradas delegaciones presidenciales han debido decidir en conjunto con Carabineros y las demás autoridades la no realización de los partidos.

Este lunes, durante la tarde, el fútbol chileno sufrió otro golpe tras la suspensión del duelo entre Universidad Católica y Colo Colo. ¿La razón? El estadio Santa Laura no está en condiciones de recibir el duelo por un hongo que afectó a la cancha. La segunda opción (el estadio Bicentenario de La Florida) tiene su agenda ocupada por el evento benéfico pactado para ir en ayuda de Hernán Clavito Godoy. “Hemos formalizado la solicitud para reprogramar el partido. Esperamos que la ANFP acoja esa solicitud. Esto se fundamenta en que hace tiempo venimos complicados. Esta es una segunda parte de la rueda de prensa que dimos hace algunas semanas. Hemos intentado con todos los estadios de la Región Metropolitana. Incluido el Nacional, pero nos dijeron que es imposible, ya que lo están preparando para el partido de la Selección. También pensamos en Viña del Mar, Valparaíso, Rancagua, La Cisterna. Para nosotros es un evento de fuerza mayor. Trabajamos hasta el sábado tratando de convencer a distintos interlocutores”, decía Juan Tagle, el presidente de Cruzados.

La historia de suspensiones es amplia. Y le quita regularidad y seriedad a un torneo que busca elevar su nivel. Por ejemplo, hace menos de 48 horas, ya se había suspendido el duelo entre Unión Española y Universidad de Chile por los problemas del Santa Laura. Tampoco se pudo jugar en el estadio Bicentenario de La Florida, que tenía agendada una actividad municipal con anterioridad. De este modo, sin muchas alternativas, el partido tuvo que postergarse hasta nuevo aviso.

(Foto: @audaxitaliano)

A la fecha, ya con cuatro jornadas disputadas en la Liga de Primera, van tres partidos postergados: Universidad Católica vs. Audax Italiano, Unión Española vs. Universidad de Chile y Universidad Católica vs. Colo Colo. A estos cotejos se les puede sumar la Supercopa, entre Universidad de Chile y Colo Colo, que no se pudo agendar en la previa al inicio del certamen local.

¿De quién es la culpa? De momento, nadie asume la responsabilidad. En la ANFP excusan a los clubes apuntados por problemas de fuerza mayor. En el caso del duelo entre Unión Española y la U, los hispanos acusaron una contaminación del agua que terminó dañando la cancha. Además, están a la espera de las luminarias que ya vienen con retraso pensando en las exigencias de la Conmebol para la disputa de la Copa Sudamericana. A la UC, en tanto, le aceptaron la reprogramación debido a que no son los responsables directos del estadio Santa Laura y el Bicentenario La Florida, los dos inscritos por Cruzados para el certamen local.

Cecilia Pérez, la vicepresidenta de Azul Azul, apuntó a los delegados presidenciales de regiones. “Acá hay un tema que yo espero que con el nuevo ministro del Interior, Álvaro Elizalde, se tomen decisiones del caso. No puedo creer que en la única región donde se pueda jugar fútbol y donde los delegados presidenciales no ponen problemas es la Región Metropolitana y solamente aquí hay tres estadios: La Florida, Santa Laura y el Monumental, eso no es posible”, dijo a La Magia Azul.

“Teniendo esta dificultad Unión Española, que es súper entendible, ¿por qué no se jugó en La Calera? Porque al Delegado Presidencial no le gusta, a él le gusta que jueguen los equipos de ahí y si va un equipo de la Región Metropolitana tiene que ser sin aforo. Por esta vez, excuso a la Sexta Región porque El Teniente está con arreglos, pero ese es otro delegado que se hace el ‘Larry’”, complementó la dirigente del cuadro estudiantil.

Sus descargos tuvieron rápida respuesta desde la Quinta Región. “Es falso. Como Delegación Presidencial, no hemos recibido ninguna solicitud por parte de los organizadores de este encuentro para que el evento se disputara en nuestra provincia, cosa que es básica para iniciar un proceso de análisis y un proceso administrativo”, señaló José Orrego, delegado presidencial de la provincia de Quillota. De paso, defendió su gestión vinculada al deporte. “Es importante señalar que esta delegación siempre responde cada solicitud de encuentro deportivo. Ejemplo de ellos son los 70 partidos de fútbol profesional que autorizamos el año 2024 y, que además, según nuestro análisis, podríamos superar este 2025″, complementó.

