Era conocido como el "mitaí" (niño en guaraní) del semáforo. Iván Genes, de 14 años, hacía piruetas con el balón frente a los automovilistas por unas monedas. Alguien filmó sus habilidades que inmediatamente se viralizaron y en dos días, esta semana su vida cambió.
Un conocido empresario del fútbol decidió apadrinarlo y lo ubicó en el club de su preferencia, las divisiones menores del Guaraní de primera división.
"Mi sueño es ser un gran futbolista y jugar en el Real Madrid con Ronaldo o con Neymar en el Paris Saint Germain", afirma a la AFP Iván Genes con convicción, quien habita en la Chacarita, el barrio pobre adyacente al radio céntrico de Asunción.
En el centro todo el mundo lo conoce, desde los vendedores de diarios y revistas, los cambistas de moneda extranjera, cuidadores de coches y hasta los agentes de tránsito.
"No saludas más desde que te hiciste famoso", le espeta uno de ellos en la esquina de Palma y Chile, donde se erige el Panteón de los Héroes, el Km 0 de la capital paraguaya.
Iván dijo que su madre lloró cuando lo reporteó la televisión y dijo que hacía sus destrezas en la calle para ayudarla a mantener cuatro niños en su precaria vivienda.
De la noche a la mañana, Iván es solicitado por periodistas de distintos medios para relatar cómo logró concitar la atención de la sociedad local, donde el fútbol es rey.
Ropa para Navidad
"Lo que más deseo es comprarme ropa para Navidad. Si sobra le voy a comprar a mis hermanos", señala con naturalidad el adolescente, curtido y cultivado como muchos de sus amigos en la jungla del asfalto.
El joven confiesa haber aprendido allí sus piruetas, en dura competencia con otros niños de la calle. "Tengo un amigo que hace destrezas como yo, pero yo le gano".
"¿En qué se diferenciará". "Yo hago más trucos", responde, jactándose de haber aprendido en la televisión y en You Tube.
Admite que los trucos del brasileño Ronaldinho son los más populares. "Son difíciles pero se consigue con la práctica", subraya en pose de especialista.
El conocido empresario de jugadores, el brasileño Regis Marquez, lo hizo llamar y dijo estar dispuesto a respaldarlo.
"Mi empresario me dijo que no me vaya más a los semáforos y prometió darme 500.000 guaraníes (100 dólares) mensuales. Me dijo que me va a pagar 150.000 (30 dólares) por cada gol que anote", confió.
La dirección del club Guaraní, recientemente eliminado de la Copa Libertadores de América y segundo en la tabla de posiciones del campeonato Clausura, lo ubicó en la Sub-14 bajo la intermediación de Marques.
En la práctica matinal del jueves fue presentado al plantel principal del equipo aurinegro dirigido por el argentino Daniel Garnero.
Los jugadores de Primera autografiaron sus nombres en la camiseta que le regalaron. Iván no se desprende tampoco de la pelota reglamentaria que le obsequió el empresario.
"Yo era lustrabotas. Le lustré los zapatos al presidente (Horacio) Cartes cuando se fue un día a la la misa en la Catedral (de Asunción)", explica al tiempo que muestra una foto abrazado al jefe de Estado cuatro años atrás.
"Como lustrabotas no se gana nada y entonces se me ocurrió la idea de traer mi pelota para hacer 'picaditas' (malabarismos con el balón) en el semáforo. Eso le gusta a la gente", expresa Iván quien descubrió que cuanto más habla de sus raíces se multiplican los llamados a su teléfono celular.
Reconoce que desde que saltó a la fama, a partir del pasado martes ya no va a la escuela donde asiste -atrasado- al quinto grado. "Suerte que recién comienzan los exámenes finales", sostiene con ingenuidad.
"Mi sueño es que voy a ser un gran futbolista. Sé que me tengo que esforzar mucho pero me apoya toda la Chacarita", remarca a la AFP antes de reiniciar las 'picaditas' en el semáforo.
El punto de atracción que le depara muchas monedas es cuando contiene la pelota entre el cuello y la espalda al tiempo que se saca la camiseta sin que se le escurra el balón.