El portero peruano Jhefferson Rodríguez le hablaba a Juan Francisco Rossel. El atacante se disponía a servir un lanzamiento penal a los 85′ que podía ser el 2-2 de la Roja ante Perú, en un duelo que el equipo de Nicolás Córdova había dominado en las acciones, pero que perdía de manera insólita. Sin embargo, el destino continuó colocando las cosas cuesta arriba para Chile. El disparo del delantero de la Universidad Católica se estrelló en el travesaño y el elenco nacional seguía abajo en el marcador.
Pero lejos de derrumbarse, Rossel, quien en el encuentro anterior había marcado el agónico autogol de la derrota contra Uruguay, dio una muestra de carácter en sólo unos minutos. En el siguiente ataque de la Roja, se elevó más alto que el arquero Rodríguez y ganó un balón de cabeza para marcar el 2-2, lo que desató la furia de los futbolista peruanos, quienes pedían una falta sobre el portero. Fue tanto el descontrol que incluso el capitán Anderson Villacorta se fue encima del árbitro y le dio pechazos, lo que le costó la tarjeta roja. Mientras tanto, el artillero nacional celebraba en otro rincón de la cancha tapándose las orejas, como desafiando lo que estaba viviendo en esos momentos.
Un final feliz
Luego de los reclamos incaicos, en los descuentos y con un futbolista más, Chile no dejó pasar su oportunidad de sellar con un triunfo en una dura jornada. Se fue encima del arco peruano buscando el gol de la victoria.
En los 90+3, el destino le sonrió otra vez a Juan Francisco Rossel. Un centro de Pérez desde la banda derecha encontró la cabeza del capitán chileno, quien venció al arquero rival y anotó el definitivo 3-2, ante la locura de sus compañeros y del cuerpo técnico chileno, quienes se agarraron los pelos de incredulidad en varias ocasiones durante la segunda parte al ver cómo se estaba configurando el resultado antes de la reacción chilena.
Ya con el pitazo final del juez, el delantero cruzado, agotado, simplemente cerró los ojos, se arrodilló, se persignó y apuntó sus manos hacia el cielo, como agradeciendo una ayuda divina que lo hizo pasar de villano a héroe.