En los clubes miran de reojo el artículo 23 de las bases del campeonato, que establece exigencias para los anfitriones. Hoy, sin embargo, nadie del fútbol quiere iniciar una guerra interna por las suspensiones. “La obligación de tener a disposición el estadio respectivo para la realización de un partido será responsabilidad exclusiva del equipo que actuare como local”, comienza señalando.

Y no se queda ahí, pues también fija sanciones a los elencos que no puedan cumplir con lo indicado. “En el evento que no se pudiere disputar un partido en la fecha y hora programada, por no estar a disposición y/o en condiciones adecuadas el estadio designado al efecto, salvo fuerza mayor debidamente calificada por el Tribunal Autónomo de Disciplina, el club que debía actuar como local será sancionado con la pérdida del partido, otorgándose los puntos al equipo rival, el que se entenderá como triunfador, por un marcador de 3x0″, menciona, junto con determinar una multa de 1.000 UF, “pudiendo el Tribunal de Disciplina determinar que esta multa, o parte de ella, sea destinada por el Directorio para reembolsar los gastos incurridos y acreditados por los clubes afectados”.

Culpas más o culpas menos, en el 2022 ya se había vivido una situación similar entre Unión Española y Universidad de Chile. En aquella oportunidad, los hispanos denunciaron a los azules por no tener un reducto para recibir el encuentro. “El tema aquí es si queremos tener un torneo serio, donde se respeten los reglamentos y se cumplan las normas, o queremos tener un torneo devaluado, regido por la arbitrariedad en vez de por la legalidad”, decía Jorge Segovia. “No presentar estadio habilitado en un partido (segunda vez, por cierto) es un grave incumplimiento que va en perjuicio directo del prestigio del campeonato, y eso es lo queremos evitar de cara al futuro. Confiamos en la seriedad del Tribunal, y esperamos que actúe en justicia sin admitir condicionamientos”, acusaba en estas páginas. La petición del español no tuvo efectos y solo se reprogramó el duelo.

Los demás recintos del país

Lo que señala Tagle no está alejado de la realidad, pues mientras los estudiantiles siguen avanzando con las obras del Claro Arena, varios recintos a lo largo del país no están disponibles para su uso. Por ejemplo, los estadios del Mundial Sub 20 están siendo sometidos a diversas reparación. Así, El Teniente, de Rancagua, está cerrado y O’Higgins ha debido ejercer su localía en el Jorge Silva Valenzuela, de San Fernando.

Algo parecido sucedió con Rangers, pues el Fiscal de Talca está en la misma situación, por lo que los piducanos ejercen como anfitriones en el Fiscal de Linares. Mientras que en Valparaíso, el Elías Figueroa tampoco está disponible por la cita planetaria y Santiago Wanderers se trasladó al Lucio Fariña de Quillota. A ellos se suma el Nacional, que está en un proceso de resiembra para llegar en óptimas condiciones al partido de la Roja ante Ecuador, por las Eliminatorias, el 25 de marzo.

(Foto: @estadiosegurocl)

Otro reducto que no se encuentra disponible es el Calvo y Bascuñán de Antofagasta. El campo de la Segunda Región está siendo sometido a trabajos de mantención, por lo que los Pumas debieron trasladarse a Calama para recibir a Concepción en la fecha pasada.

Los casos especiales

En la Región Metropolitana uno de los estadios que ha ido mejorando en varios aspectos es el de La Cisterna. Sin embargo, el municipio de esa comuna del sur de Santiago solo facilita el reducto a Palestino. Un fenómeno que también se repite en regiones.

Una situación similar ocurre con el estadio Sausalito de Viña del Mar, donde la municipalidad solo lo cede a Everton. Mientras que en el caso del Nicolás Chahuán de La Calera y del Lucio Fariña de Quillota, las autoridades solo prestan el reducto a los equipos de la zona, por lo que la opción de trasladar la localía de cualquier equipo de la capital a esa zona asoma como algo prácticamente imposible.

El otro escenario que tiene bastante uso es el Ester Roa Rebolledo de Concepción. Sin embargo, en los últimos partidos de alta convocatoria, ha habido graves incidentes. Los más recordados, la suspensión por incidentes de la final de la Supercopa entre Colo Colo y Universidad Católica en 2022, lo que se repitió en el clásico universitario de 2023.