Hoy Uruguay festeja. Los charrúas aseguraron su paso a su cuarto mundial consecutivo luego de vencer por 1 a 0 a Perú en un polémico partido en el Centenario. Sin embargo, hace cuatro fechas atrás el panorama era totalmente distinto. Por ese entonces, al mando de la celeste estaba el mítico Óscar Washington Tabárez y Uruguay acababa de perder 3 a 0 en La Paz, lo que lo relegaba a la séptima ubicación de las clasificatorias junto a Chile y lejos de Qatar.
Lo anterior llevó a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) a tomar una drástica decisión. El 19 de noviembre del año pasado la entidad resolvió despedir al Maestro luego de 15 años al mando y en su lugar nombrar a Diego Alonso para tratar de revertir la situación.
“Expresamos enfáticamente que esta decisión no implica desconocer la importante contribución de Tabárez al fútbol uruguayo. Saludamos y reconocemos los fundamentales logros deportivos conseguidos en estos 15 años, que colocaron nuevamente a Uruguay en los primeros lugares del fútbol mundial”, decía por aquel entonces parte del comunicado.
Esta decisión que pudo hacer dudar al plantel y a las grandes figuras del conjunto uruguayo, que, incluso, ya empezaban a despedirse de su selección. Sin embargo, sirvió como un impulso que le otorgó frescura a una escuadra que parecía gastada. Y así, a falta de cuatro partidos y con poco margen para moverse, el nuevo DT pudo hacer lo que en su minuto parecía imposible: asegurar los pasajes a Qatar.
De esta forma, tras tres partidos y tres triunfos al mando de la celeste, el estratega cambió la táctica de su plantel y puso en el tapete nuevos nombres con los que desarrollar su juego. En poco tiempo, le cambió la cara a un equipo que, cuando lo tomó, estaba en igual condición que La Roja.
Los cambios de Diego Alonso
Pero, ¿que le dio el nuevo técnico a Uruguay? Primero, impuso una nueva forma de trabajar. Así, desde lo táctico el equipo se paró distinto en la cancha. La modificación más significativa fue la flexibilidad en la medular. Ahí, los nombres de Federico Valverde, del Real Madrid y Rodrigo Bentancur, del Tottenham son fundamentales, ya que son los encargados de dirigir el juego desde el medio campo con mayor libertad. Además, los dos deportistas vienen con un muy buen presente en sus escuadras.
De este modo, ambos futbolistas sostienen el centro del campo para las apariciones de una de las grandes apuestas de Alonso: Facundo Pellistri. El joven futbolista del Alavés, poco utilizado en España, fue una de las claves en la disposición táctica uruguaya, ya que ha ido cumpliendo roles tanto ofensivos como defensivos. Caso similar al del compañero de Mauricio Isla, Giorgian De Arrascaeta, que en su caso puede caer por cualquier lugar del campo.
Además, renovó el once inicial. Comparando la oncena titular que puso Alonso con respecto a la que perdió en La Paz en el último duelo al mando del Maestro, ocho fueron las modificaciones: Sergio Rochet, Ronald Araújo, Mathías Olivera, Facundo Pellistri, Federico Valverde, Giorgian De Arrascaeta, Luis Suárez y Darwin Núñez. Todos ellos no habían sido de la partida en la capital boliviana.
Y con dicha renovación, hubo atrevimiento y apuestas tácticas importantes, como justamente mantener a Rochet en el arco antes que Muslera y aprovechar la solidez defensiva mostrada por sus centrales, combinando experiencia y velocidad.
Así, envió a Ronald Araújo a una banda, lo que provocó la zaga ganara más marca. Por contrapartida, al sacar a Lucas Torreira del medio, y privilegiar el tándem de Valdeverde y Bentancur, ganó más verticalidad y calidad con el balón en los pies.
Modificaciones vitales en un punto crítico que le dieron a Uruguay boletos para ir nuevamente a una cita mundialista y que tienen, por contrapartida, a un Chile dependiendo de un milagro para ir al repechaje. Y en la última fecha, La Roja justamente recibirá a los de Diego Alonso que vienen al alza.
Diferencia en las decisiones de ambas federaciones que hoy tienen a una selección besando la gloria y a la otra dando los últimos estertores de vida, aferrada a un milagro y a lo que puedan hacer sus viejos estandartes.