De traductor de Pellegrini a la cantera del Atlético: la increíble historia del chileno Gainza

Javier Gainza, en su época como traductor de Manuel Pellegrini.
Javier Gainza, en su época como traductor de Manuel Pellegrini.

De traductor de Pellegrini al Atlético: el periodista de 34 años abandonó Chile en 2012 para convertirse en entrenador en Inglaterra, trabajó con el Ingeniero en el City. Hoy es coordinador del trabajo formativo de los madrileños en Miami.



- “Hijo, ¿no quieres ser como Ronaldo o Figo?”.

- “No, yo quiero ser como el viejo ese que está ahí mandando”.

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Existen dos clases de personas: aquellas que planean cada paso de lo que harán en el futuro, y las que de la noche a la mañana deciden darle a su vida una vuelta de 180 grados. A esta última categoría pertenece el chileno Javier Gainza (34), quien abandonó su abúlico trabajo como periodista en Santiago para jugarse sus cartas en Europa y convertirse en un hombre de fútbol. Y el envite funcionó: llegó a ser traductor para Manuel Pellegrini y actualmente es el coordinador deportivo de la academia del Atlético de Madrid en Miami, Estados Unidos.

Si bien la vuelta de tuerca que Gainza le dio a su existencia fue súbita, las razones para hacerlo venían acumulándose por años. Santiaguino, ávido consumidor de fútbol, recuerda que desde pequeño soñó con convertirse en director técnico. “Con 10 años me devoraba la liga española y les decía a mis papás que quería ser entrenador”, rememora en conversación con el deportivo. Sus ídolos, sin embargo, estaban más al este: Fabio Capello, Marcelo Lippi y Arrigo Sacchi. “Estaba loco por ellos, porque aparte de ser los líderes, entendían todo el juego”, agrega. Sus padres no entendían cómo su hijo podía admirar más al hombre de terno que a los jugadores, pero al pequeño Javier nadie le haría cambiar de opinión.

Durante los últimos años de enseñanza media sus padres comenzaron a llevarlo por el camino del periodismo. Su amor por el deporte, su talento para escribir y la mayor cantidad de posibilidades que entregaban las comunicaciones terminaron por convencerlo: dejaría a un lado el sueño de ser entrenador y estudiaría para ser reportero. “El periodismo te ofrece más oportunidades; entrenador, solo una. Así que me metí a la Diego Portales y comencé mi carrera en el periodismo”, relata.

Le gusto estudiarlo, mas no trabajarlo. El disfrute de las clases no se trasladó al ámbito laboral, donde los bajos sueldos hicieron mella en su motivación: “Para ganar 200 o 300 mil pesos sí lo haría como entrenador, pero como periodista no me nacía. De hecho, en Inglaterra así partí: ganando 200 euros al mes como entrenador”.

En 2012, con 25 años y apenas una temporada trabajando, Gainza decide partir a Inglaterra para ser entrenador. La empresa, abrumadora para cualquiera, se simplifica para el joven periodista: gracias a su padre posee la nacionalidad española, lo cual le permite viajar de forma libre entre los países integrantes de la Unión Europea. Así, con apenas 500 mil pesos en los bolsillos, abandona Chile en dirección a Gran Bretaña.

Javier Gainza, en un afiche institucional del Atlético de Madrid.
Javier Gainza, en un afiche institucional del Atlético de Madrid.

De reportear a los idiomas

En Inglaterra se encuentra con otro estilo de vida y, por sobre todo, con otros precios. Apremiado por el dinero, comienza a vender burritos en un puesto de comida mexicana y a trabajar como entrenador de las inferiores del Burnage FC, un pequeño club de cuarta división ubicado en Manchester. Todo valía la pena para perfeccionar el inglés, poder vivir y juntar dinero para el curso de entrenador.

Pasados unos meses, su estadía coincide con la llegada de otro chileno a la ciudad: Manuel Pellegrini. En 2013, llegaba proveniente de Málaga para hacerse cargo del Manchester City. Gainza vio una nueva oportunidad para generar más ingresos y poder seguir ligado al fútbol. Y ahí apareció nuevamente el periodismo.

“Me volví corresponsal de la radio ADN, en Chile. Ellos me acreditaban para los partidos del City y yo hacía notas para la radio”, rememora. Esto, combinado con el trabajo en el puesto de comida y en las inferiores en el Burnage FC, le permitió costearse la carrera de entrenador en Inglaterra.

