De ponerse la vestimenta de Santiago Morning a utilizar el uniforme de juez. Felipe González (38), quien este domingo arbitró con polémica el duelo entre Colo Colo, donde jugó su ex compañero Esteban Paredes, ante Audax Italiano, figuraba en 2005 como el defensor central del equipo microbusero que consiguió el ascenso a Primera División de la mano de Ivo Basay. Dos años después de aquella gesta, sin embargo, su carrera profesional llegó a su fin. No por rendimiento, ni menos por falta de interés del formado en las canteras de Universidad Católica. Una rebelde lesión al ligamento cruzado y del menisco externo lo obligó a retirarse de la actividad. Su vida, eso sí, siempre estuvo ligada a un silbato. Proveniente de una familia de jueces, su padre Patricio González también integró el gremio, decidió ingresar en 2010 a estudiar a INAF.
Fernando Manríquez, hoy futbolista de Universidad de Concepción, compartió camarín con González en Santiago Morning: "Era un buen jugador, pero era muy bueno para las patadas también. Nunca pensé que sería árbitro, nunca nos comentó nada", recuerda. "Ahora de árbitro es diferente. Me ha tocado que me conduzca y si bien nos saludamos cariñosamente, durante el partido es muy profesional. Encuentro que es un excelente árbitro", dice el volante.
Este domingo, Felipe González sacó a relucir su personalidad. No dudó en expulsar a Opazo, en el 3-2 del Cacique. Seguramente, su experiencia en el fútbol profesional, le hizo percatarse de la provocación del lateral derecho, quien demoró su salida del campo de juego. "A Felipe le favorece haber sido futbolista. Sabe cosas que otros árbitros no son capaces de darse cuenta en la cancha. Se da cuenta de las mañas, de los golpes, de todo", agrega Manríquez.
Otro que compartió equipo con el ex futbolista es el retirado Pedro González. El Heidi, quien jugó también en la escuadra microbusera con el hoy juez, recalca su condición como futbolista: "Yo ya me estaba retirando y me llamaba harto la atención su juego. Jugaba de central y lo hacía bastante bien. Hoy es un gran árbitro y siento que tiene bastante futuro. Que jugara fútbol es un plus para tener otra visión en el campo de juego, y eso se nota. Las mañas de los jugadores se las conoce de memoria".
Haber compartido camarín con jugadores vigentes no influye en su desempeño. Así, por lo menos lo aseguran sus ex compañeros. "Es súper profesional. Siempre fue así. En la cancha es otra persona y hace notar que ahora está del otro lado", dice Manríquez. "No, no se va a prestar para nada. Este domingo arbitró a Paredes y no lo favoreció en nada. Incluso se atrevió a echar a Opazo. Tiene una personalidad notable", agrega Pedro González.
Desde el mundo de los árbitros, Rubén Selman anota el caso de González como una historia poco común. "Es bastante particular que un futbolista que fue profesional se dedique después al arbitraje. Pero no se le puede juzgar por haber sido compañero de Paredes, o de otros futbolistas. Uno cuando arbitra se olvida de las amistades y pasa a ser un profesional de la actividad", cierra. Como casi todos los árbitros, eso sí, antes los mediosno habitúa a ser mudo.