Faltan tres fechas para que finalice la Superliga argentina y Defensa y Justicia sigue al acecho. El equipo de Sebastián Beccacece está a un punto del líder Racing, una campaña ya histórica para un club cuya paso por el fútbol se inicia recién en 1978 en la categoría más baja de la AFA y que solo en 2014 lo puso por primera vez en la Primera División transandina. Un rendimiento altamente meritorio para una escuadra de bajo presupuesto en la que la suma del valor de los pases del equipo titular (unos US$ 26 millones) puede ser perfectamente el costo de una de las figuras de los equipos más tradicionales del fútbol argentino. El gasto mensual bordea los US$ 200 mil, diez veces menos que lo que invierten River Plate o Boca Juniors, por citar a los más poderosos. Ya tiene un premio preliminar: está clasificado para la próxima versión de la Copa Libertadores.
El desenlace del torneo transandino se advierte apasionante. Aún resta que ambos candidatos a la corona se enfrenten entre sí. Y si no son capaces de sacarse diferencias y terminan igualados, las bases del torneo contemplan una definición.
El escenario era, hasta hace algunos meses, que quizás coincidan con la llegada del ex técnico de Universidad de Chile, impensable para un club humilde, que pudo cerrar sus puertas por las apreturas económicas y cuyo plantel actual se conformó en base a jugadores provenientes de otras escuadras, más uno que otro producto de las divisiones inferiores. En rigor, cuatro futbolistas son formados en la institución. Una de las estrategias para aumentar el patrimonio es la llegada de jugadores libres o con bajas opciones de compra.
El lento progreso del club en el fútbol transandino comienza cuatro años después de su entrada a la Primera D. En 1986, ascendió al Nacional B, aunque cayó en 1993. Volvió a subir en la temporada 1996-97. A Primera División llega en 2013-14, de la mano de Matías Almeyda.
Sin embargo, según consigna un reportaje publicado por Clarín, el quiebre más significativo para el club se produce en 2009. Ese año llega al club el arquero Martín Perafán, intermediado por el agente Christian Bragarnik, quien con el tiempo se transformaría en el representante más poderoso del fútbol argentino y que luego extendería sus vínculos con Chile, a través de Unión La Calera y más indirectamente en San Luis. "Soy un gran responsable de la llegada de jugadores a Defensa. La asesoría del club la realizo yo con Diego Lemme. Analizamos el precio, la calidad y las opciones que tenemos para contar con el jugador en el que pensamos en ese momento", declaró Bragarnik hace un tiempo a Olé.
El crecimiento deportivo ha ido encadenado al institucional. Ahora, el Halcón de Varela tiene un predio de 12,5 hectáreas en el que hay tres canchas, un restaurante, un auditorio y un hotel. Su estadio, el Tomaghello, puede recibir a 18 mil espectadores, más del triple de sus socios registrados. Un escenario que pretende llenar en su momento más glorioso.