El rostro de Ricardo Gareca irradiaba una mesurada satisfacción después de arrancar con el pie derecho su camino en la selección chilena. La Roja necesitaba volver a ganar, en pos de sumar confianza en el inicio de una nueva era, y se consiguió con una positiva actuación ante Albania. Si bien es cierto que el rival no pertenece a la elite (64° del ranking FIFA), no es menos cierto que superar a un cuadro clasificado a la Eurocopa y con base importante en las ligas top del Viejo Continente permite ir modelando una capa de optimismo para lo que viene.
“Manifesté el entusiasmo, que radica en la capacidad del jugador chileno y en la importancia que tiene Chile en sus jugadores y su selección. Estamos con muy buenos jugadores, en algunos casos excelentes...”, declaró el Tigre tras el triunfo sobre Las Águilas. Deconstruyendo el primer partido del ex DT de Perú al mando de la Roja, se desnudan algunos aspectos que reflejan la incipiente nueva cara del Equipo de Todos (o lo que Gareca pretende).
A diferencia de Eduardo Berizzo, el actual estratega apuesta por una referencia ofensiva más nítida. El Tigre confió en la vuelta de Eduardo Vargas, pese a la escasa actividad que tiene en Atlético Mineiro, y ‘Turboman’ no falló. Se demoró 19′ en convertir el primer gol chileno, el número 41 en su historia con la selección absoluta. Chile llevaba tres partidos al hilo sin goles y ante Albania se abrió el arco, precisamente una de las misiones de Gareca en la reconstrucción del equipo.
El argentino ha dicho, en todos los tonos, que vino a ganar. Entonces, el afán de conseguir resultados está antes en la lista que insistir en el mentado recambio y proyectar la Selección del futuro. Gareca no tuvo inconvenientes en recurrir a la “vieja guardia” para su primera convocatoria. Claudio Bravo, Mauricio Isla y Eduardo Vargas, además de Alexis Sánchez, fueron estelares y respondieron. “No miramos la edad”, declaró el DT tras el amistoso, siendo consultado por la actuación del Huaso.
Desde lo táctico, Gareca dispuso del esquema matriz que usó en Perú: el 4-2-3-1. Por momentos, mutaba a un 4-4-2 cuando Sánchez se unía a Vargas en la ofensiva. Un central espigado como Igor Lichnovsky, en lugar del ausente Guillermo Maripán, acompañó a Paulo Díaz, quien mantuvo la demarcación que tiene en River Plate (central por la izquierda). En el eje, comparando lo que hacía el técnico en la selección incaica, Rodrigo Echeverría hizo de Renato Tapia, mientras que Marcelino Núñez fue el símil de Yoshimar Yotún (con los respectivos y evidentes matices). Encontrarle una posición estable al hombre del Norwich es otro desafío para el estratega, porque con Lasarte y Berizzo transitó por varias ubicaciones.
Ante los albaneses, Chile tuvo una posesión volátil del balón. En los 90′ y fracción registró el 45%, con dos periodos muy distintos. En el primer tiempo tuvo una posesión del 54%, que se notó en la cancha, porque el trámite del juego pasó por la Roja, ante un rival compactado en su territorio. En el complemento esto cambió, porque los chilenos tuvieron solo el 35% de tenencia.
Sin embargo, la defensa no sufrió porque Albania no inquietó la portería de Bravo. De hecho, los de Sylvinho no sumaron tiros al arco. Mientras que Chile sumó cuatro, de los cuales tres acabaron en gol. Apareció la eficacia que tanto se anhelaba. En otros aspectos del juego, el cuadro nacional sumó un total de 490 pases, con una efectividad del 87% según Sofascore. Además ganó 39 duelos y tuvo 109 posesiones perdidas.
En el debut, la Roja contó con un constante uso de los laterales, sobre todo en el primer tiempo. Tanto Mauricio Isla como Gabriel Suazo se proyectaban en ataque con asiduidad. A su vez, tanto Darío Osorio como Víctor Dávila hacían las diagonales para dejar el carril libre. El rival permitía aquello. Por eso mismo, la duda recae pensando en el duelo del martes ante Francia. Presumiblemente, Gareca tendrá más cautela en la proyección de los carrileros si al frente estarán jugadores como Dembelé y Mbappé, letales con espacios.
Canadá será rival en Copa América
Se definió al último rival de la Selección en la fase de grupos de la Copa América 2024. Se trata de Canadá, que superó 2-0 a Trinidad y Tobago en el repechaje y accedió al grupo A, junto a la Roja, Argentina y Perú. El choque entre ambos será el 29 de junio, en Orlando.