Defensores de Cobresal relatan su noche perfecta: "Le robamos la gloria a Paredes"

Esteban Paredes, Colo Colo, Cobresal
Foto: Agencia Uno.

El cuadro minero asaltó la Ruca y se adjudicó el festejo que tenían preparado para el Tanque. Reynero, González y Godoy, cuentan cómo arruinaron la fiesta que era para el gol 216.



Esteban Paredes llegó al Estadio Monumental con 215 goles en el bolsillo, y se fue con los mismos de vuelta. Sin fiesta, sin premios, sin la parafernalia que Blanco y Negro preparaba para homenajearlo. "Da lo mismo el récord", dijo el goleador tras el encuentro, aunque de todas formas ofreció disculpas al pueblo colocolino, que ansiaba verlo marcar el esperado tanto que le permitiría superar a Chamaco Valdés.

"No se pudo nomás", le dice su padre a la salida del recinto en Macul. Su familia, los hinchas, y el mismo Paredes, saben que el récord va a llegar, pero la noche de este domingo no era del Tanque, era de Cobresal. El festejo del gol 216 fue arruinado, y tres jugadores fueron los principales aguafiestas en el cuadro minero: Rodolfo González, Eric Godoy y Felipe Reynero.

Este último gritó los goles que Paredes no. El 0-1 lo marcó en apenas cuatro minutos, mientras que en el 78' sellaba la victoria con el 0-2 definitivo. Reynero vivió el partido de su vida, y a la vez, es consciente de que se adjudicó una noche que no le pertenecía. "Siento que le robamos la fiesta a Paredes, o la gloria si se puede decir de esa forma. Era la noche para él, con el estadio lleno y toda la gente esperando su gol. Podía pasar que Esteban marcara el gol pero nosotros teníamos en mente sí o sí ganar el partido, gracias a dios lo hicimos", comenta el atacante a La Tercera.

"De Paredes rescato lo goleador que es. La ocasión que tiene la convierte. Imagínate la edad que tiene y todavía está jugando en un equipo grande. Solamente uno puede aprender de él y disfrutar de su juego. Creo que va a poder convertir ese gol tan esperado", añade, analizando también el partido del Tanque: "Yo lo vi normal. Quizás sí tuvo un poco de ansiedad, pero Colo Colo tampoco tuvo tantas opciones de dejar a Esteban frente al arco para que convirtiera. Eso es mérito de nosotros. Fue una noche soñada".

Si bien Reynero brilló con su doblete, los centrales de Cobresal fueron claves en mantener el arco en cero, y de paso, dejar sin chances al goleador de los albos. "Me mentalicé en hacer bien mi pega nomás, no en Paredes. De todas formas es un grandísimo jugador, que tiene el arco entre ceja y ceja. Si le das un centímetro no te perdona. Gracias a dios Colo Colo no hizo el gol, eso era lo importante, no si marcaba Paredes", puntualiza Rodolfo González a La Tercera tras el partido.

Por su parte, el otro zaguero de los Mineros, Eric Godoy, también relata su agitada noche en Macul, donde con González no le dieron tregua al Tanque. "Independiente si Esteban anotaba o no, lo más importante era ganar. Sabíamos que el ambiente que se estaba generando en Colo Colo era más que nada una fiesta para Esteban, a estadio lleno, y mucha expectación por su gol…más allá de arruinarle la fiesta a Paredes, nosotros vinimos a hacer nuestro partido. Todos lo vieron, fuimos superiores, sobre todo en el segundo tiempo", dice el defensa.

La chance más clara de gol para Paredes la tuvo a los ocho minutos. Pudo ser el 1-1, el 216, el grito de más de treinta mil hinchas, pero no. Godoy no olvida la jugada: "Fue la única que tuvo. El Torta (Opazo) sacó un centro y yo salí a achicar el espacio. La rocé pero igual le quedó a Esteban, que con su calidad trató de hacerle un sombrerito al arquero (Sebastián López), pero estuvimos atentos para sacar el balón de la zona. Estuvimos siempre atentos con Rodolfo", recuerda.

Antes de subirse al bus de vuelta a El Salvador, Godoy, con su sonrisa de oreja a oreja, deja unas últimas frases, según el ambiente que percibió en la Ruca: "Si Colo Colo se preocupó de que Paredes marque el gol 216, ahí tiene las consecuencias. El Colo Colo que uno conoce es distinto, de temer. Hoy nosotros solo aprovechamos el momento", cierra.

Los Mineros dejan la capital entre festejos. Paredes, deja el Monumental cabizbajo. Dejó al pueblo colocolino con el gol 216 preparado en la garganta, y ahí reposará. Eso, quizás hasta el próximo 15 de septiembre, cuando visiten a Universidad de Concepción; o en La Florida, ante Audax Italiano. La chance de hacerlo en casa, con su gente, como él quería, fue desperdiciada.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.