La corresponsalía le permite a Gainza entrevistar al Ingeniero y crear contactos dentro del club, que posteriormente le ofrece un puesto como traductor. No se lo piensa. Pese a que no abandona su trabajo como entrenador en el Burnage, su prioridad se vuelve el City, donde acompañaría a Pellegrini a todas sus conferencias de prensa.

“Pellegrini es tremendo. Lo que más me marcó fue lo que me dijo una vez: ‘Si realmente quieres ser entrenador, prepárate todos los días, porque no hay ninguno en el que yo no estudie’”. También le aconseja continuar sus estudios como DT en España: “En Inglaterra son cinco niveles y cada uno cuesta como tres millones de pesos, en cambio en España son solo tres y cada uno cuesta un millón”.

Para 2015, Gainza -al igual que Pellegrini- ya sabe que el próximo año Pep Guardiola tomará las riendas del equipo, por lo que sus servicios como traductor ya no serán necesarios. En ese momento decide emigrar a España y, de una vez por todas, completar sus estudios como entrenador.

El Atleti le cambia la vida

En Inglaterra alcanza a completar dos de los cinco niveles requeridos para titularse como DT, pero en España no se los convalidan. Harto de esperar, Gainza decide comenzar desde cero y realiza los tres niveles completos. Y conoce a un preparador físico que lo lleva a hacer práctica en las inferiores del Fuenlabrada, de Segunda División.

“Ahí nuevamente trabajo en fútbol formativo, con chicos de 12 a 16 años. En el Fuenlabrada me hago conocidos y, tal como sucedió en el Manchester City, me ayudan a conseguir un empleo mejor, en el Atleti, donde ya llevo cinco años”, cuenta.

Al Atlético llega como segundo entrenador de Fabio, hijo de la leyenda colchonera Paulo Futre que, según Gainza, “manda dentro del club”. Otra vez, el buen trabajo, sus habilidades sociales y el manejo de varios idiomas -habla español, inglés e italiano- lo hacen subir dentro del club. En 2019 se transforma en el primer entrenador del Infantil D y en 2020 le ofrecen ser el responsable de la academia en Miami.

En el fútbol formativo colchonero, que abarca desde los 4 a los 18 años, nada es al azar. Todo está sistematizado, organizado y mecanizado para que un niño de 15 años de la filial de Miami juegue igual a su par de la academia de Madrid. Para que esto sea posible, los rojiblancos han erigido una metodología que debe repetirse y aplicarse de forma estricta en todas las escuelas cuyo frontis exhibe el escudo con el Oso y el Madroño. Gainza se encarga de hacerlo en Miami.

“Queremos que si a un niño de ocho años lo llaman a jugar al equipo de 10 años, jamás diga: ‘Tuve un entrenamiento totalmente distinto, estoy reventado, el DT me enseñó de otra forma’. Todos trabajamos igual. El Atlético ha sido un máster de cuatro años, porque me ha enseñado a comunicar, a enseñar, a formar, a entrenar. Todo es igual. Da lo mismo si te entreno yo o uno del juvenil o del prebenjamín”, asevera.

El técnico nacional no niega que al principio tuvo dudas sobre si era la metodología correcta. No obstante, después de cinco años, se declara un fiel del trabajo colchonero: “Es el que nos permite estar arriba en La Liga, ganar todo en fútbol femenino, ganar todo en fútbol formativo”. También repasa la labor del archirrival, el Real Madrid. “Tenemos una metodología mucho más estructurada en que el Madrid. Allí piensan en comprar jugadores; nosotros formamos entrenadores para que ellos, a su vez, eduquen de la mejor forma posible a los jugadores”, atiza.

Esta educación futbolística tiene como base la formación 4-3-3. “Nos lo imponen porque al final el sistema, cuando el árbitro tocó el silbato, se acabó, es todo un desorden. Pero en el Atleti han comprobado que el 4-3-3 te hace trabajar más en familia por las triangulaciones que se forman entre los extremos, los laterales y los volantes; y también porque le da más compromiso al jugador, ya que los extremos tienen que defender, los volantes deben ayudar al mediocentro, lo mismo con los centrales”, detalla.

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