Casi nadie pensaba que Gustavo Alarcón (20 años) pudiera cosechar una medalla y menos que fuera una de las dos logradas por Chile en la jornada de este martes. Es que es muy joven y los apenas tres esgrimistas que llegaron a Lima clasificaron casi por la ventana, pues les dieron lugares a Chile que no puso equipos en el torneo. Encima, sus rivales eran de categoría mundial.
Casi nadie, porque él se tenía fe.
Partió mal la verdad. En las poules, es decir, la fase de grupos, Alarcón perdió sus tres primeros duelos, ganó los dos últimos y con lo justo pasó a octavos de final.
En esa instancia, enfrentaba al brasileño Guilherme Toldo, con pasado en Juegos Olímpicos, a quien venció por 15-12 (gana el que llega a 15 toques).
Después aparecía el colombiano Daniel Sconzo (nacido en Nueva York) como el más probable tope del nacional en las llaves, pero también lo venció, para meterse en semifinales y asegurar una medalla.
Listo. Trabajo realizado. Volver con un podio a casa era un logro enorme, ya que el siguiente contrincante era la leyenda del esgrima y número uno del ranking mundial, el estadounidense Race Imboden, medallista por equipos Río 2016.
Poco le importó eso al chileno, que descolocó al norteamericano desde los primeros segundos del enfrentamiento, para vencerlo por 15-13 y anotar la mayor sorpresa de la competencia de florete de Lima 2019.
En la final, en busca del primer oro en la historia de la esgrima nacional, fue Alarcón el que entró descolocado por el extraño estilo de su rival, otro estadounidense, Gerek Meinhardt. La diferencia que marcó el número cinco del mundo y dos de América en el inicio fue la clave del 11-15 final.
"Me enfrenté al número uno del mundo sin presiones, pues él era el que tenía que arrasarme. Pero estuve tranquilo, con cabeza, escuchando los consejos, disfrutando y pasándolo bien. Ni yo me lo creí, se hizo buena esgrima, concentrado y así se puede ganar a cualquiera", declaró el chileno a Chilevisión.
Un esfuerzo personal
Alarcón pertenece a una familia de tres hermanos que practican en el Club La Florida, pero decidido a hacer historia en este deporte, decidió hace cerca de un año irse a vivir a Italia y entrenar en el alto rendimiento. Al exalumno del Liceo Miguel León Prado lo acompaña en la aventura su polola, la también esgrimista Aranza Inostroza (sobrina de Paris).
Alarcón fue bronce el año pasado en el Panamericano juvenil, en Costa Rica. La esgrimista olímpica Caterin Bravo lo conoce: "Lo notable de todo esto es que él recién deja de ser juvenil y la transición de pasar a adulto en general se demora unos tres años, pero él consiguió esto ahora".
Felipe Alvear, último ganador de una medalla en esgrima para Chile, en 2011, opina que "Gustavo se impuso a unos rivales de gran nivel. Él tiene una edad en donde ya empiezan a brillar las cualidades físicas y un desarrollo de la esgrima mayor".
Feliz tras la ceremonia del podio, Gustavo Alarcón recordó todo lo que ha hecho por este deporte, pero también se proyecta: "Este es un reflejo de todo el esfuerzo que he hecho. Ya desde segundo medio me empecé a dedicar, faltando a clases y todo. Es un grandísimo resultado que me proyecta a mi sueño de llegar a Tokio, me queda el Preolímpico, y a Santiago 2023, donde vamos a ser locales. En Santiago 2023 se viene el oro, individual o por equipos". La promesa de romper la historia ya está hecha.