Dentro de los diez mejores: Niemann sale vivo de un día dificilísimo en el Masters de Augusta
En una segunda ronda marcada por el viento y los marcadores altos, el chileno supo pelear y quedar en el top ten del major, con una marca de uno bajo par. Un doble bogey en el último hoyo lo deja con un trago amargo.
La jornada de este viernes fue una odisea para los golfistas que salieron a Augusta National Golf Club. Un día con un viento complicadísimo, que a tramos llegó a las 30 millas por hora, provocó que los marcadores de este Masters no se dispararán y que el corte se estime que llegue al +4. En medio de esa batalla, Niemann luchó y salió victorioso. Quedó con - 1 en la general y dentro de las mejores marcas del torneo. El fin de semana tendrá que empujar para meterse en la pelea por el torneo más importante en el mundo del golf.
Los primeros nueve hoyos de Joaco fueron la gran prueba de que el día no estaba para marcadores bajos. Que el viento revolvía la pelota y nada salía como uno imaginaba desde el tee. En los primeros nueve hoyos no pudo meter ningún birdie y tuvo un castigo en la bandera cinco. Números en que cualquier otro lugar hubiesen sido derechamente malos, pero que ahí lo tenían dentro de los mejores. Si no pregúntenle a Cameron Smith, Jon Rahm o Rory Mcllroy, todos grandes estrellas que la pasaron mal en la segunda ronda.
Por eso Niemann estaba tranquilo. No caía en presiones ni dudas, y quizás hasta lo tranquilizaba saber que su compañero de ronda, un tal Tiger Woods, clavaba un arranque para el olvido: cuatro bogeys en los primeros cinco hoyos.
Y después vino “Amen Corner” y los movimientos llegaron para Joaco. Ese lugar de Augusta que componen el hoyo 11, 12 y 13 y que es un sacrosanto en el mundo del golf. Escondido en una esquina del campo, sin acceso para los fanáticos e inmerso en la vegetación local, esas banderas son una postal única para los jugadores quienes por unos minutos olvidan a las masas y juegan en solitario, solo con sus compañeros de ronda y sus caddies. Fue en el corazón de este, que Niemann metió su primer birdie del día. Un par tres que el chileno no desaprovechó y que volvía a dejarlo con la segunda mejor marca de la general.
El problema fue que después de los aplausos, llegó el dolor. Fue en el hoyo 13, en una instancia donde estaba todo servido para que metiera un par y se alzara como único perseguidor de Sccottie Sheffler, pero en donde falló de manera increíble con el putt. Desaprovechó un tiro a cinco pies del hoyo y el bogey quedó plasmado como su primer gran error del día.
Pero si hay un dicho clave en el golf, es el que “el siguiente tiro siempre será el más importante”. y Niemann lo llevó a cabo. De bogey a birdie sin escalas. Un cambio de switch tremendo, que lo volvió a dejar en el T2 y con ganas de más.
En el par tres del 16, una de las banderas que más birdies entregó y que incluso hoy firmó el primer hoyo en uno del torneo, el chileno intentó pero no pudo descontar. Hubiese sido la guinda de la torta, ya que en los siguientes hoyos las opciones de conseguir birdies no eran tan claras.
De hecho, el cierre nubló parte de lo hecho durante todo el día. El hoyo 18 castigó al talagantino y le dio un doble bogey que lo bajó al puesto número 10 de la tabla. Un golpe emocional del que deberá reponerse.
Pese a eso, Joaco queda con mucho margen de un corte que cerrará en +4 y metido dentro de los mejores del torneo. Un saldo tremendo si se piensa que muchos de los mejores del mundo ya se despidieron del Masters por no superar el corte. Bryson DeChambeu (+12), Xander Schauffele (+7), Brooks Koepka (+7) y Jordan Spieth (+6) quedaron fuera tras solo dos rondas.
Tiger por su parte cierra la segunda ronda con dos sobre par y con un +1 en su cuenta general. Números que lo mantienen con vida al menos en el plano golfístico. Hoy se le vio cansado y afectado por un cuerpo que sigue resentido por el accidente.
Mañana se espera que el frío ataque Augusta, algo que puede ayudar al juego de Joaquín. El sábado será sin duda el día clave para ver si puede ponerse el saco verde. Tendrá que dar un paso adelante e intentar mejorar en los lugares donde falló. Se viene un Moving Day lleno de emociones.
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