El futbolista Dani Alves continúa con el proceso de su defensa después de ser encarcelado mientras se investiga una presunta agresión sexual contra una mujer en una discoteca de Barcelona ocurrida en diciembre de 2022.
Según ha dado a conocer el medio El Periódico, la defensa del brasileño, a cargo del abogado Cristóbal Martell, intenta demostrar la inocencia de su defendido ante las acusaciones tal como lo describe en el recurso que presentó para buscar la libertad del exjugador del Barcelona mientras se investiga el caso, considerando algunas medidas de precaución. Entre ellas están la obligación de comparecer en el juzgado, la prohibición de acercarse a la víctima y la instalación de una pulsera telemática para poder geolocalizarlo y controlarlo.
Además manejan otra opción que es que se le imponga una fianza para lograr su libertad condicional, recalcando que Alves no huirá y que no existe riesgo de fuga. Cabe señalar que este fue uno de los principales argumentos que entregó la jueza a cargo para internarlo en la cárcel.
Según detalla el medio antes mencionado que tuvo acceso a este recurso, en el escrito se argumenta que las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la discoteca ponen en “severa cuarentena o duda valorativa” algunas de las afirmaciones que fueron consideradas por la jueza instructora.
Los argumentos
El texto presentado por Martell indica que en los videos a los que han accedido muestran a la denunciante junto a su prima y una amiga llegar al espacio reservado a las 3.20 horas y que se ve a un grupo de cinco personas compartiendo “de modo lúdico y festivo rodeados de muchísima gente”. Además, lo define como un espacio abierto que “dista mucho de ser el contexto y escenario de intimidación ambiental” que sería necesario para “doblegar la capacidad de la víctima y su autodeterminación”, apunta el recurso.
Más adelante apunta que la denunciante “tras estar durante un tiempo hablando con sus dos amigas y un camarero” se dirige al habitáculo donde se habría producido la agresión con Alves ya adentro sin que este “le franquee el paso o abra la puerta”.
La defensa recalca que “este es el momento previo al encuentro sexual en el diminuto cubículo o baño en el que entró primero uno y luego la otra”. Así mismo, indica que la mujer “describe y expresa como vivido en un clima de terror, pavor o microcosmos de dominación” un escenario que, a su entender, las imágenes “desmienten”.
Por otro lado, el abogado enfatiza en el recurso que el espacio de la zona vip se encuentra a la vista de la sala lo que “pugnan y entran en conflicto y contradicción con la descripción que hace la denunciante”.
“Es allí donde nos asalta la duda” y “nos permite dudar razonablemente” de que su relato de “lo acontecido en la soledad de la pareja en el cubil del baño” pueda “estar también adornado de idénticos elementos de distorsión narrativa”, plantea.